En la era de lo digital, parece que lo artesanal está volviendo a encontrar su sitio. Después de perderse múltiples oficios por la llegada de la tecnología en varios sectores, se está poniendo de moda aquello que llaman vintage: término empleado para referirse a objetos o accesorios con cierta edad, que no pueden aún catalogarse como antigüedades, y que, como los buenos vinos, se considera que han mejorado o se han revalorizado con el paso del tiempo. Se utiliza para designar instrumentos musicales, automóviles, libros, fotografías, y, más recientemente, prendas o accesorios de vestir. El auge de la estética vintage se ha visto acrecentada sobre todo por iconos de la moda.
Esa pérdida de fe en el progreso y el desencanto del motor de la innovación propia de la modernidad, parece que está haciendo mella en parte de la sociedad de consumo y en el trabajo. Esto se extrapola a sectores como el diseño gráfico, en la que dicha estética brota como setas en otoño sobre todo en las vías urbanas con las nuevas estéticas de bares y tiendas. Pero lo artesanal implica algo más allá. Desde la recuperación de la caligrafía hasta el cuidado esencial del libro como objeto y todo el proceso que le rodea.
Con motivo de recuperar y recordar un pasado en donde no existían los ordenadores, la Imprenta Municipal en Madrid presenta una magnífica exposición para estos días de verano, que se compone de una selección de piezas de la Colección Del Olmo & Vilas, incorporada recientemente al Patrimonio Municipal (una institución centenaria cuyos orígenes se remontan a 1853), en dónde se reúnen cerca de un millar de objetos de la escritura manual y de las artes gráficas. Comisariada por los propios coleccionistas Javier García del Olmo (Almoguera, 1948), conocido diseñador español del campo de la cultura y ha trabajado para las principales instituciones culturales de España, y Esther Vilas Toledo (Madrid, 1948), es graduada como restauradora especializada en papel, libros y documentos. Se puede ver la recopilación de artes gráficas más importante en España y toda una referencia internacional en el sector. Se trata de un conjunto de 70.371 piezas compuestas por libros, folletos, ephemera, calendarios, carteles, repertorios, plumas prensas, imprentas, objetos de escritorio y demás elementos que rodean al proceso de la impresión, la escritura manual y las artes gráficas.
Acompañado con un completo catálogo, que invita a reflexionar y conocer la letra y la escritura… siendo éstos los cimientos. De la colección, sí, pero también de la cultura, de las ideas, de las revoluciones, del pensamiento. Y si la escritura es lo primero, pronto estuvo acompañada de esa pulsión humana hacia la belleza. Las letras de diversificaron, no solo en diferentes alfabetos, también en estilos, formas, ornatos.
La caligrafía como el arte de escribir bien y de embellecer el trazado fue de la mano de la historia de la escritura, de la paleografía, del uso y prácticas de lo escrito, de la educación, de la grafología; también de la edición, de la imprenta, de la tipografía, del diseño, de la rotulación; todas ellas formas diferentes y relacionadas de conocer la letra y la escritura. La caligrafía no es solo «dibujar» letras, sino desarrollarlas en perfecta relación unas con otras para formar líneas y cajas de escritura, con proporción y armonía, con claridad, con hermosura. Con Arte.
Durante la exposición podemos observar las ocupaciones de los (buenos) calígrafos, que era precisamente la producción de copias de obras literarias y documentos para satisfacer una demanda de las clases más pudientes, que añadían de este modo exclusividad y lujo a sus bibliotecas. Si en los primeros años del siglo xx se vivió un renacimiento del arte caligráfico, plasmado en el creciente interés de historiadores, diseñadores
y tipógrafos, se cree que el comienzo de este siglo xxi depara un nuevo desarrollo de la caligrafía, de la rotulación, del diseño. Las técnicas son otras, la mirada tampoco es la misma, pero ese impulso hacia la belleza de la que se hablaba al comienzo, sigue alentando el espíritu vital del ser humano. La escritura y el arte se dan la mano también en el siglo xxi; y cuentan con el conocimiento que aporta la tradición, representada con solidez en esta colección.
La colección Del Olmo & Vilas es el resultado de cincuenta años de coleccionismo realizado por Javier y Esther con un devenir constante por anticuarios, libreros, brocantes, desembalajes y mercados hasta reunir esas 70.371 piezas de las cuales 30.371 son dignas de exhibición. En ella se mantienen los talleres profesionales con impresión tipográfica, encuadernación artística y artesanal de la Imprenta Artesanal del Ayuntamiento de Madrid, en dónde además se ofrecen «contenidos culturales ligados a la historia de la imprenta, del libro y de las artes asociadas a ellos» y cuenta con una notable colección de piezas relacionadas con las artes gráficas de los siglos xix y xx. La Colección Del Olmo & Vilas no solo incrementará así muy notablemente la Biblioteca y el resto de las colecciones existentes sino que las fortalecerá y potenciará.
El «nutriente» de la colección lo compone una biblioteca monográfica que, con más de cinco mil volúmenes, abarca la enseñanza de la caligrafía con tratados y métodos desde el siglo XVI hasta principios del siglo XXI. Se complementa con pergaminos, miniados, hojas incunables y remendería muy variada como exponente de la influencia de la letra y su desarrollo en las artes afines a la historia del libro.
