ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs Una de piratas por Oti Marchante

habrá que calentar el partido

Oti Marchante el

No sé si será mucha cara la mía, pero, a la vista de que ‘eucalipto’ es tan apreciada aquí, busqué lo que escribí en su día, y lo pego a continuación:



«Apocalypto»



E. RODRÍGUEZ MARCHANTE

Antes de entrar a la película, situemos a su director en el lugar que le  corresponde como cineasta y al margen de consignas y sanbenitos sobre si bebe, si fuma o si es un charlatán (todo el mundo llega un día en el que dice chorradas, desde Mel Gibson hasta Tim Robbins). Gibson es un cineasta a  contracorriente, poderoso, personal, profundamente independiente, que hace
lo que quiere o cree que debe y además se lo paga. Antes de la que ahora se estrena, ha hecho «El hombre sin rostro», «Braveheart» y «La pasión de Cristo», tres notabilísimas películas que ofrecen visiones completamente nuevas de viejos asuntos y una narración siempre fuerte, sorprendente, arriesgada y desprovista por completo de pudores y miramientos pero no de
sensibilidad. Bien es cierto que a Mel Gibson se le critica por lo mismo que a otros se los alaba. Allá cada cual con lo que lee y cree. Ya de lleno en la película, «Apocalypto» pertenece en cuerpo y alma al género de aventuras.

La trama consiste en una intriga habitual: un hombre ha de recorrer un largo y tortuoso camino contra la muerte y contra el reloj para salvar a su familia. Pero, esta línea argumental ordinaria se convierte en extraordinaria en las manos de Gibson por dos motivos: ocurre en un mundo nunca antes visto, la civilización maya, una de las de más «prestigio» de la historia de la humanidad, y ocurre a una velocidad desbocada y en medio de un ritmo brutal y unas imágenes insólitas e insolentes: hay dureza en el modo de contar de Gibson, pero todo ese cacareo de crueldades y planos bestiales e inhumanos son sólo producto del viejo rencor que este director produce en los círculos donde se gestan los prestigios.
Toda la planta de «complementos» de la película es impresionante: los atavíos, los diálogos en vernáculo, la ciudad maya, las escenas de muchedumbre y sacrificio, la selva… (siempre habrá por ahí algún estudioso  que asegure que el penacho del gran sacerdote no era de plumas de garza sino de abubilla, pero no se refiere uno tanto a la veracidad de lo que muestra  Gibson como a la verosimilitud). También resulta verosímil la anécdota
argumental, la toma de prisioneros, las persecuciones y el modo de resolver  alguna situación escabrosa (lo del eclipse es, quizá, lo más discutible)…
Pero, en términos generales es una película de aventuras tan encabritada y tan bien hecha que no te permite ver posibles fallos.
Se le puede reprochar a Gibson que lo que cuenta se hubiera podido contar igual en África o en Nueva York; que no saca un partido especial, digamos, al hecho de ponerle ese fondo tan insólito del mundo maya; que tal vez debería habernos permitido entrar más y por otras puertas a esa civilización tan peculiar y atractiva… A Gibson se le podrán reprochar muchas cosas,
salvo el no haber hecho una película ágil, extraordinaria, entretenida y visualmente insólita.

 

(Ni le he cambiado ni una coma ni sé si debería hacerlo)

Otros temas
Oti Marchante el

Entradas más recientes