Desde 2009 hasta el final de mi master, en 2013, he estudiado una fortificación sumergida en la Ria Formosa, Olhão (Portugal). Las fuentes me llevaron a creer que se trataba de un sitio de difícil acceso por la dinámica de las peligrosas corrientes marítimas y arenas de la Ria Formosa, todavía de mucha importancia para la población local. Me preguntaba de que forma un sitio sumergido, no muy accesible, podría tener importancia, sin que tampoco la gente conociera su historia…
El Fuerte de San Lourenço fue construido en el año de 1653 en un contexto de estrategia militar de defensiva de la ciudad de Faro después del periodo Filipino en Portugal (1580-1640) y que en tiempos de la Pos-Restauración (1640-1668), lograría defender los deseos de Filipe III de recuperar Portugal, defender los navíos y evitar la piratería, al tiempo que defendía a los pescadores y a las comunidades marítimas.
Olhão, en aquel tiempo era una pequeña tierra de pescadores muy pobres, dependientes de Faro y que vivían en cabañas en la playa, pero era gente con un sentido muy fuerte de identidad, determinación y autonomía. Y así la historia lo confirmó hasta en el periodo de las Invasiones Francesas, ya que fue el primer pueblo que resistió a los franceses en Portugal y el que llevó la buena nueva al Rey D. João VI que se encontraba en Brasil. La noticia fue llevada por 17 pescadores en un pequeño buque de nombre “Caique de Bom Sucesso”, atravesando el Atlántico sin condiciones ni herramientas técnicas y científicas de navegación. Zarparon solo con la determinación, el coraje, el amor por la mar y la alegría.
Después de haber dedicado tanto tiempo a la ciudad y tanto trabajo al sitio donde está el Fuerte, la gente me preguntaba: ”¿Por qué vas al Fuerte?”…Dudaban si yo iba a pescar pulpos para comer…
O sea, la gente conocía el sitio patrimonial por su vivencia diaria desde hace años y por el desprendimiento de algunas piedras de la estructura del Fuerte causada por las mareas y por los pulpos que se ocultaban dentro de los viejos cañones, que en la marea baja eran capturados por los pescadores.
También me preguntaban si algún día podría ser contada la historia, el relato de las piedras sumergidas y de los cañones que quedaron en silencio, solo alterado por los pulpos… y desde entonces mi motivación creció.
En 2009 y 2010, con el apoyo del Ayuntamiento y de la Marina Costera de Olhão, en el marco de actividades estivales, llevamos a grupos de jóvenes a visitar el sitio, en la marea baja. Un día, uno de ellos, empezó a caminar muy pensativo entre las piedras, los cañones y la arena mojada y le pregunté: ¿Por qué estas caminando así?
-¿Pues, cómo no?-respondió- ¡Estoy pisando historia, los restos del Fuerte que hay aquí abajo!
En ese momento entendí que todo lo que nosotros hemos hecho en aquel sitio y con la gente ha sido precioso.
Entonces la historia del Forte de São Lourenço (Olhão) cobró sentido y de algún modo fue reconstruida. Una identidad reconocida y compartida por la gente, con el reconocimiento de los pescadores y de los niños y jóvenes – lo que allí han entendido es exactamente lo que es el patrimonio cultural subacuático.
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