Hay apartados, en la biblioteca, que cubren todas las necesidades de consulta relacionadas con la historia y la técnica –así como de la maquinaria y útiles– sobre: papel, pergamino, xilografía, calcografía, escritura, caligrafía, imprenta, tipografía, litografía, fotografía, fototipia, offset, huecograbado, miniado, rotulación, paleografía, encuadernación, sigilografía, exlibris, etc. La Colección Del Olmo & Vilas es tan amplia y diversa que ni tan siquiera podremos quedar satisfechos con lo expuesto ni, por supuesto, cumplir con el título metafórico de la exposición.
Pero si hay que destacar un nombre entre los calígrafos españoles del siglo XVII es, sin duda, el de Pedro Díaz Morante, gran defensor y maestro del rasgueo en la escritura. Desarrolló una escritura en la que las ligaduras se producían con gran naturalidad y llevó el arte del rasgueo a su máxima expresión. Publicó cuatro partes con sus enseñanzas y modelos de escritura, y además vendió numerosas muestras de su caligrafía para que sirvieran de modelo a los aprendices; es frecuente encontrar varias de estas muestras agrupadas en álbumes. Existe en esta colección uno de estos álbumes, único, con muestras que abarcan un periodo de veintiséis años, de 1619 a 1645, un tesoro para cualquier aficionado a la caligrafía. Extraordinario es también un manuscrito de Torío de la Riva con una copia de los Pensamientos de Cicerón, donde demuestra su destreza con la letra bastarda española. Sus páginas, de amplios márgenes y cuidada caligrafía con tinta de varios colores, están adornadas con trazos y dibujos. Destacar también la reproducción facsímil del Kalendar de 1526 realizado por el iluminador alemán Albrecht Glockendonuna elaborada letra gótica, el uso de oro y de tintas negras, azules y rojas, las bellísimas miniaturas con escenas rurales cotidianas en representación de los meses del año, el calendario solar o la representación de los signos del zodiaco, hacen de esta obra una pequeña joya muy bien reproducida en esta edición, que se presenta en un estuche con un libro estudio parejo al facsímil.
Una obra excepcional en muchos sentidos, única, de inmenso valor, es el cartapacio que contiene setenta y ocho láminas en tamaño folio pintadas y manuscritas que reproducen letras ornamentales, alfabetos y miniaturas de códices e impresos españoles de la Edad Media y el siglo XVI. Su autor, Gregorio Durán, tituló la colección Abecedarios históricos y Letras ornamentales.
Esta colección servirá para instrucción y deleite de futuras generaciones, tanto de curiosos visitantes como de eruditos o investigadores, porque en ella se encuentran esos manuales y tratados que no se leen ahora y objetos que por lo general ya no se usan, pero unos y otros explican y permiten conocer la historia de nuestro patrimonio librario y documental que comprende desde cuando nuestros amanuenses usaban cálamo o pluma escribiendo con tinta, sobre papel o pergamino, ayudados de unas herramientas hoy desaparecidas o a punto de perderse, hasta el siglo XX.
Por más que la renovación en la historia de la cultura escrita propone senderos novedosos, las obras integradas en la Colección Del Olmo & Vilas nos ayudan a comprender ese fondo y forma de la escritura histórica, evoluciones y desarrollos gráficos así como profundos cambios en las llamadas ciencias y técnicas historiográficas.
La documentación que esta colección reúne sobre tipografía alcanza todas las facetas y matices. El comisario de la exposición, Javier García del Olmo, ha planteado la muestra en torno a ocho apartados:
– Caligrafía, tratados, métodos, alardes y rotulación.
– Grabado y sistemas de reproducción.
– Historia del libro, encuadernación e industria papelera.
– Útiles y materiales escriptóreos.
– Escritura mecánica, técnicas de copiado y sellado.
– Ephemera.
– Otras escrituras, islámicas, budistas, hinduistas…
– Imprenta, tipografía y litografía
Al conservarse unida, esta colección va a provocar la misma curiosidad que hemos sentido quienes ya hemos tenido la oportunidad de conocerla y, tal vez, despertar la misma pasión que han puesto quienes la han formado. Su revisión ofrece una nueva reflexión de naturaleza integradora para profesores e investigadores en paleografía y calígrafos ya que como dijo el diseñador holandés Gerrit Noordzij el último e inmejorable ejemplo para reforzar la necesaria aplicación del estudio histórico paleográfico a la tarea cotidiana del calígrafo, creador de significados pero también de fuerzas expresivas: «También he utilizado este principio en la investigación de manuscritos antiguos, ya que creo que no hay mucha diferencia entre la docencia y la investigación: en el aula estoy ante mis futuros colegas y cuando investigo con manuscritos me encuentro ante mis colegas del pasado». En suma, investigación en paleografía e historia de la escritura que integran fondo y forma, teoría y práctica, pasado y futuro como vectores que definen el espíritu de los libros de la Colección Del Olmo & Vilas aquí mostrados.
La historia de la caligrafía representada en sus obras originales, desde el siglo XVI al XXI, se completa en esta colección con numerosas publicaciones sobre caligrafía islámica y oriental, iluminación y miniaturas, grafología, escritura mecánica, rotulación, teoría de la caligrafía, materiales, además de la Historia de la escritura y Paleografía.
En definitiva, el mundo de la imprenta y de las Artes Gráficas, campo poco conocido y escasamente transitado por los estudiosos, encontrará en esta colección una dimensión extraordinariamente útil para un extenso público lector. Porque, en contra de lo que pudiera parecer, todo este cúmulo de libros y documentos no está pensado principalmente para un limitado círculo de eruditos y bibliófilos, sino que representa, sobre todo, un instrumento primordial para el historiador de las técnicas del libro y de las Artes Gráficas, para el investigador y el crítico, pero lo es también para el gran público ávido de cultura…
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