Ha muerto un amigo, una persona a la que conocà personalmente en 1977. Un hombre al que admiré de niño como futbolista. Perdonen que hable en primera persona, pero se acumulan recuerdos personales, Ãntimos, cercanos, vividos en el estadio y cara a cara con el mejor extremo izquierda del mundo.
Bromista, pero tÃmido, no le gustaba el pábulo, la corte, la parafernalia, pero él se ganó formar parte de ella como un astro del fútbol. No le gustaba la fama y sus precios. Era «de pueblo», como él decÃa «y me moriré de pueblo». Le llamabas por teléfono, al teléfono fijo, y si te lo cogÃa, decÃa que no era él, pero al decirle quien era, «Paco, que soy…», ya reconocÃa quien eras y admitÃa que era Gento porque no tenÃa más remedio. Paco, el mejor extremo zurdo del orbe. A cuantos dijo: «Gento no está, llame usted mañana» y colgaba. Las risas que nacieron tantas veces con estas cosas, las cosas de Paco. Se lo hizo incluso a sus compañeros de Copas de Europa, como bien contaba Marquitos con aquel arte inolvidable, apoyado por PachÃn, «el portugués de Torrelavega». La mejor fue cuando le llamamos una vez y contestó él mismo: «Gento no se encuentra, está en Toledo», y comenzaron las carcajadas.
Ha fallecido con su camiseta blanca del Real Madrid puesta. «Siempre dormÃa con ella», dicen sus familiares. Veloz, imparable, solo le ha parado Dios, que ya tiene a su vera a los cinco delanteros que formaron la mejor delantera de la historia universal: Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Luis Miguel Beneyto, que militó en aquel Real Madrid de los cincuenta y fue tesorero en la Junta directiva de Luis de Carlos, subraya que ese quinteto fue mejor que el ataque liderado por Pelé en Brasil 1970 y que la delantera de la Holanda de Cruyff. No hubo nada igual.
Recuerdo cuando iba al bar Avenida, en AlfonsoXII, solo porque algunas veces acudÃa Gento. Y yo, chaval, me acercaba allÃ, a la hora del vermouth, tras el entrenamiento del Real Madrid en la vieja ciudad deportiva. Y Gento apareció de vez en cuando. Era mi Ãdolo, junto a Pirri y Amancio, cuyas botas viejas me las daba el padre de mi vecino y amigo Pepe Hernández, que era utillero del primer equipo. Su hermano Miguel era ya cámara de TVE. Para mà era más fácil ver a Gento tras los partidos, cuando salÃa del Bernabéu, junto a Miguel Muñoz. Era sencillo acercarse a ellos y saludarles. Eran otros tiempos, sin tumultos, eran cercanos. Años más tarde, como periodista, el trato fue periódico, analizando enfrentamientos de Champions y recordando efemérides de todo tipo relacionadas con la leyenda europea que él protagonizó. En el Gonluis jugaba a las cartas y al dominó con sus amigos. Con sus vecinos, que han pedido al Ayuntamiento de Madrid que el distrito de ChamartÃn tenga un sitio con su nombre. Será un parque que estará junto al nuevo Bernabéu. Se llamará Francisco Gento. Tenemos el honor de decir que las dos últimas entrevistas que ha concedido en su vida las hizo para ABC, la última hace tres años y medio.
Hijo de un chófer de camión, dejó los estudios a los 14 años para ayudar a su padre y cuidar de las vacas que tenÃan en una pequeña finca; su velocidad, genética, y su gusto por el fútbol le llevó a jugar y a destacar muy pronto. A los veinte años era titular del Real Madrid y, apoyado y defendido por Di Stéfano, se consagró como un grande dela historia del fútbol.
Su regate, a toda velocidad, fue siempre una solución letal, desde 1953 a los años setenta ¡Qué manera de correr, de desbordar, de centrar y de disparar con ese cañón zurdo! Firmó 182 tantos. Fue un jugador único. Nunca vi correr tan deprisa a un futbolista con el balón pegado a los pies. Como decÃa el desdentado Styles, el leñero del Manchester United, estibador de puerto y matador de delanteros en el Mundial de 1966, lo impresionante no era como corrÃa sino como se paraba en la esquina de la banda pisando el balón mientras el lateral no podÃa frenarse y se estrellaba con la publicidad. «Balones a Paco», decÃan Di Stéfano y SantamarÃa cuando tenÃan problemas porque el rival atacaba. «Le mandabas la pelota a Paco y con sus carreras echaba al equipo contrario atrás y respirabas, era único».
