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Tejas Verdes: sosiego y tradición en un oasis muy cerca de Madrid

Este restaurante, abierto en los años 60, mantiene viva la historia familiar y trata muy bien al comensal

Diego Moreno Bermejoel

En 1968, Laura Montes negociaba sobre las mesas de Tejas Verdes el contrato que le iba a llevar por las salas de todo el país. En la puerta del restaurante, un joven taxista se camuflaba con el diario Ya mientras esperaba a que saliera la cantante de la que se había enamorado sin saber su verdadera identidad. Casualmente, alguien había pinchado las ruedas del coche del promotor y Montes no tenía otra opción para volver a Madrid. Ya en el taxi, un risueño Peret -tenía 33 años cuando interpretó este papel- sabía que su argucia había resultado exitosa.

Hace ya 51 años que Peret se asomó por la ventana del comedor de Tejas Verdes para ver a Laura Montes en “Amor a todo gas”, película en la que el guitarrista interpreta su clásica rumba “Una lágrima cayó en la arena”. Y qué mejor historia para contar los orígenes de un restaurante que nació en 1964 y que todavía hoy conserva su estupendo caserón castellano con tejados de teja antigua. Al mando del mismo, Álvaro y Millán, la tercera generación de la familia Mayoral Sebastián, aquella que durante las lluvias del 64 vio cómo el tejado del caserón iba llenándose de musgo.

Tejas Verdes es un oasis dentro de la civilización. En San Sebastián de los Reyes, muy cerca de Madrid, una finca de una hectárea con parking privado recibe al comensal. En verano tiene una magnífica terraza, y ahora, en otoño e invierno, sus chimeneas de leña están encendidas.

Ya en su interior, comenzaremos un viaje por los sabores clásicos de nuestra gastronomía. Nos hemos olvidado de Madrid, aquí se respira bastante calma y tranquilidad… así que habrá que pedir una caña para abrir boca.

Ya en la mesa, y con un sabroso La Poda Tinta de Toro en las copas, entramos en materia.

Comenzamos con unas croquetas de chipirones en su tinta. Pocas cosas me gustan más que una croqueta sabrosa, de textura melosa, y con buenos tropezones que se noten al morder. Misión cumplida, los trozos de chipirones eran generosos en un bocado completo y apetitoso.

De textura suave y sabor intenso, probamos también unos pimientos rellenos de bacalao servidos en una cazuela de barro.

Aquí un PPP. Primerísimo primer plano de un plato recién incorporado (muy acertadamente) que también pueden encontrarse rellenos de carne. Importante… no dejarse la salsa. Está impresionante.

Tras los entrantes, una sopa castellana con pan, ajo, jamón y huevo escalfado en el propio caldo. Qué delicia y qué sabor a casa.

Cambiamos de tercio y en la copa pasamos a un blanco de La Poda. La chimenea crepita mientras nos llegan dos magníficos rodaballos con ajo y un toque de guindilla (para compartir, sí). Un punto perfecto, muy bien cocinado. Y con verduras de guarnición.

Y aquí otro PPP de la ración.

Nos despedimos con una tarta de Santiago casera. Puro sabor a almendra, esponjosa y recién hecha antes de nuestra llegada. Qué mas se puede pedir.

Y lo confieso: la sobremesa hubiera sido infinita con la chimenea al lado y delante de esa ventana por la que un día se asomó Peret.

  • Dirección: Paseo de Europa, 8 – San Sebastián de los Reyes (Madrid).
  • Teléfono: 91 652 73 07, 91 652 23 18 y reservas por Whatsapp 648 71 68 37.
  • Cerrado: domingos y festivos por la noche; lunes todo el día. Semana Santa completa y tres semanas de agosto.
  • Precio medio: 35-40 euros.

Cocina tradicional Diego Moreno Bermejoel

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