Diez años después del 11-S, la teoría de la conspiración de la izquierda sigue firme en sus alegatos: los culpables auténticos de todo son Bush, los neocon y Estados Unidos.
Un participante en los debates online del diario Público apodado Julio2010 resume hoy con mucho sentido del humor el contenido básico de esa teoría de la conspiración : “Al final, las Torres Gemelas chocaron contra unos aviones que Bush y los neocon habían fletado y puesto en el medio para quedarse con el petróleo y liar una crisis financiera”.
Interpretaciones del 11-S y la década posterior según los medios de la izquierda:
Público: El 11-S fue utilizado por la ultraderecha para desplegar su pensamiento único, militarista, imperial y despiadado ("Un atentado que dio paso al orden mundial neocon"). Y la auténtica causa de que “tantos suicidas se inmolaran” (atención al verbo) fue la opresión israelí en Palestina.
The New York Times: Artículo especial del periodista pakistaní Ahmed Rashid ( “And Hate Begat Hate”) sobre las responsabilidades en el crecimiento del fundamentalismo en Afganistán y Pakistán y el odio a Estados Unidos. ¿Quiénes son los culpables? ¿Quizá los propios fundamentalistas? Pues no, el culpable es Estados Unidos. En un artículo de 24 párrafos, Rashid apunta algunas responsabilidades del Gobierno de Pakistán en el párrafo…vigésimo.
The Guardian: Varios vídeos de intelectuales sobre el 11-S y el mundo posterior. Noam Chomsky, como siempre, responsabilizando a Estados Unidos “por actuar a sabiendas de que sus acciones incrementarán el terrorismo”. O Mary Kaldor, con su habitual discurso de que no debes convertir la política en una cosa de amigos y enemigos, como ha hecho Estados Unidos. Fíjese usted qué idiotez eso de considerar a Al Qaeda un enemigo.
El País: Increíble artículo del hasta ahora consistente Moisés Naim (“El 11-S, Al Qaeda y el Tea Party”) poniendo en el mismo plano el fundamentalismo islámico y el Tea Party, como si el segundo tuviera también una organización terrorista. Y como si el Tea Party no fuera lo que es en política exterior, un firme partidario del aislacionismo americano, en las antípodas de los neocon en política internacional, y, por lo tanto, con muy poco que ver con el debate sobre el 11-S.
Y todo lo anterior, la teoría de la conspiración de la izquierda sobre el 11-S podría ser peor si no gobernara Obama y defendiera una acción y un discurso muy parecidos a los de Bush. Una muestra del artículo de Obama sobre el 11-S, el jueves, en USA Today (“Let´s reclaim the post- 9/11 unity”): “Los autores de esos ataques querían aterrorizarnos, pero no son capaces de poner a prueba nuestra resistencia. Ahora, nuestro país es más seguro y nuestros enemigos más débiles. Y aunque hemos administrado justicia a Bin Laden y puesto a Al Qaeda en el camino de la derrota, nunca debemos vacilar en la tarea de proteger nuestra nación”
11-S
