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Santos no levanta el secreto sobre el galeón San José

Santos no levanta el secreto sobre el galeón San José
Jesús García Calero el

El presidente colombiano anunció una excavación de alto rigor científico con equipo internacional, pero no aclaró quién la paga ni si tendrá que venderse parte de la carga

Combinación de la imagen del sónar con dos fotografías del yacimiento y de un detalle de los cañones / ICANH

A mil metros bajo la superficie del mar, en las proximidades de Cartagena de Indias, fue descubierto en diciembre de 2015 el pecio de un galeón español, el San José. Ayer, en la ciudad colonial, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, compareció para, según había anunciado, contar «los avances logrados» en la futura excavación del galeón hundido el 8 de junio de 1708. En realidad no se ofrecieron muchos datos, en el trepidante formato televisivo que contaba incluso con presentadora, pero si se alimentaron una vez más grandes expectativas y se adornó con ribetes patrióticos la investigación, en la que España permanece apartada como si ese galeón nada tuviera que ver con nuestra historia. Es además la tumba de casi 600 marinos españoles.

Perfil del barco sobre el fotomosaico del yacimiento / ICANH

Sobre la financiación, Santos habló de que ya existe un inversor -opacado por el secreto que lo rodea todo- y aseguró que está dispuesto a aceptar unas condiciones que son todavía un misterio pero que, si atendemos a las palabras del presidente y de su ministra de Cultura, Mariana Garcés, «cumple con los más altos estándares científicos, tecnológicos y financieros requeridos y garantiza un proceso totalmente respetuoso con los valores históricos y patrimoniales del galeón». El hombre permitirá, en palabras de las autoridades, que Colombia acceda a recursos y tecnologías prácticamente ilimitados para este proyecto.

Fotomosaico en el que se percibe bien la extensión del yacimiento /ICANH

Ese inversor desconocido -digno de un monumento junto al de Blas de Lezo si creemos los elogios del presidente- está dispuesto, además, a contratar al «mejor equipo del mundo», llamado a hacer un punto de inflexión en la arqueología, pero del que todavía, tampoco, sabemos nada. Sí sabemos que un proyecto como este necesita un conjunto multidisciplinar de especialistas en arqueología, oceanografía, geología e ingeniería para manejar los ROVs y el resto de vehículos de exploración a gran profundidad. Cabe recordar que España tiene experiencia en este tipo de pecios, puesto que la fragata Mercedes se encuentra a una profundidad de 1.130 metros.

Tinajas y otros restos en la superficie del pecio / ICANH

El acto de ayer ante las cámaras fue más bien una gala, la gala del galeón, en la que tampoco se reveló cuál será la remuneración que obtendrá ese inversor desconocido, de modo que es aún difícil valorar sus intenciones. Y hay que recordar que Colombia aprobó una Ley que permite vender parte del patrimonio recuperado con el fin de pagar la excavación. Santos dijo, eso sí, que el 14 de julio se hará oficial el convenio, una Asociación Público Privada con ese inversor, abierta al concurso de otros inversores.

Puesto de control de operaciones en el Seabed Prince / ICANH

Tanto el presidente como la ministra, acompañados por los jefes de la Armada colombiana y el director de la institución arqueológica oficial, el ICANH, Ernesto Montenegro, no dejaron de subrayar el reto científico que el galeón supone: «Nadie ha propuesto una excavación tan completa a esta profundidad», dijo Santos. Como arqueólogo al frente del proyecto, Montenegro destacó la cantidad de información histórica recabada, así como el inmenso banco de imágenes que ya se tiene después de varias campañas sobre el pecio.

Uno de los cañones, rodeado de tacitas, en el Pecio /ICANH

Uno de los pocos datos novedosos ofrecidos ayer tuvo que ver con un mapa del caribe colombiano, custodiado en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos que un investigador colombiano había hallado después de cuarenta años dedicado a la búsqueda del galeón y que resulto determinante para localizar el lugar del naufragio. Santos recordó como el investigador estuvo un tiempo tratando de llegar a él y cómo pudo contárselo en una recepción en Nueva York, durante una recepción en la ONU. El presidente puso esa información en manos de la ministra de Cultura y la investigación se completó en semanas, según dijeron ayer.

El presidente frente al mapa que ayudó a localizar el pecio / ICANH

No obstante, Montenegro reveló que se han realizado estudios de corrientes y climáticos que permitieron reproducir el comportamiento del buque durante la batalla en la que Charles Wager acabó con el galeón, que sufrió una explosión en la proa y fue tragado por el mar en pocos minutos.
Cuando hallaron la anomalía del sónar supieron que se trataba probablemente del San José, según Montenegro, por los cañones de bronce que luego se han documentado. Sobre el tesoro, poco cabe ya especular, tras el libro de Carla Rahn «El tesoro del galeón San José» publicado por Marcial Pons en España. No obstante, el ICANH calcula que puede haber 10 millones de elementos en el yacimiento, entre piezas del la estructura del barco, restos de carga y ajuares de la tripulación. Más los restos humanos de marinos españoles que seguramente guarda desde hace 300 años en el silencio abisal.

Jeringas desperdigadas por el yacimiento / ICANH

Durante el acto, las autoridades se esforzaron por ofrecer imagen de alta ciencia y tecnología más la seguridad aportada por la Armada colombiana a las operaciones. Santos anunció también que habrá un gran museo -«un cipote museo»- en Cartagena, y se crearán laboratorios para la conservación de las piezas en la base naval. Todo ello, en opinión de la ministra Garcés, permitirá a Colombia crear una expertización puntera, ya que el 50% del equipo, según los acuerdos alcanzados con el inversor, debe ser colombiano.

Una espada, en el centro de la imagen / ICANH

Pero España permanece desterrada del proyecto. Según el abogado José María Lancho, especializado en patrimonio subacuático, «en un primer momento Santos concibió un proyecto asociado a un grupo de cazatesoros. La prensa y la comunidad científica internacional se le echó encima. El propósito último sigue en todo su vigor: desactivar el derecho internacional de protección del patrimonio subacuatico. Santos decide cómo y con quién le plazca sobre el destino de una tumba de guerra. Quizá el destino del resto del patrimonio cultural subacuatico de origen hispánico en el mundo no es su problema y por eso sorprende tanto empeño de Santos en que su legado sea el mayor favor a la industria internacional del expolio».

Vídeo completo de la comparecencia en Cartagena:

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