Al principio, muy joven, cuando llegó al Real Madrid, era un potro desbocado, corrÃa y no coordinaba bien los pases con Di Stéfano y otros compañeros, que no subÃan tan rápido como él. Pero Alfredo siempre le defendió: «Paco tiene que jugar». Y La Saeta convenció a Santiago Bernabéu para que no saliera cedido al Celta o al Racing de sus orÃgenes. Y Di Stéfano lo consiguió, para bien del Real Madrid y de la creación de la leyenda.
Di Stéfano vio en él una mina de oro ofensiva, rompedor por la izquierda y surtidor de buenos centros si se le enseñaba. Y vaya si le enseñaron. Su velocidad acarreaba esos problemas a sus compañeros, que sufrÃan para seguir el ritmo del cántabro, y fue también Héctor Rial, compañero en el ataque, quien le instruyó para sacar un mejor provecho de sus habilidades. Se erigió en el mejor extremo zurdo del planeta.
La irrupción del consagrado Di Stéfano y del joven Gento en 1953 eran los primeros peldaños de la creación de un gran equipo para llenar la gran obra del estadio. Todo estaba en la cabeza de Bernabéu. Con ambos, el Real Madrid conquistó su primera Liga en veinte años, en 1954, preludio de los años de vino y rosas de las cinco Copas de Europa.
¿Por qué le llamaban La Galerna? Porque ese es el nombre de un viento huracanado, un temporal tÃpico del Cantábrico. Su velocidad hizo que recibiese el apodo de La Galerna. Su forma de correr, de volar, de jugar, de escaparse era, en efecto, un temporal.
Gento celebró su 88 cumpleaños el 21 de octubre. Nació en 1933 en Guarnizo, Cantabria, y llegó al Real Madrid con 19 años para hacer historia y ganar 24 tÃtulos, más que nadie en la historia de la entidad. Durante 18 temporadas, en las que disputó 600 partidos oficiales y marcó 182 goles, Gento se convirtió en el único jugador de la historia del fútbol vencedor de seis Copas de Europa y se ganó un hueco entre los mejores de este deporte. En su espectacular palmarés, junto a las mencionadas seis Copas de Europa, aparece una Copa Intercontinental, dos Copas Latinas, doce Ligas, dos Copas de España, y una Pequeña Copa del Mundo. Procedente del Racing de Santander, su debut en el Real Madrid se produjo el 13 de septiembre de 1953 frente a Osasuna en el Santiago Bernabéu.
Sus cualidades fÃsicas y técnicas le llevaron a ser el mejor extremo izquierda de todos los tiempos. En reconocimiento a sus méritos, desde octubre de 2016 ha sido el presidente de honor del Real Madrid, tomando el relevo de otra leyenda madridista, su amigo Alfredo Di Stéfano.
Francisco Gento López se llamaba y tras su inicio en el Racing desarrolló la totalidad de su carrera deportiva en el Real Madrid. Cuando se retiró era el tercer máximo goleador de la historia del Real Madrid, donde militó dieciocho temporadas, únicamente superado por sus excompañeros de equipo Alfredo Di Stéfano y Ferenc Puskás, siendo todos integrantes del recordado «Real Madrid de Di Stéfano» o «Real Madrid de las cinco Copas de Europa», señalado por la UEFA como uno de los mejores equipos de la historia. Fue del mismo modo considerado como uno de los mejores jugadores del siglo XX según la Federación Internacional de Historia y EstadÃstica de Fútbol, siendo además el único español de nacimiento incluido en esa lista de cincuenta jugadores. Ostenta el récord de ser el jugador que ha conquistado más Copas de Europa con seis, y el que más tÃtulos de Campeonato de Liga de España conquistó, doce.
