Se convirtió en la frase de la campaña electoral de 2015, cuando Pedro Sánchez le espetó a Mariano Rajoy en un debate aquello de “Usted no es una persona decente”. No fue una frase aislada de Sánchez, un momento de descontrol, un error del que se arrepintiera; fue una frase muy calculada y preparada, el núcleo de la campaña y de la estrategia socialista contra el PP y contra Rajoy, en las elecciones de 2011, de 2015, de 2016 y ahora. La campaña propagandística según la cual la corrupción es cosa del PP, su rasgo fundamental, lo que inhabilitaría al PP y a Rajoy para gobernar.
Y lo increíble es que siendo la corrupción del PSOE la misma o mayor, esa campaña ha tenido éxito, entre otras cosas porque Ciudadanos también la utiliza. Y ocurre que cuando surge otro caso de corrupción socialista como el que relata este periódico hoy, con información de Rosana Crespo y Alberto Caparrós sobre una posible “Gürtel” socialista en Valencia (“Acuamed contrató por 405.000 euros a la firma investigada por pagos al PSPV”), el PSOE calla, Pedro Sánchez no dice una palabra…y sigue hablando de la corrupción del PP. Como lo ha hecho todos estos años, a pesar de que el mayor caso de corrupción de la democracia española, los ERE, es socialista.
Según los argumentos usados por el propio Sánchez, ¿debería decirle Rajoy que “usted no es una persona decente”? ¿Debería reprocharle que “lo suyo no es lo de una única manzana podrida, usted está asediado por la corrupción”, como también le dijo Sánchez a Rajoy en el Parlamento? ¿O debería pedirle la dimisión por “la corrupción sistémica” del PSOE, otra de las frases de Sánchez contra Rajoy? O, otra acusación de Sánchez, ¿debería exigirle Rajoy que “por decencia” asuma sus responsabilidades políticas por los casos de corrupción del PSOE y dimita?
¿Y deberían exigir Ciudadanos y Podemos las comisiones de investigación que inmediatamente piden para cualquier caso de corrupción del PP, como también recuerda hoy el editorial de este periódico? (“Sospecha de Caja B también en el PSOE”) Pregunta retórica, por supuesto, sobre la diferente vara de medir la corrupción en España.
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