Después de la gran vorágine de recomendaciones de títulos (en donde me incluyo) durante el día del libro, invito a hacer una lectura pausada y tranquila de una obra que no es una obra, ni un ensayo, ni una biografía porque todo comienza o mejor dicho, todo transcurre siguiendo el curso del Po, hacia la ciudad italiana de Turín como elemento común denominador de dos vidas paralelas que guardan rasgos más que similares. Estas vidas son las de dos escritores/pensadores Friedich Nietzsche y Cesare Pavese, que aunque no hayan vivido en la misma época sí han compartido las inquietudes y meditaciones sobre la vida y su forma de afrontarla.
Estas meditaciones nos las cuenta Frédéric Pajak, hijo del pintor Jacques Pajak, es dibujante, escritor y editor. Ha sido redactor jefe de varios periódicos y suplementos culturales y satíricos. A través de Errata Naturae con la publicación de La inmensa soledad, inventa un nuevo y original género: el texto y el dibujo están íntimamente unidos, pero no se trata de un cómic, de una novela gráfica o de un libro ilustrado, sino de una suerte de «ensayo gráfico» en el que imagen y texto se reflejan como en un espejo. Esta obra, que obtiene un gran éxito, lo da a conocer y es galardonada con el Premio Michel Dentan, el mayor reconocimiento literario suizo.
Este libro no es una biografía, ni dos biografías, aún menos una autobiografía. No es un libro de historia, ni un libro que cuenta historias; no es un libro de geografía, ni una novela. Lo que pretende evocar es la soledad, la muerte, la locura, el suicidio o el dolor irreparable de los huérfanos. Pajak ha escrito y dibujado como si se tratara de una interminable ensoñación. Todo se desarrolla a saltos pero que guarda cierta unidad al acompañarlos con las magníficas ilustraciones. Unas ilustraciones que cada una de ellas es una pequeña gran obra en donde no se pierde el autor en el minimalismo y cuida a la perfección el detalle, con unos trazos que a veces se pierden en cuadricula junto con a un gran fundido en negro. El blanco y negro es el elemento principal que nos evoca esa gran melancolía que sufrian los escritores junto con el recorrido de sus pensamientos además de la gran descripción que hace Pajak combinando con textos de los autores, de la ciudad de Turín y del rio que la acompaña, el Po.
“Turín: sobria, anchurosa, exaltante
¡y de una gran melancolía!
Pavese diría del Po:
“Los recuerdos, al atardecer, bajo el soplo del viento
comienzan a levantar sus rostros y escuchan la voz del rio.
En la oscuridad, el agua se parece a los años muertos”.
y el filososfo griego Heráclito de Éfeso (535 a. C. -484 a. C.) le contestaría:
“Bajamos y no bajamos por el mismo río; somos y no somos”.
“La ciudad Turín que no es medieval y menos aún renacentista. Aunque el gótico aparece con retraso, éste deja paso a ese barroco ultramoderno, de trata regular: calles estrictamente rectas, paralelas y perpendiculares. Es barroca, lo que los defensores del clasicismo traducen por: ilógica, extravagante, enredada, accidental y grotesca.
Viven el filósofo Nietzsche y el poeta Pavese una infancia difícil. Con la ausencia temprana del padre por su muerte, cuando ellos eran niños tuvieron que criarse en una casa en la que solo había mujeres. Pavese era según su amigo David Lajolo: “Pavese se metía en el centro de las cosas porque no podía meterse en el centro de los seres (…) No existe mejor testimonio acerca de los sentimientos de Pavese que sus propios escritos: un accidente llamaba su atención más que una fiesta, un entierro más que un banquete de boda”.
También ese sentimiento de soledad, de niño solitario, lo tuvo Nietzsche “el rasgo principal de su caracter, cierta melancolía embargaba todo su ser. Rehuía la compañía de las personas y buscaba la naturaleza. Cuando era niño creó un librito para leerlo en la más completa soledad”.
Nietzsche tiene un carácter misógino, habla del sexo femenino como de un segundo papel, y sus comentarios tratan a la mujer hasta como un animal incluso haciendo apología de los tratos que se le daban a ellas en la antigüedad. Habla también del progreso del feminismo como una degeneración en la historia, principalmente en lo tratante a la igualdad de derechos a los cuales se muestra en contra. Al estar exclusivamente rodeado de mujeres en su infancia tuvo que sacar fuerzas para soportarlo vengándose de ellas más tarde en el plano simbólico atacando a las mujeres, salvo a su madre y a su hermana. Aquellas que fueron la auténtica razón de sus sufrimientos permanencen intocables.
Con un pasado semejante y con problemas parecidos con las mujeres, Pavese es más proclive a la introspección. Aunque solo sea una “narrador de historias”, un novelista, se muestra psicologicamente tan preciso como despiadado cuando se contempla asi mismo. Reservó sus novelas a los pequeños burgueses, al indignado, al hombre ordinario, solitario y al triste lo entregó a la poesía.
En definitiva, estamos ante un libro que te acerca un poquito más a dos grandes personajes del pensamiento y la literatura desde una perspectiva original del autor y sobre todo con una elegancia y melancolía sublime en sus ilustraciones. Es un ilustrado que muestra cómo puede ser una inmensa soledad rodeada de esa melancolía que te atrapa a través de los trazos delicados de sus dibujos en los que muestran unos paisajes con una profundidad de campo pronunciada perfecta que atrae al lector a adentrase en las mentes maravillosas de los “personajes” a través de cada dibujo y cada renglón de cada página. del cielo de Turín.
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