Emilio de Miguel Calabia el 03 jun, 2024 (Ésta era Regine Olsen cuando fue la prometida de Kierkegaard) ¿Por qué rompió Kierkegaard con Regine? No tenemos las pruebas, pero hay cantidad de motivos que pudieron llevarle a romper. Son muchos y además no son contradictorios entre sí. Los enumeraré: + Una contemporánea sugirió que tal vez Kierkegaard hubiera encontrado que Regine no era lo suficientemente inteligente para él. La actitud de Kierkegaard durante el compromiso da la impresión de que consideraba a Regine como alguien que podía ser conducida al amor de Dios. O sea que tenía cierta estimación por sus cualidades intelectuales. Vamos, que esta explicación no me convence. + Kierkegaard era un reprimido sexual y nunca llevó bien la sensualidad de Regine. En el fondo no podía relacionarse con mujeres de carne y hueso, sino que tenía que idealizarlas y romantizarlas, pero entonces las convertía en seres angélicos con los que resultaba imposible el contacto sexual. El padre de Kierkegaard había sido un hombre extremadamente puritano y es seguro que le inculcó a Kierkegaard un intenso sentimiento de pecado. En su juventud debió de masturbarse bastante, pero más adelante llegaría un momento en que sería capaz de sublimar el deseo y desviarlo hacia la creación literaria. Su biógrafo Joakim Garff, al que estoy siguiendo en esta entrada, apunta que no tenemos pruebas para afirmar indubitablemente que de joven hubiera ido ocasionalmente a burdeles y subraya que ninguno de sus contemporáneos, que eran bastante cotillas, sugirió nunca que Kierkagaard fuera un libertino. No obstante, hay algunas observaciones crípticas en sus diarios que podrían interpretarse como autorecriminaciones por haber cedido al deseo, posiblemente con una prostituta. Por ejemplo, una entrada que dice: “Extraña preocupación, que cada vez que me despierto por la mañana después de haber bebido demasiado, termina por cumplirse”. ¿Se refiere a haber pecado después de haberse emborrachado? + ¿Habría contraído la sífilis durante esas hipotéticas visitas a burdeles y tendría miedo de transmitírsela a Regine? Nada en su vida sugiere que padeciese de sífilis. ¿Podría ser que el mero temor de pensar que podía haberla contraído le llevase a rechazar a Regine? No parece. De hecho nada indica que pensase que podía haber contraído la sífilis en el pasado. Tan sólo hay que hacer una salvedad: Kierkegaard escribía con la vista puesta en la posteridad y se esmeraba en elaborar la imagen que quería transmitir a la posteridad; en caso de haber tenido la convicción de que tenía la sífilis, ¿lo habría consignado en sus papeles? No creo. + Otra cuestión es la epilepsia. Garff apunta a que hay indicios de que su hermana mayor pudo haber sufrido de epilepsia y cabe que Kierkegaard hubiera sufrido algún tipo de dolencia de tipo epiléptico y que temiera transmitirla a sus dependientes. Esto es más probable que cualquier disquisición sobre una sífilis hipotética, pero no me acaba de convencer. + El miedo a hacer entrar a Regine en una familia que estaba maldita. Su padre, el viejo Michael Kierkegaard, cuando era un adolescente miserable en los campos de Jutlandia, un día se subió a un altozano y maldijo a Dios. A la vista de lo que ocurrió a su familia a continuación Kierkegaard y su hermano Peter Christian estaban convencidos de que su familia estaba maldita y que su destino sería morir antes de cumplir los 33 años. A las pruebas me remito: cinco de los siete hijos que tuvo Michael murieron jóvenes; la primera mujer de Michael murió después de dos años de matrimonio sin haberle dado descendencia; la primera mujer de Peter Christian murió un año después de la boda sin dejar hijos. + El rechazo al matrimonio burgués por el temor que la condición de marido y padre le impidiese el desarrollo de su vocación que era la de escritor. En palabras suyas: “… Mi vida intelectual y mi valor como marido son incompatibles”. No sólo eso, puede que Kierkegaard sintiese que él ya estaba comprometido a Dios y que, por tanto, no hubiera debido comprometerse con Regine. Sexo y matrimonio unidos debían de formar una amalgama compleja en la muy compleja mente de Kierkegaard. Su padre, que le había inculcado el rechazo al sexo, había cometido una indiscreción que daría origen a Kierkegaard. Estando viudo, dejó embarazada a la criada. No le quedó más remedio que casarse con ella y engendró con ella seis hijos más. + A Kierkegaard le obsesionaba el episodio del sacrificio de Isaac. Si Abraham, el favorito de Dios, estaba dispuesto a ofrendarle lo que más quería, ¿no tendría Kierkegaard que hacer algo parecido, ofreciéndole su amor por Regine Olsen? De paso se aseguraría que Regine nunca pudiera interferir en su amor a Dios. La explicación del temor al sexo y los tres últimos motivos que he citado me parecen los más convincentes. Además no son mutuamente excluyentes. Lo paradójico es que Kierkegaard se pasaría los siguientes catorce años que le quedaban de vida añorando a Regine y nunca dejaría de pensar en ella. Una de las primeras canalladas que cometió Kierkegaard fue enviarle a Regine un perfume que a ella le gustaba envuelto en las cartas que ella le había enviado. Sin embargo, Regine no quería romper con Kierkegaard y estaba dispuesta a aceptar todas las humillaciones. Llegó a decir que aceptaría vivir en una pequeña alacena, esto es, ocupar un lugar discreto y escondido en la vida del pensador. El 11 de octubre de 1841 Kierkegaard se encontró en el teatro con el padre de Regine. Éste le dijo que su hija estaba desesperada y le pidió que no rompiera el compromiso. Kierkegaard se mantuvo en sus trece, pero aceptar ir a cenar a su casa y hablar un rato con Regine. A la mañana siguiente se encontró con una carta del padre de Regine, en la que le decía que su hija no había podido dormir en toda la noche y le pedía que fuese a verla. Kierkegaard fue y el relato que nos hace de su encuentro oscila entre lo vomitivo y lo autocompasivo: “Fui para hacerla entrar en razón. Ella me preguntó: ¿nunca te casarás? Respondí: claro, en diez años, cuando me haya avejentado y necesite una muchacha, sangre joven para rejuvenecerme. Una crueldad necesaria. Entonces ella dijo: perdóname por lo que te he hecho [no creo que le estuviese pidiendo perdón por algún hecho concreto, sino por cualesquiera errores que hubiera podido cometer durante su compromiso]. Le respondí: soy yo quien habría de pedirte perdón. Dijo: promete que pensarás en mí. Así lo hice. Dijo: bésame. Así lo hice, pero sin pasión, Dios misericordioso (…) Entonces rompimos. (…) Pasé noches llorando en cama. Pero durante el día era el de siempre, más petulante e ingenioso que nunca. Era necesario”. Leo lo anterior y no consigo entender a Kierkegaard. Rompe el compromiso y destroza a una mujer que le amaba sinceramente, pero él mismo sufre un montón. Incluso con las razones para la ruptura que comenté antes, me parece un gesto gratuito y cruel. Y luego está la gran pregunta: si temía el matrimonio, ¿por qué se comprometió con Regine en primer lugar? Otros temas Tags Joakim GarffRegine OlsenSexualidadSoren Kierkegaard Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 03 jun, 2024