En estos mismos instantes en que escribo esto proyectan la pelÃcula de Almodóvar, y a continuación empieza el baile. Por no ir delante de mà mismo (en el periódico papel), dejaré todo el ‘efecto Almodóvar’ para mañana y hoy hablaré de Ken Loach y del tiempo. Loach no da para más, o sea que diré que la pelÃcula de Richard Linklater, ‘Fast food Nation’, la que desaparece hoy entre el ‘efecto Almodóvar’, está francamente bien, tiene un grado de acidez como para servirla virgen en la ensalada y un golpe de vista feroz. Viene a hablar de muchas cosas, entre ellas esa pasión de los ‘americanos’ por la amalgama de carnes de hamburguesa, cuyo proceso explica de un modo que, al salir de la peli, antes te comes una boñiga de vaca que una Big One…
Una reflexión asaz inútil: en lo que llevamos de festival, he aquà los gremios, sectores, grupos, creencias, minorÃas o mayorÃas afectadas por el contenido de las pelÃculas. El Opus, el Vaticano, los ingleses (ver comentario pelÃcula Loach), las cadenas de cómida rápida… Va a llevar razón Billy Wilder cuando dijo aquello de que no se puede hacer cine sin ofender a alguien: por ejemplo, ‘De repente, el último verano’, que ofende a los vegetarianos.
Si alguien no lo remedia, creo que tendré que ir esta noche a la fiesta que da Almodóvar aquà en Cannes. Si os portáis bien, tal vez entre en lo menudo.