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Blogs Ventana al cerebro por Cátedra en Neurociencia

“El alma es un conjunto de procesos fisiológicos del cerebro”

Juan Lerma, director del Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CINC-CSIC)

“El alma es un conjunto de procesos fisiológicos del cerebro”
Cátedra en Neurociencia el

Por Andrea Arroyo Almeda, Alumna del Máster de Neurociencia de la UAM

Juan Lerma es director del recientemente creado Centro Internacional de Neurociencias Cajal (CINC-CSIC), vicepresidente del comité ejecutivo del Consejo Europeo del Cerebro (EBC), consejero de la Sociedad norteamericana de Neurociencia (SfN) y editor jefe de la revista Neuroscience.

¿Por qué se decidió por el estudio del cerebro?

Tras mucho leer, pensé que las enfermedades del cerebro, las enfermedades mentales, deberían poder explicarse de una manera física. Hace tiempo eran una especie de enfermedades mágicas, y no se tenía idea de cómo se generaban. Esto me llevó a realizar la tesis con Elio García Austt y, posteriormente, a trabajar con el doctor Rodríguez Delgado. Fue, como sucede en la mayoría de las ocasiones, una cuestión de curiosidad, que más tarde se volvió una manera de ayudar a la sociedad.

En su libro “El cerebro y las enfermedades del alma”, ¿a qué se refiere con alma?

Nos referimos al alma como el conjunto de procesos fisiológicos que el cerebro lleva a cabo para hacerte ser como cada uno es. Nada tiene que ver con el concepto de alma trascendental. Es ese conjunto de procesos que nos hacen pensar como pensamos, en definitiva, es lo que llamarían el “yo”. Esta idea surge al intentar explicarle a un periodista que había enfermedades como el Alzheimer que te “matan el alma”, pues de alguna manera, te extrae lo que tú eres. Esto salió en titulares y me llegaron ofertas para escribir este libro.

¿Las personas consideradas “malas” presentan una enfermedad del alma?

Estoy convencido de que si alguien atenta contra la vida, que es el principio lógico donde la especie se preserva a sí misma, se trata de un desarreglo del sistema nervioso o del desarrollo de este

El cerebro tiene la función última de generar la conducta, los comandos motores, etcétera, es el que te dice que cojas una piedra y finalmente la se la tires a la cabeza a alguien. Y eso, sin duda, indica un mal funcionamiento. Hay evidencias con análisis de imagen de que lo que se ve en el cerebro de los asesinos no se ve en un cerebro de alguien “normal”. Aunque definir un cerebro normativo sin duda es meterse en terreno pantanoso, pues viene determinado también por las reglas y convenciones sociales.

¿En un futuro lejano, podríamos “curar” a estas personas? 

Igual que podemos curar un mal comportamiento celular como ocurre en el cáncer, si llegamos a conocer cómo se genera la conducta, cómo se genera el comportamiento, como se interpreta de manera sensorial el entorno y como esto se integra en memoria y comportamiento podríamos llegar a alterar ese comportamiento anómalo.

El doctor Rodríguez Delgado hizo un experimento en el que estimulaba a un toro bravo con electrodos profundos y este dejaba de embestir. Estos experimentos se han repetido ocasionalmente con la optogenética, [una técnica que permite activar y desactivar grupos de neuronas],  que permite saber qué se está estimulando. Se ha podido comprobar, que se pueden inducir o reprimir comportamientos agresivos en ratones mediante la estimulación de parte del hipotálamo. La epilepsia también es un comportamiento anómalo cerebral, y ya sabemos que puede modificarse con medicamentos o estimulación cerebral.

Su último trabajo se centra en la sobrexpresión del gen KAR y su relación con enfermedades cerebrales como el autismo o el síndrome de Down. ¿Podría explicarlo brevemente?

Cuando un gen muta, se puede producir una disfunción, un mal funcionamiento, y surge la enfermedad. Pero en otras ocasiones el gen puede estar sobreexpresadso o hipoexpresado, y entonces hay más o menos cantidad de la proteína que produce. Por ejemplo, en una duplicación de un segmento del cromosoma 11, en el cual se codifica una de las subunidades de los receptores de kainato [contribuyen así al mantenimiento del equilibrio de la excitabilidad neuronal, participan además en procesos de plasticidad neuronal (LTP y LTD) y pueden producir, en condiciones anormales, un marcado desequilibrio de esta excitabilidad y dar lugar, entre otras alteraciones, a patrones de disparo de tipo epiléptico]. Esa duplicación se da en caso de autismo y del Síndrome de Down. Y a nosotros nos interesó saber cuánto contribuye esto al autismo y al Síndrome de Down. En Down, vimos [en ratones] que provocaba una pérdida de memoria espacial. Y que bajando las dosis esa pérdida de memoria espacial se recuperaba. El objetivo es entender cómo se generan algunas deficiencias con el fin de paliarlas, en un futuro, en humanos. No puedo dejar de traer una frase de Cajal, “Allí donde surgen los hechos, brotan de inmediato las aplicaciones y poco importa que un descubrimiento ahora sea superfluo porque tendrá una utilidad”, esto lo decía en el siglo pasado y sigue siendo perfectamente actual.

Dirige el Centro Internacional de Neurociencias Cajal. ¿Cómo surge la idea de crearlo?

Surge del CSIC, que construyó un edificio en la Universidad de Alcalá de Henares para el Instituto de medicina molecular, pero el proyecto no fructificó. En el año 2010, el presidente del CSIC me preguntó si tenía alguna propuesta para este edificio y le propuse crear un Centro Nacional de Neurociencias. Debido a la crisis, este proyecto se retrasó hasta el 2019. En una de las últimas discusiones, fue cuando surgió la idea de darle el componente internacional. Se realizarán numerosas colaboraciones con centros extranjeros, y atraerá de manera permanente o transitoria a investigadores de fuera de nuestro país.

¿Qué tipo de personal científico integrará el CINC?

Por una parte, está el personal científico, tanto extranjeros como españoles que tuvieron que emigrar. Y por otra parte, está el soporte técnico altamente especializado, que es tremendamente valioso. Sin embargo, estos suelen preferir irse a la industria debido a los sueldos altamente competitivos, del doble o el triple. Podríamos competir si cambiamos las reglas que tenemos impuestas y logramos suplementar los salarios básicos para así ser más competitivos. Ya ha habido antecedentes de esto en España, como en el CNIC o el CRG en Barcelona.

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