(George H. W. Bush y Mijail Gorbachov, poniendo fin a la Guerra Fría y augurando un futuro de paz, colaboración y muchos abrazos internacionales
Lo que salió de la II Guerra Mundial no fue una evolución del sistema de Entreguerras, sino un sistema completamente nuevo, cuyas características esenciales fueron: 1) División del mundo en dos bloques antagónicos, cada uno de los cuales aspiraba a frenar la expansión del otro y, eventualmente, a eliminarlo; 2) La aparición de las armas nucleares que hizo que los costes de una guerra entre las dos superpotencias fuesen prohibitivos e incentivó las guerras por intermediario; 3) La aparición del Tercer Mundo, fruto de la ruptura de los imperios coloniales. Muchos de los nuevos Estados optaron por modelos estatistas y seudomarxistas (digo seudomarxistas, porque a menudo se trataba de un marxismo mal digerido que aplicaban como podían a situaciones para las que el marxismo no estaba pensado). El Tercer Mundo se convirtió en el terreno de combate preferido por las superpotencias ante los riesgos de enfrentarse en el escenario europeo, que era el que de verdad les importaba; 4) Creación de la ONU, con un carácter más universal que la Sociedad de Naciones y una mayor institucionalización; 5) Creación de instituciones que ayudasen al gobierno de la economia mundial y a evitar las crisis económicas (el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la abortada Organización Internacional del Comercio), algo que había faltado en el período de Entreguerras.
El sistema internacional de la posguerra terminó la noche del 9 de noviembre de 1989, cuando cayó el Muro de Berlin. El sistema de posguerra había sabido evolucionar a medida que el entorno cambiaba. Así pues, en 1989 no zozobró como el sistema de Entreguerras, sino que pasó a un nuevo estadio de equilibrio y se transformó en el sistema de la posguerra fría.
Los rasgos principales del sistema de la posguerra fría fueron: 1) Existencia de un solo hegemón; 2) Lo económico toma el asiento del conductor y lo político pasa al asiento del acompañante. Recordemos que, en cambio, en el sistema de Entreguerras sólo existía lo político; 3) Globalización. El mundo está interrelacionado, sobre todo en lo económico y lo comercial. La economía se concibe a escala mundial o, al menos, a escala superregional (es el momento de la aparición de los grandes esquemas comerciales: el Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, APEC, el Mercado Único Europeo…); 4) Triunfo del neoliberalismo como La Única ideología económica y entronización de los mercados. La economía se financializa; 5) El triunfo del neoliberalismo en lo económico va acompañado del triunfo de la democracia en lo político. La impresión es que neoliberalismo y democracia van de la mano y que el triunfo de uno en un país implica a medio plazo el triunfo del otro. Neoliberalismo y democracia son el destino de la Humanidad; 6) Multilateralismo. EEUU se plantea ser un hegemón benévolo que dirija el orden mundial apoyándose de las organizaciones internacionales.
Durante la primera década del sistema, la de los noventa del siglo XX, los dos principales hechos sistémicos fueron: 1) El hundimiento de la URSS y su transformación traumática en lo político y económico. Cuando un elemento importante de un sistema colapsa, las olas que produce afectan a todo el sistema. La URSS/Rusia era un elemento importante a pesar de su derrota en la Guerra Fría. EEUU básicamente ignoró lo que estaba sucediendo en Rusia. Las consecuencias de esa negligencia se verían en la década siguiente; 2) La emergencia del yihadismo y su concepción de guerra a muerte con Occidente, especialmente en su versión norteamericana. EEUU estaba tanteando cómo hacer frente a esa nueva amenaza, cuando ocurrieron los atentados de las Torres Gemelas.
Los atentados de las Torres Gemelas supusieron un cambio sistémico. Era preciso transformar el sistema para hacer frente a la nueva amenaza, aunque se presentase como una defensa del status quo. La respuesta de EEUU fue modificar el sistema de las siguientes maneras: 1) Primacía de lo militar sobre la diplomacia; 2) Unilateralismo. El multilateralismo era una rémora. EEUU haría lo que tenía que hacer con quienes quisieran acompañarle; 3) El terreno de juego clave es el Gran Oriente Medio, que va de Egipto hasta Afganistán y Pakistán. Es allí donde EEUU se va a jugar su condición de única hiperpotencia para las próximas décadas. El resto de los escenarios pierden importancia.
La crisis financiera de 2008 fue un síntoma de que el sistema de la posguerra fría empezaba a deshilacharse. El neoliberalismo y la globalización habían demostrado sus límites. Otro síntoma de fatiga del sistema fue el fracaso militar de EEUU en Iraq y Afganistán. Para mí, esto indicaba que la vía escogida en 2001 para responder a los cambios en el entorno había sido equivocada.
La respuesta a esos dos cambios sistémicos fue más de lo mismo, a ver si el sistema sigue adelante. EEUU se obcecó en la vía militar en Iraq y Afganistán. En el frente económico, optó por parchear para salvar el neoliberalismo y la globalización en lugar de preguntarse si no había llegado el momento de cambiar de marcha. No recuerdo a qué autor leí que se sorprendía de que tras la crisis financiera de 2008 en las facultades de economicas se siguieran enseñando las mismas teorías que habían llevado a la debacle de 2008. Pues eso, se siguió funcionando como si la crisis de 2008 hubiera sido un mero accidente que pronto se dejaría atrás.
La segunda década del siglo XXI ha traído una serie de cambios para los que es obvio que el sistema de la posguerra fría, tal y como se ha venido practicando, no está preparado. Los principales son: 1) La emergencia de China como el gran rival de EEUU que, además, tiene un modelo propio que desea exportar; 2) Una Rusia parcialmente recuperada, que, además de tratar de recuperar su estatura de gran potencia, juega a sabotear el sistema; 3) Una desigualdad social exacerbada por el neoliberalismo y la globalización que ha traído a los populismos; 4) Relacionado con lo anterior, un retroceso de la democracia en el mundo y de su atractivo, así como una pérdida de calidad democrática en los países que siguen siendo democracias; 5) Migraciones de un volumen inusitado provocadas por conflictos y los efectos del cambio climático; 6) Un cambio climático que se está acelerando y al que el sistema está respondiendo con extrema lentitud; 7) El covid, que ha venido a exacerbar las contradicciones que ya tenía el sistema.
Para mí, os encontramos en un momento similar al de finales de los años 30. El sistema internacional no da más de sí. Las posibilidades son tres: 1) Que se produzca un cambio sistémico para responder a las grandes mutaciones que se han producido en los últimos quince años. Sería la mejor de las opciones, pero viendo los “estadistas” que pululan por el mundo, dudo mucho que vaya a ocurrir; 2) Que se produzca un cambio radical de sistema. Evidentemente quien podría introducir ese cambio es China, que tiene su propio modelo: combinación de autoritarismo en lo político con libre mercado controlado y dirigido por el Estado en lo económico; son los resultados económicos y la mejora del nivel de vida los que legitiman a los gobernantes; control social de la población; 3) El caos, que no tiene por qué implicar una guerra. El caos significa simplemente que el sistema deja de funcionar, que las cosas se vuelven impredecibles y la interrelación jerarquizada entre los elementos que componen el sistema salta por los aires. El caos puede durar muchos años o pocos años y acaba dando paso a un nuevo sistema después de mucho sufrimiento.
¿Hace falta que diga cuál de las tres opciones me parece la más probable?
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