Emilio de Miguel Calabia el 26 dic, 2023 La teoría del ajuste fino dice que hay toda una serie de constantes físicas fundamentales cuyos valores están finamente ajustados como para permitir la emergencia de la vida en nuestro universo. Un leve variación el universo habría evolucionado de una manera distinta y la vida no habría llegado a formarse. Stephen Hawking, que no solía meter a Dios en sus ecuaciones, reconoció que “las leyes de la ciencia, según las conocemos ahora, contienen muchos números fundamentales (…) Lo notable es que los valores de estos números parecen haber sido finamente ajustados para hacer posible el desarrollo de la vida.” El físico Martin Rees redujo la teoría del ajuste fino a seis constantes cosmológicas, pero hay más en las que uno podría fijarse. Por ejemplo, la eficiencia nuclear de la fusión de hidrógeno a helio es 0,007, cuyo valor viene determinado en parte por la fuerza nuclear fuerte. Si el valor fuera 0,0006 sólo existiría hidrógeno. Si fuera mayor de 0,0008, no habría hidrógeno porque todo se habría fusionado poco después del Big Bang. Otro ejemplo es el parámetro de densidad: en un universo menos denso la expansión habría prevalecido sobre la gravitación y no habrían podido formado estructuras complejas como las estrellas; en un universo más denso, la fuerza gravitatoria habría hecho que la expansión colapsase y la vida del universo habría sido muchísimo más breve. Podrían aducirse muchos más ejemplos, pero eso se lo dejo a José Manuel Nieves. Me gusta mucho la cosmología, pero mi fuerte es la filosofía. Si el ajuste fino es cierto, puede que… 1) Por un azar extremadamente improbable, pero no imposible, el universo haya surgido con los parámetros necesarios para que se pudiesen construir las estructuras físicas (estrellas, galaxias…) que ulteriormente harían posible la vida. Lanzar una moneda al aire mil veces y que todas te salga cruz teóricamente es posible, pero es extremadamente improbable. 2) Existan infinidad de multiversos y casi es de cajón que al menos uno entre ellos estará finamente ajustado para la vida. Esta teoría tiene el gran problema de que no parece posible demostrar la existencia de otros universos. Además, otra cuestión que no se suele mencionar es que, si efectivamente hay otros universos ahí afuera, ¿cómo sabemos si son dos o 50.000 billones? Si son dos, nuestro universo sigue siendo muy improbable; si son 50.000 billones se vuelve bastante probable. 3) Vivamos en una simulación. Los parámetros cosmológicos no serían más que las especificaciones que el diseñador de la simulación ha establecido para que ésta pueda desplegarse. Dado que no creo que vivamos en una simulación, esta explicación la clasifico entre las cosas que dicen los frikis de Silicon Valley cuando están fumados. 4) Exista un Dios creador, que creó un universo tal que pudiera generarse vida en él. 5) El propio universo tenga consciencia y se haya dado los parámetros necesarios para que la vida pudiera surgir. La teoría del ajuste fino está lejos de haber conseguido la unanimidad entre los cosmólogos. Las recusaciones son importantes y hay que tomarlas en consideración, porque algunas dan que pensar. Eso sí, leyéndolas se advierte que para muchos de sus proponentes lo principal no es tanto analizar cómo está construido el Cosmos como pararles los pies a los que intenten utilizar el diseño inteligente para proponer la existencia de un Dios que ha diseñado inteligentemente el universo, que es justo a lo que apuntan algunos de los defensores del ajuste fino. O sea, que al final casi estamos hablando más de metafísica que de cosmología. Veamos, pues, los argumentos de quienes deniegan el ajuste fino: 1) Tal vez la impresión de que el universo está finamente ajustado proceda de nuestro conocimiento imperfecto de los parámetros de esas constantes. No sabemos cuántas configuraciones distintas son posibles. Tampoco sabemos cuántas configuraciones pueden conducir a la aparición de la vida. Dos líneas de investigación que ya se están siguiendo son: 1) Al hablar de ajuste fino, los investigadores han tomado cada constante por separado. ¿Qué ocurriría si las considerasen en conjunto? Tal vez los márgenes en los que se movería cada constante serían más amplios; 2) ¿Y si las constantes variasen con el tiempo? 