ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Bukubuku por Emilio de Miguel Calabia

Zóbel

Emilio de Miguel Calabia el

Zóbel fue mi introducción al arte abstracto. Zóbel y mi amigo Chema, que quería ser artista, acababa de descubrir a Zóbel y estaba entusiasmado. Fuimos a visitar la exposición sobre Zóbel que la Fundación March organizó en 1984 u 85, no me acuerdo bien, y nos encantó. Unos meses después volvimos a la Fundación para ver una exposición de Robert Rauschenberg y ahí no nos enteramos de nada.

¿Por qué Zóbel le llega al espectador novicio de una manera que otros pintores abstractos no le llegan? Tal vez la respuesta nos la dé el propio Zóbel, que una vez dijo: “Mi pintura siempre ha sido tranquila. Busco el orden en todo lo que me rodea. En el orden, en el sentido más amplio de la palabra, busco la razón de la belleza (…). Por eso soy incapaz de emplear directamente un modelo. Me fío mucho más de la ordenación que impone la memoria. La memoria selecciona y organiza. Me dice al oído: esto es lo que vale la pena, y yo intento escuchar.” Es algo tan universal, algo que nos atañe tanto a todos, que resulta imposible no empatizar con él. Zóbel habla de lo más básica: la memoria y el orden. Todas las cosas tienen su orden, pero a veces hay que poner un poco más de atención para encontrarlo.

Hay una parte de la obra de Zóbel, la que más me llega, que tiene un aire oriental. Esos cuadros me recuerdan a las estampas chinas en las que los majestuosos picos sobresalen de entre un mar de nubes y nieblas. Hablando de su proceso creativo, Zóbel dijo: “Mi proceso es clásico, es el proceso de apunte-dibujo-boceto-cuadro. El apunte pretende recordar una idea. El dibujo intenta fijarla. El boceto es un ensayo de realización. Es un proceso de eliminación, de ir eliminando distracciones. El cuadro pretende ser la realización lo más clara posible de la idea inicial.” También esta idea de la simplicidad, de ir eliminando lo superfluo, es muy oriental. Todo el mundo conoce los haikus japoneses, una composición de estructura 5-7-5 sílabas. Pues bien, aún existe el haiku mijikai, el haiku destilado y exprimido hasta dejarlo en una gota. Un ejemplo de Marita Gargiulo: “light snow/ a thin excuse”.

El haiku mijikai y la pintura de Zóbel pueden parecer sencillos, pero en ellos todo ha sido pensado de antemano. Hay algo de koan: esfuérzate hasta el punto en que no puedas esforzarte más y en ese momento algo se rompe en tu mente y de manera espontánea regresas a la simplicidad, al rostro que tenías antes de que nacieran tus padres.

 

Otros temas

Tags

Emilio de Miguel Calabia el

Entradas más recientes