Tomás González-Martín el 19 feb, 2017 ABC ha mantenido un respeto total a la familia de Carlos Fernández Palomero y al propio Carlos, fallecido hace unos días a los 88 años de edad. Él puso en la esquela de ABC, porque así lo dejó previsto, que se citaran las semanas que vivió en su larga vida. Han sido 4.597 semanas. Y así consta en la esquela que se ha hecho mediática en medio mundo. Y en la propia esquela expresaba su alegría por las once Copas de Europa disfrutadas con el Real Madrid. Este diario habló con dos de sus seis hijos, Enrique y Javier, y con el parroco que ofició la misa funeral el pasado miércoles en L’Hospitalet de L’Infant, el mismo día que el Real Madrid remontó un gol al Nápoles para vencer por 3-1. Esa victoria fue la remontada de Carlos hacia el cielo. Este periódico dialogó con Florentino Pérez para saber si conocía a Carlos Fernández Palomero. No le conoció personalmente. Había léído la esquela en ABC y envió un fuerte abrazo a su famlia por medio de este diario, que se puso en contacto con sus hijos para expresarles el cariño del presidente del Real Madrid. ABC tenía, y posee, un gran reportaje sobre quien fue Carlos Fernández Palomero. Jordi Salvadó, el parroco que siempre le tuvo como feligrés, y Enrique y Carlos, nos han relatado toda su vida. Los hijos nos han rogado no publicar el reportaje, porque no les ha gustado que su padre se haya hecho viral en las webs solo por ser madridista. Fue mucho más. Un gran padre, enamorado de su mujer. Un gran padre para seis hijos y una extensa familia de nietos. Cristiano, católico practicante y madridista. Carlos fue un pionero de la energía nuclear en España. Cuando esa energía no existía en nuestro país, él y otros especialistas acudieron a Estados Unidos a lo largo de tres años para conocer bien a fondo lo que era la energía nuclear y su aplicación práctica, con el fin de traerla a España. Fueron protagonistas del proyecto Islero. Carlos fue director de Vandellós I durante veinte años. Y madridista toda la vida. Carlos quiso jugar en el Real Madrid en sus años mozos, cuando lo único nuclear en su vida era el fútbol y el madridismo. Se probó en los juveniles. No pasó la prueba. Y se fue a jugar al Atlético, donde sí superó el examen. Era un madridista en territorio comanche. Pasadas su ansias por emular a Di Stéfano, se centró en su dedicación a la energía nuclear. Y cuando no trabajaba, exhibía su madridismo por todas partes. En estas horas duras, su hijo Enrique ha expuesto a ABC que es feliz porque su padre está en el cielo con los buenos. Reconoce Enrique que es barcelonista. Su hermano Javier afirma con humor que Enrique es el garbanzo negro de la familia, pues todos los demás son madridistas. El padre Jordi Salvadó también es culé y manifiesta que nunca hablaba de fútbol con Carlos, siempre buscaban puntos comunes en la ayuda a los demás. Hoy, Carlos Fernández está en el cielo al lado de su querido Di Stéfano, con Puskas de interior izquierda. Y Luis Aragonés, que jugó en el Plus Ultra blanco y terminó en el Atlético, hace el equipo contrario, con San Román y Aparicio en su columna de seguridad. ¿Pero vos con quién habéis empatado? les ha dicho Alfredo antes de comenzar el partido. Otros temas Comentarios Tomás González-Martín el 19 feb, 2017
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