Emilio de Miguel Calabia el 19 ene, 2023 (Mao y Chiang Kai-shek ¡brindando!) Aunque había tenido bastante responsabilidad en el desastre de 1927, Moscú no cejaba en su intento de controlar estrechamente al PCCh y conducirle por las vías de la ortodoxia marxista-leninista. El 7 de agosto de 1927 tuvo lugar una reunión de emergencia en Hankou para reorganizar el Partido. Chen Duxiu fue apartado del liderazgo por sus supuestos errores (¿o sería más bien porque sus puntos de vista eran demasiado originales e independientes de Moscú?). La reunión impuso la corrección ideológica y la lucha contra los desviacionistas como ejes del Partido y, de paso, reforzó el poder del liderazgo. La reunión también abrogó la alianza con el KMT y radicalizó la línea del Partido. Moscú tenía aún otra herramienta para asegurar su control sobre el PCCh: una serie de estudiantes chinos formados en la Universidad Sun Yat-sen de Moscú, a los que se les conoció con el nombre genérico de los 28 bolcheviques. Estos estudiantes, de los que el principal era Wang Ming, fueron regresando a China desde finales de los veinte. En aquellos momentos el líder del PCCh era Li Lisan, que se había tragado las afirmaciones del Komintern de que los tiempos estaban maduros para la revuelta urbana. Eso estaba bien a los ojos del Komintern. Lo que no estaba tan bien es que Li Lisan le quisiera dar lecciones de revolución. Li Lisan defendía que China era el eslabón más débil del imperialismo mundial, con lo que la revolución en China podía desencadenar la revolución mundial; eso sí, haría falta algo de ayuda de la URSS. Si Li hubiese sido exitoso, aún habría tenido un paso. Pero no tenía éxitos que ofrecer y sí mucha independencia de criterio. El Komintern decidió su sustitución por Wang Ming y otros de los retornados. Mientras el Komintern no cesaba de cagarla con su insistencia dogmática en realizar la revolución en las ciudades, Mao hacía tiempo que había llegado a la conclusión de que el PCCh debía trabajar en el campo y articular las demandas del campesinado. El análisis de la situación le llevó a la convicción de que el PCCh necesitaba crearse una base territorial y sus propias fuerzas armadas. Así fue que se creó la República Soviética de Jiangxi en 1931 con Mao como presidente. ¿Cómo consiguió Mao entenderse con el Komintern? Mao no intentó, como otros antes que él, enfrentarse el Komintern, sino que buscó tratar las diferencias por medio de los procesos burocráticos establecidos por éste. Además Mao admiraba sinceramente a Stalin. Irónicamente fue el dogmatismo de los 28 bolcheviques lo que dio al traste con la oportunidad de que lideraran al partido. Mao, más cercano a la realidad de China, con la impagable ayuda de Zhou Enlai, logró arrumbar a los 28 bolcheviques y para la mitad de los años 30 ya era el líder casi indiscutible del PCCh. En todo caso, a mediados de los 30 el Komintern tenía cosas en las que pensar mucho más importantes que Mao Zedong. El ascenso del nazismo había hecho saltar las alarmas en Moscú. No parecía descabellada la idea de que las democracias capitalistas pudieran fomentar un enfrentamiento entre el nazismo y el comunismo, para que el primero aniquilase al segundo. Fue entonces que Moscú comenzó a propagar la idea de los frentes populares; era preciso que todas las fuerzas de izquierda se uniesen contra los fascismos. En el caso chino, el Komintern quería que el PCCh y el KMT colaborasen en la lucha contra los invasores japoneses que, además, representaban una amenaza en el Extremo Oriente de la URSS. Mao hizo caso a medias. No quería que la lucha antijaponesa se llevase por delante la revolución social. Además, la alianza con el KMT en los años 20 no le había dejado buenos recuerdos. En abril de 1937 el PCCh y el KMT, empujados por el Komintern, firmaron un acuerdo de frente unido. Probablemente Chiang accediese al acuerdo porque sabía que la guerra con Japón era inevitable y Stalin le dio a entender que le apoyaría. Mao, por su parte, no necesitó de mucha presión por parte de Stalin para avenirse al acuerdo. Para el PCCh el acuerdo fue su tabla de salvación. El Ejército del KMT le estaba aplastando y sin este acuerdo providencial es posible que el PCCh hubiera sido barrido en las zonas rurales. El acuerdo de abril de 1937 no sólo no funcionó en la práctica, sino que sirvió al PCCh para aumentar su base de apoyo. Fueron las tropas del KMT las que llevaron todo el peso de la lucha contra los invasores japoneses. El PCCh se limitó a acciones de guerrilla que le dieron prestigio y le permitieron ir ampliando su base de poder con poco desgaste. La URSS, por su parte, también jugó sus cartas de manera un poco torticera. En abril de 1941 firmó un pacto de neutralidad con Japón. En virtud del pacto la URSS reconocía la esfera de interés japonesa en Manchuria y Japón reconocía la inviolabilidad de Mongolia Exterior; o sea, que ambos se ponían de acuerdo sobre territorios que China consideraba como propios. Más aún, Moscú consideró que el acuerdo no se extendía a China, con lo que dejó que el KMT y el PCCh siguiesen combatiendo a las tropas japonesas. Una manera de garantizar que Japón estaría lo suficientemente ocupado en China como para que no se le ocurriese crear problemas en el Extremo Oriente soviético. Historia Tags Chen DuxiuChinaJosif StalinKominternKuomintangLi LisanLos 28 bolcheviquesMao ZedongPartido Comunista ChinoURSSWang Ming Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 19 ene, 2023