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Lo que va de Camboya-1979 a Myanmar-2021 (y 4)

Emilio de Miguel Calabia el

El 24 de abril ASEAN convocó una Cumbre especial en Yakarta a la que asistió Min Aung Hlaing, pero a la que no se invitó a ningún representante del Gobierno de Unión Nacional que habían formado elementos opuestos al golpe. La comunidad internacional tenía muchas esperanzas puestas en esta reunión. Para muchos lo mejor era una solución regional a la crisis birmana. ASEAN decepcionó. De la reunión salieron cinco puntos de consenso para resolver la crisis, entre los que no se contaba la liberación de los presos políticos. Tan pronto hubo regresado a Yangón, Min Aung Hlaing declaró que sí, que los cinco puntos eran unas “sugerencias constructivas” muy bonitas, pero que ahora de lo que se trataba era de “mantener la ley y el orden” y “restaurar la paz común y la tranquilidad”, supongo que a cañonazos.

Otra decisión de la Cumbre fue la designación de un Enviado Especial de ASEAN para Myanmar. La figura del Enviado Especial es una figura que puede ser muy útil en una crisis, si el Enviado es bueno. Puede jugar un papel de intermediario y de transmisor de mensajes, así como ser los ojos y los oídos de la comunidad internacional, que vean lo que está sucediendo sobre el terreno. Dos meses después de la Cumbre, aún no se había designado al Enviado, al no haber conseguido un acuerdo entre los dos candidatos, un indonesio (Indonesia es el país de ASEAN que ha mantenido una postura más firme ante el golpe) y un tailandés (Tailandia tiene una posición más comprensiva hacia la junta y no olvida que en caso de que la situación se salga de madre, quien se va a encontrar con un aluvión de refugiados es ella).

Para comienzos de junio era evidente que la solución aseánica estaba empantanada. El 7 de junio los Ministros de AAEE de ASEAN se reunieron con su homólogo chino en Chonqing. Uno de los temas que se trató fue la crisis de Myanmar. Según informes de prensa, Singapur, Indonesia y Malasia habrían expresado a la parte china su decepción ante la no aplicación del consenso de cinco puntos por parte de la junta militar. Dicho de otra manera, pidieron árnica al poderoso vecino del norte, para que les ayudase con la ejecución de los cinco puntos.

El 22 de junio la Asamblea General de NNUU aprobó una resolución sobre Myanmar después de cuatro meses de negociaciones. ASEAN tuvo un papel relevante en las negociaciones, toda vez que se hizo un esfuerzo ímprobo para acomodar las preocupaciones de la Asociación en la resolución. En concreto, para satisfacer sus exigencias, se ensalzó el papel de la Asociación en la resolución de la crisis y se exhortó a la junta militar que aplicara los cinco puntos de consenso aseánicos, se suavizó la referencia al embargo de armas que quedó en un prevenir “la afluencia de armas hacia Myanmar” y se redujeron las críticas al golpe militar. En todo caso, el resultado final fue una resolución satisfactoria que pedía a los militares birmanos que respetasen los resultados de las elecciones del 8 de noviembre de 2020 y que liberaran a los presos políticos.

Uno de los objetivos en este tipo de resoluciones es conseguir que sean adoptadas por consenso. En este caso, no se consiguió el consenso porque Bielorrusia pidió que se votara. La pregunta del millón es: ¿qué se le había perdido a Bielorrusia, cuyas relaciones con Asia son poco destacadas, para que le interesara tanto Myanmar como para pedir la votación? Bueno, es probable que le estuviera haciendo un favor a algún amigo, que no quería el consenso, pero tampoco quería quedar en evidencia pidiendo la votación. La resolución fue aprobada por 119 votos a favor, 1 en contra y 36 abstenciones. Como curiosidad, diré que de los 10 países de ASEAN, 6 votaron a favor (Filipinas, Indonesia, Malasia, Myanmar, Singapur y Vietnam) y 4 se abstuvieron (Brunei, Camboya, Laos y Tailandia). ¿Y qué hacía Myanmar votando a favor de la resolución? Otra de las sorpresas de las relaciones internacionales: el Embajador de Myanmar ante NNUU sigue siendo el que nombró en su día el gobierno democrático de la Liga Nacional para la Democracia y no hay posibilidad de cambiarlo hasta que no se reúna en septiembre el Comité de Credenciales.

Y ahora viene el análisis: ¿por qué ASEAN, que fue tan eficaz cuando la crisis de Camboya de 1979, se ha mostrado más titubeante en esta ocasión? Las razones son varias:

1.- La cohesión de los Estados miembros de ASEAN en 1979 era mucho mayor: eran seis países pro-occidentales y férreamente anti-comunistas. La ASEAN de 2021 es una Asociación mucho más diversa. Por sistemas políticos, comprende un sultanato, una democracia autoritaria, una democracia de partido único (o sea, que se celebran elecciones y el 100% de los escaños van para el partido gobernante), dos regímenes comunistas, tres democracias más o menos imperfectas y, ahora, una dictadura militar.

2.- La causa que les unía en 1979 estaba muy clara: se trataba de un enemigo externo por el que se sentían amenazados. En 2021 el problema lo tiene uno de sus Estados miembros. Tradicionalmente ASEAN ha respetado el principio de la no-injerencia en los asuntos internos de sus socios y le cuesta romper con este principio aun en casos tan sangrantes como el de Myanmar. A esto hay que sumarle que un Myanmar desestabilizado es un problema para toda la Asociación y muy especialmente para Tailandia con la que comparte más de 2.000 kilómetros de frontera. La situación ha llegado a un punto en el que no parece que pueda ser reconducida por el mero diálogo.

3.- La geopolítica ya no es la misma. En 1979 había una guerra por intermediario entre China, a la que apoyaba EEUU, y la URSS. La solución a la crisis camboyana vino cuando China y la URSS se pusieron de acuerdo, pero en el ínterim una ASEAN cohesionada, pudo defender sus posturas frente a las tres grandes potencias regionales. En 2021, lo que tenemos es una ASEAN dividida y muy mediatizada por China, que es consciente de que Myanmar podría convertirse en un nuevo escenario de la rivalidad chino-norteamericana.

¿Y ahora qué? Si tuviera la respuesta, me ganaría la vida adivinando el futuro como vidente.

 

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