Enfrentaros al enemigo más cerca. Lanzaros al ataque, me fÃo de vosotros. El siglo entero sin luchar habÃa dejado huellas profundas en la armada inglesa. En 1897 la «Diamond Jubilee review», aniversario de la Reina Victoria, 84 naves de Inglaterra exhibÃan ante su reina, el instrumento con el que dominaba al mundo.
Jack Cronwell.
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Las batallas, más que condicionar la historia. No suele coger a todos por sorpresa.
M. Cipolla
La verdad ama a la tragedia como forma de expresión.
Un dÃa como hoy tiene de nuevo sentido buscar entre las enormes olas de aquel mar gris y brumoso. Tiene sentido rastrear a aquellos gigantes de acero de 30000 toneladas, los temibles dreadgnoughts extinguidos como los dinosaurios, para que espoleados por la conmemoración histórica de los 100 años de la batalla, podamos seguirlos hasta sus cementerios y santuarios arqueológicos en los que yacen en la actualidad. Los hechos de esos buques y de los hombres que los gobernaban nos incumben tan directamente que vale la pena indagar más y de nuevo sobre aquellos acontecimientos que parecen lejanos, pero que si profundizamos un poco en su historia, podremos observar que están vivos. Ya fuese por las riberas ribereñas al escenario de la batalla, o incluso por las fotos en blanco y negro o las viejas y doradas medallas, que tal o cual marino aún guarda en algún lugar señalado de sus hogares. El recuerdo de aquel padre de familia o aquellos hijos que murieron entre el fuego y el acero de las cubiertas de aquellos navÃos. Hoy como decÃamos, en el aniversario de su 100 aniversario, espejo de navegantes se hace eco de aquella batalla y lo mas importante, de su registro arqueológico, de su memoria. De esas cápsulas del tiempo naufragadas, que en este caso nos legan los lamentos de guerra apagados por los mares frÃos del báltico , convertidas que ahora se convierten en sarcófagos marinos de aquellas naves y de aquellos marinos. Sobre que pasó, su significado, asà como las  huellas materiales y arqueológicas que nos han legado hasta nuestros dÃas.
Todos aquellos años de tensa paz armada, de fabril y febril construcción de grandes naves desembocó inexorablemente en aquella aparatosa batalla. Los alemanes, al mando del vicealmirante Reinhard Scheer, planeaban usar los cinco modernos cruceros de batalla del vicealmirante Franz von Hipper como cebo para atraer a la escuadra de Sir David Beatty hacia el grueso de la flota alemana, con el fin de destruirla. Sin embargo, la flota inglesa, al mando del almirante Sir John Jellicoe detectó, gracias a las comunicaciones interceptadas, el gran problema que arrastraba la táctica y la estrategia germana (y que paradójicamente seguirÃa arrastrando en la segunda guerra mundial con la cuestión del sonar y las comunicaciones navales), que se estaba proyectando una operación a gran escala tras el dooger bank, uno de los puntos calientes geográficos en la contienda del mar del norte. Las coordenadas se fijaban en las puertas mismas del Skagerrak, con el fin de  ejercer el máximo  daño posible a las flotas británicas que por allà patrullasen. Conocedores hasta el detalle de los planes germanos, los Británicos fueron decididos a su encuentro.
En este caso los  impresionantes restos subacuáticos, procedentes de la I Guerra Mundial traspasaban la delgada lÃnea roja, la frontera temporal para la propia legislación de ICOMOS de 100 años, en los que ya sÃ, se podÃa definir a las naves hundidas en aquel conflicto como de “yacimientos arqueológicos subacuáticos”. Este hito exigÃa, al menos sobre el papel y el horizonte un hito especial.  “From 2014 to 2018, UNESCO will commemorate the Centenary of the First World War. This will be a time to remind all generations of the need for peace, and to provide education on the impact of the war, particularly education derived from the understanding of First World War cultural heritage”.
En materia de patrimonio cultural submarino, los restos materiales y arqueológicos que nos legó la historia en aquella primera guerra mundial se basan principalmente en dos hechos. De un lado el famoso hundimiento de la flota imperial alemana en Scapa Flow, y sobre el que ya dimos cuenta en el artÃculo “Scapa Flow, buceando en las tinieblas de la historia” y del que adjuntamos link aquà mismo. De otro, sin lugar a dudas el que tuvo lugar tal dÃa como hoy hace justo un siglo. El de la comúnmente conocida como batalla de Jutlandia…
Aquella nave de su majestad estaba redescubriendo la historia, con el significado que tiene esto y la victoria frente al olvido, con su campaña de geofÃsica, que iban asomando ante los monitores los restos retorcidos y maltratados de naves tan mÃticas como es el caso del HMS Invincible, que se habÃa perdido con 1.000 marineros cuando explotó por un impacto directo de un proyectil alemán. Historia y tragedia entre los cascos de las naves de Jutlandia.
Mediante la localización de los naufragios, se puede comprobar en que estado se encuentran las naves. La resistencia de sus materiales, los daños de las cubiertas o los cascos. El nivel de expolio o daño antrópico, evaluaciones y significados todos ellos desde un unto de vista arqueológico, pero no podemos olvidar las acertadas palabras del Comandante Phillip Newell, oficial al mando del buque de exploración de la armada de su majestad, sus palabras sentenciaban: “La semana de estudios y de investigaciones han sido un doloroso recordatorio de los sacrificios de la Royal Navy y de todo aquello que se hizo por la protección de nuestro paÃs durante la Primera Guerra Mundial”. La arqueologÃa como recuerdo, como memoria de hechos prácticamente olvidados.
La investigación, los resultados, las localizaciones de aquellas naves no serÃan nada sin la puesta en valor de aquella historia. Y asÃ, entre otros actos, la duquesa de Gloucester estuvo presente a bordo del HMS Belfast en Mayo del 2016 para abrir una exposición, Los fantasmas de Jutlandia, que tendrá la duración de un año. En su discurso, y como miembros de la realeza, dejaba bien claro, que la batalla – sin precedentes y feroz – habÃa sido escuchado por los agricultores 30 millas hacia el interior en su paÃs natal, Dinamarca. Tres cruceros de batalla, con sus dotaciones, lo del invincible, infatigable y el Queen Mary, fueron terriblemente hundidos y sus cuerpos, irremediablemente arrastrados hasta las costas. Sirviese todo aquello como recordatorio. “Muchas lecciones se aprendieron ese dÃa de mayo que todavÃa son relevantes hoy en dÃa”, dijo. “Lo más agudamente que los barcos y marineros de la Marina Real no eran tan invencible e incansables como los nombres implicados, y el efecto de explosivos de gran potencia en el cuerpo humano estaba más allá de lo imaginable.”
Nos habÃan adiestrado con la convicción de que algún dÃa estallarÃa la guerra entre Alemania y nosotros, y cuando está yo creÃamos que estábamos preparados para pelearla.