Si Obama no permaneciera aún en la categoría de seres sagrados de la izquierda mundial, o, simplemente, si fuera de derechas, un comentario como el que ha realizado sobre Sarah Palin lo habría puesto en la picota, en la picota de los líderes políticos machistas. Me refiero a eso de que “la última vez que lo consulté, Sarah Palin no era una experta en temas nucleares”, comentario de Obama para ridiculizar las críticas de Palin al nuevo tratado de desarme nuclear firmado por Obama y Dimitri Medvédev (ved el reportaje completo sobre las declaraciones en The Huffington Post).
Y comentario que reproduce un tic machista todavía muy extendido que nos afecta a las mujeres con cierta frecuencia. Me ha pasado en algunos debates y tertulias, como a todas las mujeres. El machista cromañón de turno que te espeta aquello de que “no sabía que fueras experta en este asunto”, o, más directamente, “¿Y qué sabes tú de eso?”, sobre todo cuando se ha quedado sin argumentos y no puede soportar un minuto más la superioridad de una mujer.
De armas nucleares, Palin sabe, obviamente, lo mismo que Obama, o sea, nada. No recuerdo que ninguno se licenciara en Física Nuclear, más bien en Periodismo y en Derecho, respectivamente. Ambos basan sus posiciones políticas en los consejos de los expertos. Y a nadie se le ocurriría ridiculizar a Obama por la firma del tratado con Rusia con la imbecilidad de que “la última vez que lo consulté. Barack Obama no era un experto en temas nucleares”.
Pero ni siquiera el gran Obama ha evitado la tentación de caer en la vulgaridad de algunos de esos periodistas y tertulianos acomplejados que nos tocan en suerte de vez en cuando a las mujeres.
Machismo
