Qué magnífico ser niño y tener aún cosas buenas de las que empaparse el fin de semana que estrenan películas como “Coco” o “Wonder”, que muestran con naturalidad y buen espíritu algunos sentimientos que los adultos ya hemos incorporado, en el mejor de los casos, de un modo artificial, porque hay que tenerlos. Yo, personalmente, sé que esas películas son magníficas porque estoy deseando que mis hijos vayan a verlas. He leído alguna crítica ratonera de alguna de ellas, pero es natural: es tan fácil ser crítico de cine y no tener una idea razonable de lo que es una película y para qué sirve. Y por ejemplo “Wonder”, película que es de un modo y no de otro (puñetero, feo, trágico e inservible), resulta tan conmovedora, sencilla, recomendable y útil que hay que ser todo, menos crítico, para estar a su altura. No puedo decir lo mismo de otras, como la fetén “El sacrificio de un ciervo sagrado”, cuyo interés más allá de lo cinematográfico lo veo escaso, y aún en lo cinematográfico. Sí me ha impresionado la de Méndez Esparza, “La vida y nada más”, y no he visto la de Álex de la Iglesia, “Perfectos desconocidos”, que ha tenido buena acogida entre la crítica y que tal vez, sólo tal vez, me anime a verla. Traigo aquí algunos enlaces con los comentarios publicados en ABC sobre estos estrenos:
EL SACRIFICIO DE UN CIERVO SAGRADO
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