Las mujeres, tan atentas siempre a los excesos machistas, debemos reconocer que el machismo se aplica en algunos casos a los propios hombres. Pienso, por ejemplo, en asuntos muy serios, como la tendencia de los jueces a dar siempre la custodia de los hijos a las madres y a denegársela a los varones. Y pienso en asuntos más frívolos como los distintos juicios sobre el cuidado del cuerpo cuando es un hombre el que los protagoniza.
Impresionantes las risas, puyas y maldades lanzadas contra los músculos de Aznar. Lo increíble es que ni siquiera se han limitado al ámbito privado. ¡Hasta editorial de El País! Ayer, ridiculizando a Aznar a cuenta de sus abdominales. Tal era la mala baba del editorialista que hasta concluía que el cuerpo de Aznar ni siquiera estaba bien, después de tanto gimnasio: “Si a partir de ciertas edades los cuerpos de ajamonan o se amojaman, en el caso de ex presidente del Gobierno tanta flexión, combinada con la edad, ha producido un llamativo acecinamiento, como si el músculo, castigado por la neurosis vigoréxica, renunciase a florecer y se replegara atemorizado sobre los huesos”. Ay! Y este es el periódico que publicaba recientemente una portada con inmensa fotografía de los culos de la princesa Leticia y de Carla Bruni porque, al parecer, los cuerpos femeninos llenos de horas de gimnasio y de dietas severas sí son admirables.
Y extiendo esto último a todos los medios, siempre babeantes ante todo cuerpo femenino machacado a base de cirujano estético, entrenador personal, mucha hambre y duro gimnasio. Y admirados hacia todas las mujeres que mantienen esos cuerpos cuando han pasado de los cincuenta. Pero al menos todos esos otros medios se han abstenido de aplicarle una vara de medir distinta al hombre, en este caso, a Aznar. Aunque no les hayan faltado las ganas, me temo.
Machismo
