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39 tumbas

El imperdonable olvido del primer asentamiento español en América

39 tumbas
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Por MIGUEL RUIZ MONTÁÑEZ

 

La costa norte de la isla la Hispaniola conserva grandes tesoros de nuestro pasado. El propio Cristóbal Colón realizó un dibujo con su pluma de esa zona costera. Durante años había sacado a flote su hacienda vendiendo cartas de marear en Portugal. En ese primer detalle de América, el descubridor traza un perímetro donde curiosamente se encuentran dos localizaciones que deberían ser Patrimonio de la Humanidad: los primeros asentamientos en el Nuevo Mundo. El propio programa de la Unesco menciona que el objetivo de esa calificación es catalogar, preservar y dar a conocer sitios de importancia cultural excepcional para la herencia común de la humanidad. Y, sin duda, esa costa tiene méritos propios para alcanzarlo.

MAPA DIBUJADO POR COLÓN DESDE LA SANTA MARÍA

Me refiero, por un lado, a los restos de la nave Santa María, y por otro, a la Isabela. Hoy día esos enclaves están separados por una frontera, en una isla que fue descrita por el descubridor como la perla de esos mares. En territorio haitiano, está el lugar donde encalló la nao capitana. Llamada originalmente La Gallega, era propiedad de Juan de la Cosa y fue donde embarcó Colón, las otras dos eran carabelas.

Durante la Nochebuena de 1492, el barco, con la mayoría de las provisiones, quedó varado en un banco de arena. Los arrecifes de coral destrozaron y obligaron a evacuar la nave. Con los restos construyeron en tierra una fortaleza, la primera población europea en suelo americano, donde quedaron 39 españoles a la espera de que Cristóbal regresara tras el tornaviaje a España. Se le llamó Fuerte Navidad. En ese primer desencuentro entre las dos culturas, todos los hombres habían muerto cuando el almirante regresó. Una docena de sus cadáveres habían sido colgados por los nativos, muchos sin ojos, para que se pudrieran al sol. Nunca sabremos lo que ocurrió realmente, pero sí que 39 tumbas fueron cavadas en ese lugar. Cada vez que se encuentra cualquier pequeño indicio en esa zona, despierta un gran interés internacional, como narró el “New York Times” del 27 de agosto de 1985, cuando investigadores de la Universidad de Florida hallaron indicios.

RESTOS DE LA ALHÓNDIGA

Tras el fracaso de ese primer asentamiento, La Isabela fue el siguiente enclave elegido por Colón para construir otro más estable. Por razones del destino, y a pesar de estar tan cerca, si el primero es territorio de Haití, este segundo se encuentra en la República Dominicana. Se puede visitar, y aunque está muy deteriorado y mal cuidado, aún se conserva allí restos de la casa de Colón, iglesia, cementerio y alhóndiga.

LOS RESTOS DEL CEMENTERIO DE LA ISABELA

Ambos enclaves están apenas separados por poco más de cien kilómetros. El lugar donde encalló la Santa María y se construyó el Fuerte Navidad está localizado en las cercanías de la ciudad de Cabo Haitiano, punta Picoleto, en la desembocadura del rio Grand Rivière du Nord. En esa localización se conserva un ancla y un pequeño monolito.

[lea aquí el proyecto arqueológico impulsado por científicos españoles para hallar los restos de la nao Santa María]

Hace años la excavación se presentaba compleja, porque tras quinientos años la zona ha quedado cubierta con sucesivos aluviones del rio. Pero hoy día ya es posible encontrar los restos con técnicas de prospección geológica relativamente baratas. El premio es enorme, podrían ser el pecio, seguramente las piedras de lastre que daban estabilidad a la nave y restos de madera ibérica, así como elementos olvidados al abandonar el barco apresuradamente. Los americanos ya encontraron trozos de loza, vidrios y restos de huesos de cerdo. Tal vez un resultado modesto, pero que conecta con uno de los momentos más decisivos de la historia de la Humanidad. Además, el premio gordo de la búsqueda sería encontrar los restos del Fuerte Navidad y las tumbas de esos 39 primeros españoles que se dejaron la vida en aquella aventura incierta. Así lo explicaron los investigadores de Florida, que relacionaron las piezas encontradas en esa zona con el Fuerte más que con la nave.

RESTOS DE LA IGLESIA

España debería apostar por liderar de una vez por todas esa excavación arqueológica, porque no es nada costosa. No es la primera vez que investigadores españoles apuestan por esa idea, tenemos los medios y el ingenio para rematar con éxito esta empresa. Tal vez solo faltan las ganas por parte de nuestros responsables públicos.

VIAJE A LOS VESTIGIOS QUE HOY PUEDEN VISITARSE

Cuando la situación sanitaria lo permita, cualquiera que quiera visitar la zona debería iniciar el viaje por la República Dominicana. Los vuelos a Santo Domingo son la mejor solución, si bien Puerto Plata es el aeropuerto más cercano. Alquilar un coche y conducir en el país es seguro y sencillo. Se puede visitar la Isabela, que es un parque histórico que no decepciona, aunque sea horroroso lo que ocurrió el siglo pasado. La villa había caído en el olvido, hasta que, con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América en 1892, se publicaron varias noticias sobre ella y relatos de viajes a sus ruinas.

A mediados del siglo XX comenzaron las primeras de una serie de excavaciones arqueológicas que han ido revelando información sobre los edificios y sus pobladores. En paralelo, las ruinas fueron sufriendo graves daños por parte de cazatesoros y de intervenciones desacertadas de las administraciones públicas. La más sonada, la que protagonizó el dictador Trujillo, cuando mandó limpiar la zona porque su amigo Franco le había pedido que atendiese a un investigador español interesado en el asentamiento. La orden se cumplió de modo radical, nadie osaba contradecir a Trujillo, así que limpiaron textualmente el lugar con máquinas excavadoras, arrasando la mayoría de las construcciones que habían sobrevivido casi cinco siglos.

Para visitar la Isabela se puede pernoctar en Monte Cristi, dispone de hoteles de playa y es una zona preciosa. El paso fronterizo con Haití más cercano es Dajabón, unos pocos kilómetros al sur. Desde ahí a Cabo Haitiano hay unos 50 kilómetros, si bien la situación de ese otro país es complicada, y no es tan recomendable como el tránsito por la República Dominicana.

Sería un sueño para muchos que se pudieran encontrar los restos de la Santa María y del Fuerte Navidad, y construir junto a la Isabela un espacio en memoria a nuestro pasado, a esos 39 españoles que dieron su vida en el primer viaje a América.

 

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