Fue internacional absoluto con la selección española en 43 partidos. Participó en dos Copas Mundiales, en la edición de Chile 1962 y en la de Inglaterra 1966, y formó parte del equipo que conquistó la primera Eurocopa española, en la edición de 1964.
Fue el pionero de una estirpe. Vio cómo sus vástagos se dedicaban también al fútbol. Los hermanos de Paco, Julio y ToñÃn, llegaron a jugar en Primera División, y especialmente en el Racing de Santander. ToñÃn consiguió compartir vestuario con su hermano Paco en el Real Madrid en la temporada 1961-62, aunque Julio perteneció al Plus Ultra, primer filial del Real Madrid.
La saga familiar se verÃa continuada con sus sobrinos futbolistas Julio y Paco Llorente, los baloncestistas José Luis y ToñÃn Llorente, todos ellos vinculados a las distintas secciones deportivas del Real Madrid Club de Fútbol. Una cuarta generación de deportistas en la familia Gento-Llorente está compuesta por Marcos Llorente, hijo de Paco Llorente, futbolista, y los baloncestistas Sergio Llorente y Juan Llorente, hijos de José Luis Llorente.
Paco Gento nació en Guarnizo, perteneciente al municipio de El Astillero. Hijo de un chofer de camión, dejó los estudios a los catorce años para ayudar a su padre y cuidar de las vacas que tenÃan en una pequeña finca. Comenzó a jugar a la edad de 15 años, siendo cadete en la S. D. Nueva Montaña en 1948, club donde compaginaba el fútbol con el atletismo, merced al cual adquirirÃa la velocidad que le harÃa famoso en el futuro, con la ilusión de jugar en el Rácing de Santander.
Posteriormente pasa a la primera categorÃa regional de Cantabria, fichando por El Astillero, y debuta en Tercera División en el Rayo  Cantabria, que por aquel entonces desempeñaba las funciones de equipo filial del Real Santander, actual Racing de Santander. Este, que habÃa conseguido asentarse en Primera y en el que finalmente recala cumpliendo asà uno de sus sueños de niño, en la temporada 1952-53, con el que disputarÃa únicamente diez partidos de Liga en los que anotó dos tantos, para a la edad de 20 años unirse a la disciplina del Real Madrid de Bernabéu.
Tras debutar en Primera el 22 de febrero de 1953 frente al Barcelona en los antiguos Campos de Sport, se unió al club blanco en la temporada 1953-54, y en él permanecerÃa durante 18 años, tras los cuales se retirarÃa de la práctica del fútbol profesional y comenzarÃa su carrera como técnico, donde entrenarÃa entre otros equipos al Castilla, primer filial del club blanco, y a sus categorÃas inferiores.​
Con el equipo madridista conseguirÃa doce campeonatos nacionales de Liga, el primero en su año de estreno, que supondrÃa ser la primera Liga ganada por el club en veinte años, donde formó parte de la que ha sido considerada una de las mejores delanteras de todos los tiempos en la historia del fútbol junto con Puskas, Kopa, Di Stéfano, Rial, Canario y JoseÃto, con los que logró la hazaña aún no igualada de conquistar cinco Copas de Europa consecutivas, las cinco primeras ediciones del torneo, en las temporasdas 1955-56, 1956-57, 1957-58, 1958-59, 1959-60, a la que añadirÃa una más en la temporada 1965-66 en el denominado «Real Madrid de los Yé-yé» formado en su mayorÃa por jugadores nacionales, lo que le sirvió para convertirse en el único jugador de la historia que ha ganado seis Copas de Europa.
Fue considerado como el extremo más rápido de todos los tiempos por diversos medios y compañeros de profesión. Como manifestó, como decimos, aquel defensor del Manchester United tras enfrentarse a él: «Gento corre mucho, pero lo peor no es cómo corre, lo peor es cómo se para».
Solo Dios ha podido parar al extremo más rápido del mundo. Ahora juega ya con Di Stéfano su primera Copa de Europa celestial, que ha comenzado hoy, con Jacques Goddet, Bernabéu, el periodista Gabriel Hanot y Saporta al mando. Esa es la otra Superliga europea, que ha nacido en el cielo. Su amigo Luis Aragonés se encarga del Atlético.
Otros temas