El Taj Mahal es el monumento más famoso de la India y un auténtico símbolo del país. Situado en Agra, a 400 kilómetros de Nueva Delhi, fue levantado en el siglo XVII por el emperador Sajan para honrar a su fallecida esposa, la princesa Mumtaz Mahal. Aparte de ser, posiblemente, el mausoleo más bello construido por amor, está considerado como una joya arquitectónica que atrae cada año a millones de turistas de todo el mundo. Con el paso del tiempo, la fachada de mármol del Taj Mahal ha ido perdiendo su brillo natural, por lo que se acaba de poner en marcha un laborioso proceso de rehabilitación para “lavarle la cara”. Durante cinco meses, unos 150 arqueólogos recubrirán la fachada de barro y luego la lavarán con agua destilada para que el Taj Mahal vuelva a recuperar su esplendor de siempre.
Tras un biombo chino
por
Pablo M. Díez