Emilio de Miguel Calabia el 23 ene, 2019 La segunda parte del libro está dedicada a su estancia en Phnom Penh como Representante Especial para Camboya del Secretario General de NNUU. Las elecciones que organizó la UNTAC en mayo de 1993 cerraron la herida camboyana en falso. Las elecciones fueron ganadas por FUNCINPEC, que obtuvo 58 escaños frente a los 51 del Partido Popular Camboyano, que había estado gobernando Camboya desde 1979. El PPC no se tomó bien su derrota. Varios elementos dentro del partido amenazaron con escindir las provincias en las que habían obtenido mayoría e incluso amenazaron con la guerra civil. NNUU sólo quería cerrar el capítulo camboyano, decir que la UNTAC había sido un éxito y marcharse, así que entre UNTAC y el rey Norodom Sihanouk promovieron una solución de compromiso: FUNCINPEC y el PPC formarían una coalición de gobierno. Ranariddh sería el primer co-Primer Ministro y Hun Sen el segundo co-Primer Ministro. Los Ministerios se repartieron a partes iguales con la premisa de que cuando el Ministro fuese de FUNCINPEC el número dos del Ministerio sería del PPC y viceversa. En el caso de los Ministerios clave de Defensa e Interior habría dos co-Ministros, uno de cada partido. Era una fórmula alambicada que no podía funcionar y, efectivamente, no funcionó. Desde el principio FUNCINPEC estuvo en desventaja. El PPC llevaba gobernando el país casi 15 años y tenía metidos miembros en todos los niveles de la Administración central, provincial y local. FUNCINPEC carecía de suficientes cuadros como para rivalizar con el PPC. La integración de las FFAA de los tres partidos (PPC, FUNCINPEC y FNLPK) no se llegó a producir, de manera que cada unidad debía obediencia en última instancia a un partido diferente. Lo malo es que las FFAA vinculadas al PPC superaban con creces a las de los otros dos partidos. Otro factor que desfavoreció a FUNCINPEC fue la personalidad de su líder. Ranariddh, como señala el propio Widyono, había heredado muchos rasgos de su padre Sihanouk, al que además se parecía mucho físicamente; le gustaban sobre todo los golpes de efecto y era un poco histriónico en su comportamiento. En cambio, no había heredado la habilidad maniobrera de su padre. Ranariddh había llevado una existencia más o menos regalada y podía pensar que el poder era un derecho adquirido. Hun Sen estaba hecho de otra pasta. Había nacido en la pobreza. Había combatido con los khmeres rojos y, cuando en 1977 comenzaron las purgas en el este del país, huyó a Vietnam. Volvió con las tropas vietnamitas en 1978 y desde entonces había estado en el poder. Era un hombre duro, implacable y muy inteligente al que nadie le había regalado nunca nada. Widyono, cuya simpatía por Hun Sen trasluce en el texto, relata la primera audiencia que tuvo con los dos co-Primeros Ministros, donde ya apreció sus personalidades diferentes. “Ranariddh, el primer Primer Ministro, habló la mayor parte del tiempo y escuchaba su propia voz con deleite. Hun Sen, el segundo Primer Ministro, estaba hundido en su silla, pero observaba atentamente todo lo que sucedía. No decía mucho (…) respondió a mis preguntas. Ranariddh, por otra parte, retomó su monólogo tan pronto como le hube transmitido los saludos del Secretario General.” La colaboración entre los dos co-Primeros Ministros fue buena en sus inicios, pero al cabo de los meses Ranariddh comenzó a sentirse molesto al percibir que era el segundón y que la mayor parte del poder real estaba en manos de Hun Sen. Ranariddh comenzó entonces a tensar la cuerda y a provocar a Hun Sen. Hizo un mal cálculo de la situación. Creyó que Hun Sen tenía más oposición en el seno del PPC de lo que era el caso y estimó que podía hacerle perder los papeles y llevarle a acciones que provocasen una reacción en su contra dentro del PPC e incluso el repudio de la comunidad internacional. La Historia muestra que si vas a enfrentarte con alguien más fuerte que tú, conviene que dispongas de todos los datos y que hayas analizado correctamente la situación. Enfrentarte a un rival más fuerte es como disparar a un tigre cuando solo tienes una bala. Más te vale que aciertes, porque no tendrás una segunda oportunidad. La tensión acabó estallando los días 5-6 de julio de 1997. Esos días hubo enfrentamientos armados en Phnom Penh entre las fuerzas de Ranariddh y las de Hun Sen. Como era previsible, las segundas salieron vencedoras. Mientras que los acontecimientos están claros, lo que no lo está es el desencadenante. ¿Fue un golpe de Hun Sen contra Ranariddh? ¿estaba Hun Sen simplemente anticipándose al golpe que Ranariddh pensaba dar? ¿realmente Ranariddh planeaba dar un golpe de estado? El propio Widyono no sabe con cuál de las versiones quedarse. “La verdad, creo, está en algún sitio en el medio. Las acciones del PPC fueron una secuela de la alianza de Ranariddh con los khmeres rojos [ambas partes estaban haciendo esfuerzos por atraer a su campo a los khmeres rojos de Anlong Veng. Ranariddh había conseguido llegar a un acuerdo con ellos en mayo. La adición de las fuerzas de los khmeres rojos a las de FUNCINPEC suponía que el equilibro de fuerzas entre PPC y FUNCINPEC estaba menos desequilibrado que antes]. Ranariddh había planeado una confrontación militar tanto como la habían planeado las fuerzas de Hun Sen. En resumen, ambos líderes claramente estaban dispuestos a desenvainar las espadas con fines políticos. Es difícil decir a cuál se le debe echar más la culpa.” Ranariddh, que curiosamente estaba en Francia durante los acontecimientos, intentó movilizar a la comunidad internacional y que adoptase medidas similares a las que había adoptado en 1979, cuando la invasión vietnamita. Pero resultó que la comunidad internacional, al igual que Widyono, no tenía claro cómo interpretar lo que había sucedido. Por otra parte, el escenario internacional había cambiado radicalmente. Los problemas camboyanos ya no eran una prioridad de la agenda global. El libro, escrito en 2007, termina con los buenos deseos del autor para que la paz y la estabilidad sean duraderas y Camboya siga avanzando en materia de Derechos Humanos, democracia y prosperidad. Historia Comentarios Emilio de Miguel Calabia el 23 ene, 2019