Mizoguchi es la tormenta que precede a la calma. La vida de O-Haru, mujer galante, El intendente Sansho, Los amantes crucificados, La emperatriz Yang Kwei Fei y, sobra decirlo, Los cuentos de la luna pálida… O sea, todo el último tramo de su filmografÃa contiene ese sosiego violento que sólo es comparable a la suspensa agitación del botafumeiro
Ozu es la calma que precede a la tormenta. Primavera tardÃa, El sabor del té verde, Cuentos de Tokio, Buenos dÃas, Érase un padre… Cualquier pelÃcula de Ozu tiene el mismo efecto a los ojos (y más adentro) que pasar un trapo húmedo por un cristal sucio.
Ford es el diluvio en un dÃa soleado. O si se prefiere, un sol cariñoso en un dÃa de feroz lluvia. No es posible anteponer tÃtulos de Ford y mantenerlos mucho tiempo. Hoy serÃa El sol siempre brilla en Kentucky o la renqueante La salida de la Luna. Mañana, Pasión de los fuertes o La diligencia. Pasado, El hombre tranquilo y en cualquier momento, Centauros del desierto o El hombre que mató a Liberty Valance.
Billy Wilder son los truenos y los relámpagos. El ingenio bendecido con el genio. El talento y el descaro. Imposible, también, ordenarlo por números…
Felicidades
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