Brahim Díaz fue el último fichaje del Real Madrid en el mercado invernal. Sucedió hace tres años. Desde entonces, el club no ha hecho contrataciones en enero, un hecho que significaría que la plantilla del verano anterior estuvo mal proyectada. No ha sido así en la casa blanca. Su plan del último bienio, el de la pandemia, ha sido bueno, con la consecución de un título de Liga, dos Supercopas de España disputadas en Arabia y la clasificación hasta las últimas semifinales de la Champions. En la otra punta del puente aéreo, los fichajes del Barcelona revelan la mala confección de su plantel.
La casa blanca planifica ya la revolución de la próxima temporada para dibujar «el equipo de Mbappé». A la espera de rematar su adquisición, la dirección deportiva programa otros cuatro refuerzos: un lateral derecho, un lateral izquierdo, un central joven y un medio centro.
La llegada del parisino es el punto de partida de un cambio que toca todas las líneas del equipo y la columna vertebral del esquema. El segundo fichaje importante es el pivote defensivo. El club blanco busca desde hace tiempo un hombre que sustituya a Casemiro, el zapador que lo juega casi todo y acumula un desgaste excesivo por no tener un relevo real. Camavinga y Valverde han ocupado su puesto en algunas ocasiones, pero verdaderamente no son un medio centro. Kroos y Modric también ejercieron en su día como un doble pivote, ya lo hizo Ancelotti hace ocho años, para cubrir la ausencia del eje brasileño. El francés Tchouameni y el holandés Gravenbergh son los primeros candidatos.
Tchouameni y Gravenbergh, 22 y 19 años, internacionales con Francia y Holanda, son los dos medios centro más interesantes para dar un respiro a Casemiro en el once, un objetivo que no ha podido ser cubierto hasta ahora
De ascendencia camerunesa, Aurelien Tchouameni, 22 años, nacido en Rouen, es un centrocampista que creció para el fútbol muy pronto. Llegó al Girondins de Burdeos a los once años y a los diecisiete ya era profesional. A los 20 fue fichado por el Mónaco, donde su poderío físico le ha hecho ser perseguido por los grandes europeos. Es un futbolista interesante para entrar en la posición de Casemiro. Fue titular con Deschamps en la final que Francia ganó a España hace cuatro meses. Acaba contrato en 2024 y el problema es su precio. El conjunto monegasco ha querido subir el coste de los 60 a los 80 millones y ya sabe que el Real Madrid nunca alcanzará esa cifra por un centrocampista tan joven.
Menos caro es Ryan Gravenberch, un pivote puro con una fuerza descomunal. El holandés del Ajax tiene 19 años, es internacional y está tasado en 35 millones. El jefe de fútbol internacional del Real Madrid, Juni Calafat, viaja por Europa y valora la situación de cada uno con vistas a su posible incorporación futura.
Las otras tres novedades planificadas afectan a toda la retaguardia y especialmente a los dos laterales. Se analiza el fichaje de un lateral izquierdo que compita de facto con Mendy y cubra con seguridad ese flanco. Marcelo acaba contrato y se marcha en junio. El canterano Miguel Gutiérrez, que debutó con Zidane en el primer equipo y sentó de hecho al brasileño en la grada, ha perdido enteros con Ancelotti. El italiano le concedió tres partidos como titular y sus despistes defensivos anularon en su valoración su espléndida función atacante, con un buen toque de balón para la incursión y el pase al área.
Reguilón encabeza la lista. El madrileño, que ya militó en el Real Madrid a las órdenes de Lopetegui y de Solari, fue traspasado al Tottenham con un derecho de recompra que finaliza en junio con un precio de 40 millones. Es la apuesta más segura, pues es un hombre de la casa, madridista, y estará adaptado a la idiosincrasia y la presión del club desde el primer minuto.
El refuerzo del lateral derecho puede significar el retorno de Álvaro Odriozola, que se encuentra cedido a la Fiorentina. El guipuzcoano realiza una buena temporada en Italia y el Real Madrid ejecuta un seguimiento estrecho de su futbolista, que ha evolucionado al tener la continuidad de partidos que no disfrutó en el Bernabéu. Ya protagonizó con Zinedine un óptimo final de campaña hace nueve meses, antes de marcharse al calcio.
El último objetivo es incorporar un cuarto central que sea joven y progrese en el Real Madrid a la vera de Militao, Alaba y Nacho. Vallejo no ofrece el nivel deseado y la primera idea es contar con un jugador del filial. Mario Gila y Rafa Marín, dos puntales de Raúl, son los primeros colocados. Ancelotti sigue con detalle la progresión de Gila, a quien convocó para el encuentro copero en Alcoy. La otra posibilidad es fichar a un «stopper» joven, pero esta carta es más cara para un jugador que al final será el menos utilizado en el eje de la retaguardia.
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