Los tempos de los clubes y de la prensa son muy distintos, casi opuestos. El fusilamiento de fichajes truculentos y falsos que sufre el Real Madrid es el ejemplo de una locura sin sentido que cierto medios de comunicación alimentan para desprestigio de todos. Muchos informadores se convierten en representantes de los representantes para vender pollinos como caballos blancos. Se colocan nombres por parte de los agentes porque realmente quieren salir de donde están y ponerse en primera línea, no porque realmente interesen. En el club madrileño comentan con ironía que hay nombres que ni conocían.
Es una historia antigua, pero que ha desacreditado a nuestro gremio. Cuando el Sport del Barcelona, y digo del Barcelona, no de Barcelona, publicó en 2012 que “El Real Madrid fichaba a Modric para tapar vergüenzas” se alcanzó la cumbre del desprestigio, una falta de valoración de la prensa en el ámbito exterior que persiste en el tiempo con inventos de fichajes nunca buscados.
Ahora, el Real Madrid ha visto, en febrero, como ya le han colocado a Neymar, Mbappé, Mané, Hazard, Kane, Eriksen, Pogba, Rabiot, Ndombele, Marcos Alonso, De Gea, Kanté, Jovic, Koulibaly, Reinier y me paro ya, porque me daría un soponcio solo de pensar el trabajo maratoniano que tendría José Ángel Sánchez en hacer estos quince contratos en tres idiomas y en despedir a otros quince futbolistas en cuatro lenguas. Ya me dirán: si vinieran esos quince, sobrarían quince.
Siempre recordaré hace diez meses cuando un compañero de la radio me preguntó por un fichaje del Real Madrid, le aseguré que ese futbolista no vendría con seguridad al equipo blanco, añadiendo datos técnicos del informe del club, y me contestó: “No voy a dejar que la realidad me fastidie el programa, lo tengo montando con entrevistas desde Londres y la tertulia para hablar de él”. El programa se hizo. Y el jugador, por supuesto, sigue en su club. Era Harry Kane. Así nos va al sector.
Estoy siendo autocrítico con nuestra profesión con toda la intención. Otro de los grandes defectos es inventarse salarios millonarios como si el dinero cayera del infierno para publicar que cada semana hay un sueldo récord mundial. Recuerdo que hace quince años Hacienda investigó a varios clubes porque cierta prensa publicaba salarios increíbles. Llegó la Administración a los clubes y los dirigentes les dijeron: “Estos son los salarios que hemos pagado, aquí están las cuentas y los ingresos, lo que publique la prensa nada tiene que ver con la verdad”. Hacienda dejó de fijarse en la prensa en ese capítulo, porque las cifras eran infladas, falsas. Ya nadie las cree. Ya nadie cree a nuestro gremio. Tenemos ejemplos muy cercanos. Se dice que Griezmann gana 23 millones netos en su contrato, que significarían 43 millones anuales de pago para el Atlético con los impuestos. Es totalmente falso. Como son falsas las cifras de ganancias en Inglaterra. Son mucho menores en bastantes casos. Nos lo cuentan los apoderados de los jugadores hablando de otros futbolistas y de otros agentes, porque todos se conocen y necesitan saber lo que se paga en comparación para pedir por su futbolista. Pero ya nadie en ningún club contesta a esas mentiras. Los equipos no reaccionan. Se considera parte del espectáculo mediático. Nadie en el gremio del fútbol se las cree, porque entre ellos hablan con sus intermediarios y saben el dinero que se paga. Hemos perdido la batalla de la credibilidad.
Ahora se habla de la revolución en el Real Madrid y lo primero que dice el Real Madrid es lo siguiente: “Revolución y Real Madrid son palabras que no casan. Sabemos por experiencia que un gol cambia los aplausos por pitos y no nos dejamos llevar por el enfado de un momento. Tenemos muy buenos jugadores y habrá refuerzos, por supuesto, pero no hace falta hacer ninguna revolución. Hay que reflexionar bien y con calma. La mayoría de los jugadores que nos venden, que nos colocan, no son mejores de los que tenemos. A cada uno lo suyo y tengamos mesura”. Este mensaje, con palabras parecidas, lo he escuchado muchas veces desde la casa blanca. Y así se ha hecho. Florentino Pérez solo hizo una revolución, cuando volvió a la presidencia en 2009, con el fin de dar un vuelco a la situación. Fichó a Cristiano, Kaká, Benzema, Xabi Alonso y Arbeloa como punta de lanza. Después, hizo buenas adquisiciones cada año para mejorar la plantilla, pero no hubo más revoluciones. Ahora sucederá lo mismo.
Se ha contratado a Militao y el objetivo prioritario de la entidad es adquirir un centrocampista y dos delanteros, un punta nato y “un” Hazard. Ni se va a echar a una docena de futbolistas ni vendrán doce. Que no les engañen los representantes de futbolistas y esa pléyade de informadores al servicio de los agentes que llenan páginas cada día con posibles fichajes. Cada día que añaden un nombre desciende en sentido inverso el prestigio de esa profesión. El 1 de septiembre hablaremos de todos los nombres publicados y los fichados. Verán el “show fuera de las gradas”.
Llevamos quince posibles “fichajes” del Real Madrid y estamos en marzo. A este ritmo, este año se establecerá un nuevo récord dentro de cinco meses, el 31 de agosto. La plusmarca la ostentan los 36 jugadores que le colocaron al Real Madrid en el verano de 2015. Deberíamos pensárnoslo, compañeros de gremio.
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