Pablo M. Díez el 22 jun, 2010 Aunque China ha vuelto a quedarse, una vez más, fuera de un Mundial de fútbol, está presente gracias a los cientos de productos de “merchandising” y “souvenirs” que proceden de la “fábrica global”. Es el caso de las famosas “vuvuzelas”, las dichosas trompetas de plástico cuyo ensordecedor ruido durante los partidos parece convertir los estadios en enjambres llenos de abejas. Por mucho que los sudafricanos se dejen los pulmones soplando las “vuvuzelas”, éstas no vienen de su país, sino de China, donde se ha fabricado el 90% de las trompetas que suenan en el Mundial. Una pequeña aficionada hace sonar la “vuvuzela” en el partido entre Portugal y Corea del Norte. REUTERS Así lo explicó al periódico “Global Times” Wu Yijun, director general de la compañía Jiying Plastic Product Corporation, que desde enero hasta abril de este año ha producido un millón de “vuvuzelas”, la mayoría para venderlas en Sudáfrica con motivo de la Copa del Mundo. A un precio de entre 2 y 3 yuanes (entre 23 y 35 céntimos de euro) por trompeta, dicho negocio le ha proporcionado a la compañía unos ingresos de 28 millones de yuanes (3,3 millones de euros), el doble que el año pasado. Pero quien realmente está haciendo el agosto con las “vuvuzelas” no son los fabricantes chinos, sino los vendedores sudafricanos, que cobran por cada una entre 5 y 20 euros a las puertas de los estadios. Junto a la factoría de trompetas, una firma de Jiujiang, en la provincia oriental de Jiangxi, ha enviado 12 millones de balones de fútbol para este Mundial, donde el polémico e imprevisible “Jabulani” de Adidas está sacando de quicio a porteros y delanteros. Los pedidos a la firma Jiangxi Maisibo Sports Equipment suponen, a tenor del periódico “China Daily”, el 99 por ciento de la producción de los “Jabulanis”, que se venden a más de 100 euros en las tiendas de Adidas en China. Otro de los principales centros de producción de balones del mundo es Pakistán, donde se fabrican en condiciones infrahumanas. Según denuncia un informe presentado en el Foro Internacional de Derechos Laborales, en este país asiático hasta los niños cosen balones por 24 céntimos de euro en interminables turnos de hasta 20 horas diarias. Debido a las duras condiciones de trabajo que imperan en los países en vías de desarrollo, la mayoría de firmas que suministran productos para el Mundial, como banderas, camisetas, gorros y bufandas, prefieren permanecer en el anonimato. Todo lo contrario de Yingli, uno de los principales fabricantes mundiales de paneles solares que se ha convertido en el primer patrocinador chino de la Copa del Mundo, pagando más de 80 millones de euros para que su nombre luzca junto al de MacDonald´s, Coca-Cola o Visa. Otros temas Tags balonbanderasbaratocamisetascentrochinafábricafutbolglobalgorrosjabulanimade in chinamerchandisingmiseriamundialpakistanproduccionsudafricasueldosvuvuzela Comentarios Pablo M. Díez el 22 jun, 2010
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