Dios en persona (Salamandra Graphic) es un cómic que puede tener varias lecturas e interpretaciones. Publicada en España en 2009, se recupera una obra genial que hace pensar al lector sobre el significado de la figura de Dios, además de ser una crítica social, al poder de los medios de comunicación, el marketing y la publicidad, que buscan a toda costa, sea cual sea el personaje, sacar todo el provecho posible.
Su autor Marc-Antonie Mathie (Francia, 1959), con una dilatada carrera en la creación de cómics, consigue crear una historia filosófica, metafísica, corpórea, extrasensorial y religiosa en torno a Dios, y cómo las personas nos podríamos comportar ante esa situación de encontrarnos con El y ver resuelta la verdad tan buscada. La de si Dios existe o no, y que haríamos si le tuviéramos delante.
Todo comienza cuando después de aguardar pacientemente en una cola, un hombre es preguntado por su nombre y responde que se llama Dios, dando lugar así a una serie de acontecimientos. Desde someter al propio Dios a juicio por no escuchar a todos, hasta realizar toda una campaña mediática a su alrededor, en la que se le llega a someter a un gran proceso judicial en contra de El, enjuiciándolo como «Culpable Universal». Confrontando además la figura de su Dios con ciertas lacras de nuestro tiempo -los reality shows, la publicidad, la mercadotecnia-, y echando mano de un humor ácido y absurdo, Matthieu construye una fábula filosófica y moral que nos invita a reflexionar acerca de algunos de los conceptos más arraigados y nocivos de nuestra sociedad; además de la fé en Dios.
Una sátira del mundo de la fé, que queda conmocionado por esa repentina aparición. Y pronto, los inversores ven en su presencia una oportunidad para sacar provecho de su imagen y de las más variadas formas posibles, desde el arte, el cine, el diseño, la literatura, el cómic, los parques temáticos y el teatro. Este es el quid pro quo del cómic. Cómo se puede sacar todo el jugo de una figura en diferentes formatos y soportes, ¿una posible equivocación en tomar una cosa por otra o a una persona por otra?, hecho que se queda abierto, si de verdad esa figura es Dios o simplemente un ciudadano, aunque va demostrando cosas que un hombre no podría hacer; todo llevado al gran extremo, como por ejemplo, la venta en las librerías de un único libro, el que trata de Dios y esto saca de la ruina a los libreros.
En vista de esto, a medida que se desarrolla la trama, seguimos el comportamiento de las personas que son consumidores de esos variados medios de entretenimiento en el nombre de Dios. Además de tener gente que se sorprende por su sencillez e imagen y otros que se muestran incrédulos por su presencia. La forma en que se representa a Dios en el cómic sigue el estereotipo del señor de pelo largo y barba larga. Mathie juega aquí con el misterio de no mostrar su rostro con claridad a lo largo de la historia. Representando así esa forma de misterio que siempre ha tenido y tiene la imagen del creador.
En la obra, Mathieu desarrolla una fábula ácida y brillante que toca temas como el consumismo, la filosofía y el existencialismo, enfocada desde una perspectiva periodística a modo de reportaje, empleando recursos de personajes que hablan directamente al lector como si estuvieran frente a frente. Además, realiza densas reflexiones sobre el origen de Dios y la humanidad intercalando numerosas citas de Voltaire, Flaubert o Jules Renard, formando así un guión literario que nos invita a la reflexión sobre nosotros mismos.
Además de lo original de la historia, destaca ese contorno claro de su dibujo que contrasta con un intenso blanco y negro, que presenta así una línea oscura y crea una atmósfera misteriosa, casi apocalíptica en toda la trama. Al ser una sátira, debe interpretarse como tal, creo que lo hace desde el respeto siendo así una obra excepcional y profunda; e incluso si se tiene una visión escéptica de Dios, el trabajo lo dejará impactado de alguna manera, ya sea de una manera agradable o desagradable.
En definitiva, un cómic de los buenos, de los que hacen pensar y que demuestra que no es necesario rellenar cientos de páginas para enfocar y tratar un tema. Un cómic que deja a cada uno sacar sus propias conclusiones y reflexiones. «Lo absurdo solo tiene sentido si se acepta», proclama un mensaje encriptado hacia el final de la historia. ¿Significado? ¿Todo es una ensoñación metafísica en blanco y negro?
Dios en persona // Marc-Antonie Mathie // Salamandra Graphic // 2021 // 18 euros
Cómic