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Blogs Fahrenheit 451 por Pablo Delgado

Todo es verdad, pero nada es exacto

Graeme Macrae Burnet, el escritor escocés que no para de subir gracias a sus originales historias de asesinatos

Todo es verdad, pero nada es exacto
Pablo Delgado el

La frase que escribió el legendario Georges Simenon: «Todo es verdad, pero nada es exacto», define a la perfección la obra del escritor escocés Graeme Macrae Burnet (Kilmarnock, 1967). Autor de Un plan sangriento (Impedimenta), finalista del Man Booker Prize en 2016. En ella narra una historia «diabólica», original donde las haya, en la que entrelaza dos tipos de lecturas y varios puntos de vista que elevan dicha obra a una de las más originales y geniales de estilo noir. Un llamado falso true crime que utiliza dicho género como pretexto, para indagar y representar unos personajes de gran fuerza y misterio. Un thriller psicológico; un retrato ingenioso de una comunidad de agricultores remotos en el siglo XIX que muestra las teorías contemporáneas sobre las clases y la criminología; una investigación sobre la locura y su motivación, que tal vez no lleve más allá de la sombría conclusión de un personaje; una trama trepidante combinada con el elogio literario que le otorgaron los jueces del Booker, y que la ha convertido en uno de los títulos más vendidos en el Reino Unido.

Burnet, además,  tiene un halo misterioso, y me atrevería a decir de descaro literario. Por su originalidad en la presentación y desarrollo de las tramas narrativas, y por mostrar aquello que parece que es la verdad, la realidad y no la ficción, pero que realmente genera una duda final de si lo es o no. Con un Un plan sangriento, confirmó ese estilo original que ya inició en su primera novela La desaparición de Adéle Bedeau (Impedimenta). Otro «falso noir», en el que desarrolla toda una estructura narrativa que se parece peligrosamente a la vida, la vida sucia y pestilente, la vida pasional, nocturna, la vida intensa y a su vez monótona cargada de rutinas que consumen a quienes las practican. Escrita como su segunda novela, en ella el lector percibe un golpe meditado y de bella factura que va con sutileza y elegancia a su mandíbula, pero sin dejarlo ko. Un puñetazo literario, que engancha en su lectura y no puedes parar de leer la historia de ese director de oficina de banco Manfred Baumann y del inspector Gorski.

Burnet se está convirtiendo en un clásico de culto. Un autor capaz de engendrar un relato de altura. Con La desaparición de Adele Bedeau comenzó con un gran nivel que no ha ido abandonando. La obra está ambientada en una anodina población francesa llamada Saint-Louis, en la frontera francosuiza, un lugar en el que queda claro que es de paso, en el que la rutina y el aquí no pasa nada, están a la orden del día. Una novela, en la que tienes la sensación de que es un cuento clásico que ha estado dando vueltas durante décadas y no ha llegado a parecer hasta ahora.

El personaje de Manfred ejemplifica ese estilo de vida de hábitos y rutinas, junto con el de los parroquianos con los que se junta de vez en cuando. Piensa que simplemente cambiar su orden habitual del almuerzo es un acto de rebelión tan trascendental que causará conmoción entre el personal de la brasserie a la que acude diariamente, y se siente consternado cuando no lo hace. La rutina es su protección, y romperla solo invita a sospechar sobre la repentina desaparición de la camarera Adele.

Mientras caminaba a casa una noche como las de siempre, ve a Adèle, siendo recogida por un chico en una motocicleta. Cuando se entera al día siguiente de que Adèle ha desaparecido, no se atreve a admitir que les estaba espiando y, habiendo dicho a la policía que no vio nada, no se retracta de su declaración original y entra en una espiral de la que no puede salir. Pero al ceñirse tanto a su historia, despierta las sospechas del inspector Gorski, otro personaje muy bien dibujado por el autor, cuya esposa algo presumida se avergüenza de estar casada con un simple policía sin aspiraciones, y los dos hombres se ven obligados a un encuentro interior en el que cada uno tiene luchar.

Burnet entreteje hábilmente una sólida historia con el pretexto de la desaparición y un convincente estudio de personajes para hacer otro cautivador thriller psicológico en el el detective Gorski, cuya vida está marcada por el bajo rendimiento, se enfrenta a otro que oculta su paranoia y sentimiento de culpa detrás de una rutina invariable, además de un secreto que le ha ido acompañando toda su vida.

En definitiva, leer Burnet es leer un tratado sobre los precipicios de la vida, un elogio a la pendiente, un manual del descenso a los infiernos, un mapa que dibuja la fascinación por despeñarse y justificación de la caída. Además, afirma ser solo el traductor de esta novela, que pretende haber sido escrita por un autor francés desilusionado llamado Raymond Brunet. Fanático de Georges Simenon desde hace mucho tiempo, Burnet parece haber preferido inventar a su propio novelista francés para contar la historia que llevarse el mérito él mismo. Pura genialidad.

Un plan sangriento / La desaparición de Adèle Bedeau // Graeme Macrae Burnet // Impedimenta // 2019 / 2021 // 22,80 euros / 22,60 euros

 

 

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