Emilio de Miguel Calabia el 12 oct, 2023 “Homo sapiens” es el famoso libro de Yuval Noah Harari, que pasa revista a la evolución humana hasta nuestros días. “Cosmosapiens. La evolución humana desde los orígenes del universo” de John Hands es “Homo sapiens” con esteroides. Como señala el título, Hands se remonta hasta el momento inicial de todo y hace una lectura escéptica de mucho de lo que nos han contado. De todo lo que podría comentar sobre el libro, me quiero centrar en las andanadas que lanza contra los paradigmas científicos establecidos y la sombra de la duda que extiende sobre ellos. Empecemos por el Big Bang, que es la teoría más aceptada sobre el origen del universo. Para que el Big Bang diera cuenta de lo que vemos en el presente, a lo largo de los años se han introducido modulaciones o, si uno es lo suficientemente malintencionado, parches. Hemos introducido la materia oscura, que constituiría el 85% de la materia del universo. Parece que en 2006 fue detectada directamente. Se conocen algunos de los efectos que produce, pero se ignora por completo su naturaleza. También ha habido que introducir la energía oscura, que representaría el 70% de la energía del universo y que tendría una fuerza de repulsión, que aceleraría la expansión del universo. Necesitamos que la energía oscura exista para explicar esa aceleración. También tuvimos que introducir la idea de la inflación, según la cual en los primeros instantes de su existencia el universo conoció en una microfracción de segundo una expansión del orden de más de 10.000 millones en su tamaño. Aun después de estos parches, hay cosas que la teoría del Big Bang sigue sin explicar. La primera: ¿qué había antes del Big Bang? La respuesta lógica sería que no habría ni tiempo, ni espacio, ni materia, ni energía. Si no había nada, ¿cómo llegó a producirse el Big Bang? Y no, la respuesta de porque sí no me sirve. Por el momento, por lo que sé, el Big Bang es lo más parecido a un “fiat” divino. No suena muy científico, pero no encuentro ninguna otra teoría que me parece mínimamente convincente [tampoco es que ésta me lo parezca, pero me apetece provocar]. Otras cosas que no explica el Big Bang según Hands: 1) La ausencia de monopolos magnéticos,-partículas que tienen un solo polo de carga magnética, en lugar de los dos habituales. El Big Bang tendría que haber creado muchos, pero no los hemos detectado hasta ahora; 2) La cuestión de la homogeneidad: según los cosmólogos el universo es casi homogéneo. Es ese “casi” el que ha permitido que se formasen las galaxias y el sistema solar y que estemos aquí para contarlo. ¿Por qué existe esa ínfima desviación de la homogeneidad perfecta?; 3) La planicidad del universo, que es una configuración notablemente inestable. Para que se produjese, la energía cinética de la expansión y la atracción de la fuerza gravitacional tuvieron que equilibrarse de manera que el parámetro de densidad Ω fuese igual a 1. Una ligerísima desviación de ese parámetro nos hubiera llevado a un universo muy distinto; 4) La teoría dice que en el inicio debió de crearse el mismo número de partículas de materia que de antimateria. Si eso fue así, ¿por qué no se aniquilaron mutuamente? ¿por qué vivimos en un universo compuesto de materia y no de antimateria?; 6) Existen seis parámetros cosmológicos finamente ajustados (la relación entre la fuerza electromagnética y la fuerza gravitatoria entre un par de protones; la eficiencia nuclear de la fusión de hidrógeno a helio; el parámetro de densidad, que ya mencioné; la constante cosmológica; el grado de unión de los grandes cúmulos y supercúmulos de galaxias; el número de dimensiones espaciales de nuestro universo, que es 3). Una leve variación y no estaríamos aquí para hacernos preguntas. ¿Por qué el universo adoptó una forma tan conveniente para la vida de entre la infinidad de posibilidades que había? Decir que porque las adoptó, estamos aquí para contarlo, suena a tautología. A estas cuestiones que no explica el Big Bang aducidas por Hands, yo añadiría otra. El telescopio James Webb nos está mostrando la existencia de galaxias y grandes estructuras cosmológicas que no deberían estar ahí, si el Big Bang tuvo lugar hace 13.800 millones de años. Aquí la solución puede ser sencilla: mover las agujas del reloj y decir que ocurrió hace 26.000 millones de años, pero no sé si eso no descuajeringaría alguna otro parámetro imprescindible para que funcione la teoría del Big Bang. Hands saca a colación otras teorías sobre el origen del universo que rivalizan con el Big Bang: el universo sin límites de Hartle-Hawking; la inflación caótica eterna; el universo oscilante cíclico; los multiversos y la selección natural de universos; la gravedad cuántica de bucles… Muchas teorías, que sólo tienen una cosa en común: a Hands le convencen tan poco como la teoría estándar del Big Bang. Otros temas Tags Big BangCienciaEnergía oscuraJohn HandsMateria oscuraUniverso Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 12 oct, 2023