Ceder ante los etarras y ante los piratas es exactamente igual desde un punto de vista político, democrático y legal. Lo he escrito, lo he afirmado y lo vuelvo a reafirmar frente a las opiniones contrarias, como las de algunos de vosotros en post anteriores.
Una cosa es que etarras y piratas sean diferentes. Y otra que lo sean la negociación y la cesión. Que son diferentes, es obvio. ETA es una banda terrorista y su violencia tiene objetivos políticos. Y los piratas forman una banda de delincuencia común y su violencia tiene objetivos económicos. Y, además, ETA es una banda nacional y los piratas son extranjeros. Otra cosa es la negociación y la cesión, que son las mismas. Uno puede defender que las consecuencias de la cesión son más graves en el caso etarra que en el de los piratas. No estoy de acuerdo, pero el argumento tiene fundamento.
Pero donde no veo diferencia alguna es en la naturaleza de la cesión y en su significado para la autoridad y la legitimidad del Estado y para el Estado de Derecho. En ambos casos, el Estado hace dejación de su autoridad, cede ante los delincuentes, destruye los principios del Estado de Derecho y pierde legitimidad.
Ya que Somalia parece tan lejana, planteemos un hipotético caso en territorio nacional e imaginemos el secuestro de varias decenas de personas por parte de una banda de narcotraficantes. Imaginemos también que el Estado está dispuesto a cumplir las dos exigencias de los delincuentes, pagar 6 millones de euros y liberar a dos traficantes encarcelados. ¿Hay menos destrucción de la autoridad del Estado y del Estado de Derecho en este último caso que en el de un secuestro etarra con exigencias económicas y de liberación de presos?
Terrorismo
