“Los Vengadores: Infinity War” está bien, es divertida y tiene un punto de autoparodia que puede resultar gracioso. No sabría colocarla en la estantería adecuada del universo Marvel, porque yo me desentendí un poco de los superhéroes al salir de la mili, pero la considero una película recomendable, y así intenté reflejarlo en lo que escribí de ella en ABC …
(Los vengadores: Infinity War)
…, pero a mi modo, es decir con un tonillo de chunga, lo cual ha propiciado que me den algún que otro pescozón en ese mundo de la red que tan al fresco me trae.
Más gracia me hizo esa de “Noche de Juegos” en la que Jason Bateman y Rachel McAdams hacen el bobo con mucha dedicación junto a una pandilla de jugadores y de villanos que, sin salirse de los carriles del género, van a toda velocidad por un argumento de montaña rusa.
Pero ahora ya estoy con la mirada puesta en el Festival de Cannes, cuyo programa espero que me sorprenda (para bien, como casi siempre) y que mientras tanto me conformo con la sugerencia de la imagen del cartel elegido este año, el picotín de Belmondo y Anna Karina en “Pierrot, el loco”, de Godard, que sospecho que va a tener aún más protagonismo en la edición de este año.
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