Pablo M. Díez el 16 may, 2011 Pasan los días y el “Pekinazo” se agrava. Desde hace una semana no hay agua caliente en mi apartamento y la nota colgada en el ascensor avisa de que continuaremos así varios días más. Al parecer, están cambiando la caldera del bloque, que tiene unas 30 plantas descontando los inexistentes pisos 4, 13, 14, 24 y 34, números aciagos para la supersticiosa mentalidad china porque la pronunciación del cuatro en mandarín es similar a la de la palabra “muerte”. En cada planta hay 12 apartamentos. Si en cada uno de ellos vive una familia con cinco miembros en China impera la política del hijo único pero no meten a los abuelos en residencias de ancianos , suman 1.800 personas que, durante más de una semana, no pueden ducharse con agua caliente. Y en el bloque hay otras tres torres iguales. ¿Se imaginan que a un edificio así en España le cortaran el agua caliente tanto tiempo? No me quiero ni imaginar cuánto tendría que correr el portero para evitar un linchamiento en la conserjería, amén de que el presidente de la comunidad de vecinos no saldría elegido para un nuevo mandato. Rascacielos de más de treinta plantas, pero sin agua caliente Pues aquí nadie ha protestado, salvo las ya habituales y poco escuchadas quejas de algunos extranjeros que vivimos en el bloque. Según me cuenta mi casero Charles, a quien considero mi “gemer” (hermano), “los chinos no están tan acostumbrados a ducharse cada día como los occidentales”. Es cierto que algunos no pero otros, como él mismo, sí. Por encima de los diferentes hábitos de higiene de cada país, lo que está claro es que la resignación oriental no tiene cabida en nuestras mentes occidentales, tan proclives a protestar a la primera de cambio. Ante la falta de agua, una opción es quedarse en casa sin salir y viendo películas. Pero el DVD tiene esos días tontos en los que no lee ni un disco. Cosas de la piratería y la calidad de los aparatos electrónicos “made in China”. Mi amigo Heriberto, otro periodista con quien he compartido interesantes coberturas como la revuelta uigur de Xinjiang en 2009, me dice que su novia tiene el mismo problema con el agua caliente, pero ella vive en una zona bastante alejada de la mía. En los últimos días, parece que están fallando algunos suministros de electricidad y agua y, por ejemplo, a él le van a cortar la luz de doce de la noche a seis de la mañana durante una semana. No sé qué es peor, porque solemos trabajar de noche y nos da más de una madrugada frente al ordenador. Aunque sea con velas, al menos él podrá ducharse con agua caliente. Pero lo cierto es que, una vez superado el escalofrío inicial al entrar en la ducha, uno sale mucho más refrescado y con la piel tonificada. También es verdad que el agua no está demasiado fría, sino más bien templada. Menos mal que estamos ya casi en verano, porque a ver quién es el valiente que se atreve a ducharse sin agua caliente en el gélido inverno pequinés. Ahí sí que te daría un buen “Pekinazo”. Otros temas Tags aguaapagonescalientechinaduchaelectricidadhigienepekinpekinazoproblemassequiasuciedadsuministros Comentarios Pablo M. Díez el 16 may, 2011
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