El arqueólogo ha coordinado los trabajos arqueológicos del Fuerte de Acapulco y el proyecto del Galeón de Manila de Baja California. De todo ello habló el pasado diciembre en las jornadas organizadas por Espejo de Navegantes en la Casa del Lector. Roberto Junco sustituye a Pilar Luna, considerada la pionera de la disciplina y toda una leyenda en en mundo iberoamericano
Roberto Junco Sánchez acaba de ser designado nuevo subdirector de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en sustitución de la maestra Pilar Luna Erreguerena, según un comunicado oficial. La noticia es importante porque México es la referencia en Iberoamérica para esta disciplina que estudia la historia naufragada. Pilar Luna, pionera de la arqueología subacuática en Iberoamérica y ejemplo en la lucha contra los cazatesoros, ha estado 37 años al frente de la Subdirección desde que fuera creada gracias a su impulso en febrero de 1980. Ella permanecerá como investigadora en la misma Subdirección. Según explica la información oficial, Roberto Junco es un arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). En la Universidad de Leicester, Reino Unido, y cursó el diploma en Arqueología Histórica, así como un certificado en Arqueología del Paisaje. Ha participado en diversas publicaciones como editor y autor en México y en el extranjero.
El pasado diciembre estuvo en España y participó en las jornadas “El auge naval y el desarrollo de las naciones” organizadas por Espejo de Navegantes en la Casa del Lector.
Desde 2004 ha desarrollado su trabajo en la Subdirección de Arqueología Subacuática donde ha desempeñado diversas tareas, entre las que destaca la coordinación de proyectos tanto en aguas continentales como marinas: Arqueología Subacuática en el Nevado de Toluca, Galeón de Manila, Baja California, y Arqueología Marítima del Puerto de Acapulco. En ambos proyectos relativos al galeón de Manila y su ruta hacia Acapulco, se han hallado piezas de cerámica china de gran valor. Además una de las preocupaciones del arqueólogo Reoberto Junco, nuevo subdirector de Arqueología Subacuática, siempre ha sido la correcta datación e identificación del posible naufragio que espera a que los estudiosos puedan lanzar nuevas campañas de excavación en las playas de Baja California.
Según la nota del INAH sus intereses se extienden a diversos temas como la porcelana china, la ritualidad prehispánica en la montaña y la navegación colonial. Recientemente fue galardonado con la Beca National Geographic / Waitt para investigar el vapor SS Independence, hundido en aguas del Pacífico mexicano, en el siglo XIX.
Proyectos con España
Entre los proyectos que merecerán pronto su atención está el de la flota de 1630-1631, en la que se incluye el naufragio del Nuestra Señora del Juncal. México lleva trabajando más de un decenio en el estudio de la flota y la localización del Juncal, que es sin duda uno de los pecios más buscados por parte de la industria cazatesoros debido a la carga preciosa que portaba cuando se hundió en 1631. En lugar de permitir a las empresas cazatesoros acercarse al lugar supuesto del naufragio en la Sonda de Campeche, Pilar Luna puso en pie y defendió a pie juntillas el estudio arqueológico del naufragio. En varias campañas, la más exitosa se llevó a cabo en 2012 a bordo del buque Justo Serra de la UNAM, sus arqueólogos lograron detectar algunas anomalías tras formar un maravilloso equipo internacional y estudiar las corrientes, además de examinar archivos en cinco países para conocer todos los detalles del naufragio y del destino de aquella flota. Desde el año pasado, España está en conversaciones para sumarse a este proyecto de localización y posible excavación del Juncal, pero a pesar de haber firmado un Memorando entre ambos gobiernos no se ha concretado ninguna intervención todavía. Los contactos entre México y España deberían acelerarse.
España y también México se juegan mucho en este proyecto. Después de lo sucedido en Colombia con el San José urge poner sobre la mesa un modelo arqueológico público e incluyente que demuestre que el pasado común que representan los viejos galeones de la Carrera de Indias merece el más alto grado de cooperación científica que permita redescubrir nuestra historia y generar proyectos de innovación tecnológica y conservación con el acuerdo de dos de los principales países de la comunidad Iberoamericana. Una comunidad, cabe subrayar, que fue posible precisamente por la red de comercio global de aquellas naves que atravesaban el Atlántico, de las que descienden nuestras sociedades. La comunidad que acarreaban era más compleja y mestiza de lo que muchos críticos con las consecuencias del Descubrimiento querrían. Y aquella sociedad generó una nueva cultura y lo que podríamos entender como la civilización hispánica.
Roberto Junco será el encargado de velar por el legado de Pilar Luna, reconocida internacionalmente por su intensa labor en defensa del legado cultural que yace bajo nuestras aguas contra diversas amenazas y por su papel decisivo en la elaboración del texto de la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático (2001).
Luna ha recibido varios reconocimientos en México, España y Estados Unidos, entre los que sobresale la Medalla J.C. Harrington, otorgada por la Sociedad de Arqueología Histórica de Estados Unidos, convirtiéndose en la primera latinoamericana y segunda arqueóloga subacuática que la recibe, después del Dr. George F. Bass, considerado como el “Padre de la Arqueología Subacuática en el Mundo”. También el premio de la Sociedad Geográfica Española que recibió en 2016.