El rico, el fútbol, al menos en una buena parte del mundo. El pobre, casi todos los demás. Entre ellos, la mayoría de los que compiten en los Juegos Olímpicos de Londres. Lo que lleva estos días a los habituales y amargos lamentos por la injusticia de que unos tengan tanto y otros tan poco.
Por ejemplo, Ana Tarrés, la entrenadora de las medallas de plata en natación sincronizada, Andrea Fuentes y Ona Carbonell, da una entrevista realmente interesante hoy en El País, con reflexiones dignas de ser tenidas en cuenta, como su comparación de la forma de trabajo de hombres y mujeres. Pero, cuando el periodista Diego Torres le pregunta “¿Qué le sugieren José Mourinho y Pep Guardiola?”, Tarrés responde: “Que la realidad de la mayoría de los españoles está en otro lado”.
Pues no, esa es más bien una negación de la realidad. La realidad es que la mayoría de los españoles somos muy aficionados al fútbol y que el fútbol es el deporte rico precisamente por eso, porque es el preferido de la mayoría. Ante lo que no valen las amarguras sino el reconocimiento de tal realidad.
Lo que incluye el reconocimiento de que los valores positivos del fútbol son los mismos que los de los demás deportes: trabajo duro, sacrificio, disciplina, espíritu de superación, ambición, ilusión, claridad de objetivos y compañerismo. Con la única diferencia de que los futbolistas cobran mucho más por ello porque hay bastantes más espectadores dispuestos a pagarlo.
Ahora bien, es cierto que los deportes pobres podrían ser impulsados y popularizados con otra actitud, desde los medios de comunicación, en primer término. Un buen ejemplo es lo que está ocurriendo en los Juegos. La gran cobertura de algunos medios, por ejemplo, las fantásticas retransmisiones de Manolo Lama en COPE, está consiguiendo que algunos, yo misma, sigamos los combates de Taekwondo o los partidos de waterpolo con la misma emoción que el Europeo de fútbol. Y eso significa que los deportes pobres no tienen que serlo eternamente o que existe una afición potencial mucha mayor de la que se supone.
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