Las vueltas que da la vida, que dice la canción. Este mismo hombre, Juan Luis Cebrián, nos llamaba fundamentalistas a algunos por ponernos tan trascendentales como él con los principios democráticos. Me refiero al artículo que publica hoy en El País y en el que afirma que está en peligro la división de poderes, que hay excesos incompatibles con el talante democrático, que se gobierna para los amigos y con desconfianza y recelo frente a la soberanía popular. “Ningún demócrata que se precie puede pasar por alto semejante desatino”, concluye.
La diferencia es que Cebrián nos llamaba fundamentalistas a los que nos pusimos así de trascendentales con los principios democráticos para erradicar el terrorismo en el País Vasco. En aquel movimiento en el que estaban el PSOE, el PP y los movimientos cívicos, Jaime Mayor, Nicolás Redondo, Fernando Savater. Y Cebrián se pone fundamentalista por el decreto gubernamental de la TDT de pago aprobado por el Gobierno y tan perjudicial para Prisa.
No tengo conocimientos suficientes sobre televisión para opinar sobre ese decreto. Como abonada a Digital Plus, me temo que me perjudica porque estoy satisfecha con ese abono y Digital Plus tiene un futuro incierto. Pero sí que me resulta irónico leer a Cebrián tan indignado con lo que considera ruptura de principios democráticos cuando nos llamaba fundamentalistas de la democracia a quienes los defendíamos y defendemos con esa misma pasión, pero frente al terrorismo. ¡Ay! las vueltas que da la vida
principios democráticos