Es el mejor ejemplo para los canteranos que se entrenan en Valdebebas. Junto a las fotos luminosas de jugadores como Raúl, colgadas en las paredes de la residencia de chavales, también hay «imágenes» de Nacho, escritas y habladas. Tras el póster gianesco de Zidane, cuyo gol en Glasgow ocupa toda una pared de esa «casa de los sueños», el propio entrenador francés señala al joven alcalaíno como espejo para todos los muchachos que quieren alcanzar la meta de militar en el primer equipo del Real Madrid. José Ignacio Fernández Iglesias llegó a la cima desde abajo, sin padrinos. Desde la temporada pasada es «el titular sin sitio» para Zidane. Esta noche será el líder de la defensa del campeón, que se mide al Valencia. Sancionado Ramos, lesionados Varane y Vallejo, el madrileño no falla, no falta. «Siempre nos quedará Nacho», ensalzan los técnicos en Valdebebas. La historia de este futbolista multiusos es una película de cine para los niños que anhelan repetir su escalada. «Siempre nos quedará Nacho, nunca falla, nunca falta», dicen los técnicos deValdebebas. Todos los preparadores que trabajan en los equipos inferiores del club expresan esas dos frases, «no falla, siempre nos quedará Nacho». Porque el defensa no se ha lesionado nunca. Cuando se cuenta esta verdad a los aficionados, no se la creen. «¡Hombre, habrá sufrido algún esguince!», responden incrédulos.
«Nunca me he lesionado», dice el futbolista. Ha soportado pequeñas sobrecargas y golpes en tobillos y rodillas a lo largo de veinte años de balompié, pero siempre se ha recuperado en dos días y nunca ha causado baja en un partido. «Yo nunca me he lesionado», señalaba José Ignacio en una entrevista a ABC como dato único de su carrera, revelador de su profesionalidad y sacrificio. Una disciplina espartana que multiplicó personalmente para superar un problema que combatió desde niño: es diabético. José Ignacio tuvo que recibir tratamiento médico y controles constantes durante lustros para vencer el problema y poder alcanzar su objetivo. Cuando los chicos de «la fábrica blanca» escuchan estas dificultades, sus ojos crecen, sorprendidos.
Con Zidane disputó 39 partidos la temporada pasada, dio el salto adelante en su carrera. Vuelve a la selección y su sueño es jugar con España y escuchar el himno nacional en el Bernabéu el 2 de septiembre, frente a Italia. Será uno de los días más importantes de su vida. Los entrenadores de Valdebebas ejercen de «griots» africanos para relatar estas historias a los muchachos y demostrarles que «es posible llegar al primer equipo si te lo propones». Estos técnicos vieron llegar a Nacho en 2001, procedente de la Agrupación Deportiva Complutense Alcalá. Entró en el alevín A del Real Madrid, con once años. Su evolución fue continua. En 2008 ascendió al Castilla. Disputó nada menos que 105 encuentros en el filial, hasta 2013, pero en 2011 debutó con Mourinho en el primer equipo. Sucedió el 23 de abril. Los blancos vencieron 3-6 en Mestalla, con Cristiano en el banquillo. Hoy, seis años después, se mide al mismo rival, el Valencia, como jefe de la defensa madridista.
Mourinho le quiso como lateral izquierdo. Ancelotti, Benítez y Zidane le eligieron también como central y como lateral derecho.
Del Bosque le hizo internacional con España en 2013. Acumula cinco encuentros con la selección nacional. Lopetegui le acaba de convocar para enfrentarse a Italia y Liechtenstein. Es el otro reto en la vida de Nacho.
Zidane tiene fe ciega en él. Quienes trabajan con el madrileño en la ciudad deportiva señalan que está muy ilusionado con el encuentro del 2 de setiembre en el Bernabéu, ante la escudra azzurra. «Jugar con España en su estadio significará uno de los días más importantes de su vida». Zidane le ha confirmado como un baluarte del Real Madrid. Es el jugador «multiusos».
Nacho acertó hace un año al quedarse en el club. Tenía muchas ofertas y no se marchó. La llegada de «Zizou» al mando del primer plantel ha significado la confirmación de su carrera. Confía en él como el hombre que nunca le decepcionará en una misión. Antes del nombramiento del francés nunca había superado los 22 partidos por temporada. Con Zidane alcanzó la pasada campaña los 39 encuentros. Y en el curso recién comenzado espera superar esa cifra. «Va a jugar más que nunca, como central y como relevo de Carvajal en el lateral derecho», auguran los profesionales de la casa. Achraf será una tercera opción en el lateral diestro.
El club blanco aprobó el traspaso de Danilo al Manchester City de Guardiola porque «el chico perfecto» podía cubrir esa misión de manera soberbia. Así le llaman en Valdebebas, «el chico perfecto», porque nunca falla y nunca falta. Ya realizó grandes partidos como lateral derecho en la era Zidane.
Este verano recibió de nuevo propuestas de la Roma, del Inter y de varios equipos de la Premier. Le han tentado en los dos últimos veranos. No se marcha. Es un puntal para la zaga. Es el internacional que rinde ajeno al fogonazo del estrellato mediático.
Su madurez le ha permitido triunfar. Supo esperar para jugar. Su lema fue siempre estar en plena forma, preparado para rendir cuando el entrenador le necesitara. Así lo hizo. Se ganó el respeto de sus compañeros y la fe de sus entrenadores, que defienden a sus hombres con fe.
La madurez la ha demostrado en todos sus actos. Creó junto a su hermano Álex, también canterano blanco, una escuela de fútbol en el colegio de toda su vida, el San Gabriel de Alcalá de Henares. Denominada ACADEMIA NAF, su filosofía es transmitir a los alumnos los valores con los que ambos llegaron a jugar al más alto nivel: esfuerzo, sacrificio, respeto y estudios.
El sábado 31 de mayo de 2014 contrajo matrimonio con su novia de toda la vida, María. Tienen dos hijos, Alejandra y Nacho. Quiere que su descendiente continúe la saga. Hoy será el líder de la defensa del Real Madrid. Toma el testigo de Ramos. En Riazor formaron el dueto de centrales. Dos jornadas de Liga y ambas como protagonista. Nacho es el titular sin sitio. El ejemplo de la fábrica blanca.
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