2) Tal vez el ajuste fino sea una ilusión y los márgenes necesarios para la emergencia de la vida sean mayores de lo supuesto. Por otra parte, se parte siempre de una vida basada en el carbono, no indagando otras posibilidades. 3) Sería más correcto decir que no es tanto que el universo esté finamente ajustado para la vida, sino que está finamente ajustado para que aparezcan las estructuras que permiten que la vida emerja. 4) La entropía, que señala que el universo comenzó en un estado extremadamente ordenado y se dirige hacia uno de extremado desorden en el que la vida no será posible. En “Cosmosapiens”, que comenté aquí en octubre, el autor, John Hands, muestra ciertas dudas sobre lo que sabemos con respecto a la entropía. Por lo que sabemos de la evolución del universo, lo que percibimos es una tendencia hacia estructuras cada vez más complejas. La idea de que inicialmente el universo existía en un estado de cero entropía no es más que una teoría. Hace tiempo leí “At home in the Universe” por Stuart Kauffman. Kauffman defiende que la naturaleza tiende al orden. Una vez pasado un cierto umbral de complejidad, se produce un salto cualitativo hacia un nuevo orden más complejo (otros que han defendido una dea similar desde una perspectiva más filosófica son Teilhard de Chardin y Ken Wilber). Así, por ejemplo, si un número suficiente de moléculas sobrepasan un cierto umbral de complejidad, se autoorganizarán en un nuevo nivel de complejidad: la célula viva. La vida no sería un producto casual del funcionamiento del universo, sino un producto inevitable. La teoría es tan bonita como consoladora, pero, dado que no hemos encontrado aún vida microbiana fuera de la Tierra, no deja de ser eso, una teoría. Además, como siempre digo, que unas cuantas moléculas lleguen a autorreproducirse no me causa especial emoción. Es la vida multicelular y con inteligencia la que me interesa. Llevamos descubiertos más de 5.000 planetas. Por sus características y las de las estrellas en torno a las que orbitan parece poco probable que en ellos exista vida inteligente. Cierto que el universo es inmenso y contiene infinidad de planetas. Lo más que podemos decir es que en nuestro rinconcito galáctico no parece que hayamos encontrado ningún planeta que albergue vida inteligente. Cierto que sólo hemos analizado una parte infinitesimal del universo. Pero la impresión es que en esta parte nuestro sistema solar y la Tierra son bastante excepcionales. Y aquí me gustaría introducir a Paul Dirac, tal vez el mayor físico del siglo XX después de Einstein. Habiendo sido ateo en su juventud, más adelante elaboró una postura más matizada: si la emergencia de la vida es extremadamente difícil, tanto que sólo hubiera ocurrido una vez en todos los planetas, deberíamos estimar la existencia de Dios como probable, casi inevitable; si, por el contrario, la emergencia de la vida es sencilla al estilo de Kauffman, entonces no existe Dios. Mi impresión es que no es tan sencilla la emergencia de la vida y su evolución hasta alcanzar la inteligencia. Pero hay científicos que acaso sospechen lo mismo y se apresuran a cerrar el paso a cualquier tipo de intervención divina. Sus argumentos tienen su aquél: resulta difícil argumentar un universo teleológico cuya finalidad última sea la vida inteligente, cuando ésta tardó 13.800 millones de años en aparecer, al menos en la Tierra, y el 99% de las especies que alguna vez existieron están extinguidas. Seríamos el resultado del puro azar. No sé, cuando algo extremadamente improbable sucede… ¿cabe seguir hablando de azar? Otros temas Tags Ajuste finoAzarConstantes cosmológicasCosmologíaDiosDiseño inteligenteEntropíaJohn HandsMartin ReesMultiversosPaul DiracStephen HawkingStuart KauffmanVida Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 26 dic, 2023