Kylian Mbappé debe pedir el traspaso al PSG para poder llegar al Real Madrid en 2020 o en 2021. Es el primer objetivo que debe tener claro el futbolista. Ha de plantear con crudeza su deseo de irse, pues está atado contractualmente hasta 2022.
El club español observa desde la banda, desde la lejanía, como escuchante obligado, las tensiones entre Mbappé, Leonardo (director deportivo del PSG) y Touchel (entrenador). No tiene nada que ver en ese jaleo. es el delantero quien genera la controversia porque no está a gusto y quiere dejar el club parisino. Es el origen de todo el escándalo. Porque es un escándalo lo que vemos cada tres días entre Mbappé y Touchel. Un técnico que le cambia, un jugador que se enoja y un entrenador que le quiere dar explicaciones sin que el afectado quiera escucharle, para responderle con palabras duras ¿Se imaginan un duelo así entre Zidane y Hazard, por ejemplo? Sería la bomba. Pues la bomba explota cada tres fechas en París.
Hay que decir las cosas muy claras: el club blanco mantiene excelentes relaciones con Al-Khelaifi y solo habrá negociación si el presidente de la entidad francesa desea abrir esa operación. Para ello, el jugador tiene que demostrar que desea marcharse.
Así de cristalino es el asunto. El Real Madrid nunca irá por detrás. Primero, porque no lo hará. Y segundo, porque es de tontos: no hay cláusula de rescisión y todo depende de lo que decida el PSG.
El mayor anhelo de su vida es fichar por el Real Madrid de Zidane y para ello tiene que marcharse del París Saint-Germain. Las formas son importantes y la manera de decirlo cambia la percepción, aunque el orden de los factores no altera el producto. Así se lo ha dicho Delphine Vertheyden, la abogada de Mbappé, al director deportivo del club francés, Leonardo. El futbolista no tiene nada en contra del PSG como institución, sencillamente quiere jugar «en el equipo más importante del mundo, una posibilidad que pocos jugadores disfrutan en su carrera». La exposición de la portavoz del delantero más cotizado del planeta tiene argumentos rotundos. Y la estrella ha tomado la postura de atacar duro contra todas las personas o actuaciones que le perjudiquen dentro de la entidad parisina. No piensa aguantar ser segundo plato ni un día más, a la sombra de Neymar. Las sustituciones que soporta a manos del alemán Touchel son una razón para tensar la cuerda e intentar romperla con el objetivo de ser traspasado en julio.
Es la estrategia que ha planificado junto con sus asesores. A lo largo del tiempo ha comprobado que Verratti, Cavani y el propio Neymar no pudieron dejar el PSG con oposiciones blandengues, con filtraciones que desvelaban que deseaban irse para no dar la cara después ante Al-Khelaifi. Neymar ha ofrecido el mejor ejemplo ante el Barcelona en el verano anterior.
Mbappé ha decidido apostar fuerte por el desencuentro para forzar su salida. No lo tendrá fácil, pues tiene contrato con el PSG hasta 2022 y si el club se niega a vender deberá esperar. Pero juega con el tiempo a su favor. Si Al-Khelaifi pretende cobrar un buen dinero por su traspaso, deberá hacerlo en 2021 como muy tarde. La figura francesa quiere ser madridista antes, este año, el próximo mes de julio. Y para ello aprieta el acelerador. Su nuevo encontronazo con Touchel el sábado, mientras el Real Madrid ganaba el derbi, es otro capítulo en esta táctica. Mbappé explota este «casus belli» con actitudes que generan controversia interna, pues minutos después de su enfado felicitó a Benzema, Ramos y Vinicius en las redes sociales por su victoria ante el Atlético.
–Quiero ser el líder, he rendido más que Neymar–
Es la tercera vez que choca abiertamente con su entrenador, hechos que delatan que hubo otros desencuentros privados intercalados. El primero sucedió en abril del año pasado, cuando no fue ni concentrado para medirse al Nantes aunque Cavani, Di María y Neymar estaban lesionados. «Ha tenido problemas musculares y hay que pensar en la final de Copa», esgrimió el técnico germano. Hubo castigo disciplinario. La batalla estaba declarada.
El 4 de diciembre tuvo un incidente con su entrenador en el triunfo sobre el Nantes. Marcó el 1-0 decisivo y se molestó al ser cambiado en el minuto 75. La confrontación se repitió en el siguiente partido, en Montpellier, 1-3, cuando le sustituyó en los minutos finales. El francés había firmado el 1-2 que encarrilaba la victoria y no le gustó ser relevado por Maxim Choupo-Moting. Thomas Touchel quiso pararle para darle explicaciones y el jugador se desembarazó de los brazos del preparador y se dirigió al banquillo, muy molesto.
La historia se agravó el pasado sábado, cuando el responsable de la plantilla le quitó en el minuto 76, de nuevo ante el Montpellier, pero en el Parque de los Príncipes, con un 5-0 a favor, uno de ellos anotado por el parisino, quien tuvo palabras muy claras de desagrado ante su jefe, enfadado por ser relevado una vez más.
Mbappé considera que siempre es el primer sustituido y eso le impide ser el líder del equipo, como desea. Piensa que Touchel otorga preferencia a Neymar. Mbappé considera que ha sido un jugador más importante que el brasileño en los dos últimos años, como reflejan su tercer y su sexto puesto en las últimas ediciones del Balón de Oro, y no se le trata como el estandarte del PSG. Este punto es otro arma letal en su lucha por marcharse.
–El reto de ganar la Champions con el Real Madrid—
Leonardo le ha ofrecido una renovación por seis años con el mismo salario de Neymar, 36 millones netos, pero el francés se niega a seguir en París.
Su reto es de órdago y su abogada lo ha expuesto: quiere ser el jugador que tome el testigo de Cristiano, su ídolo, en el Real Madrid. Desea ser una leyenda del conjunto blanco. Piensa que está tocado con esa varita mágica. No sueña con ser Balón de Oro, su objetivo es ganar la Copa de Europa con el club que hizo grande el torneo. Analiza que si conquista la Champions de blanco, el Balón de Oro vendrá después. Su madre, Fayza Lamari, también piensa así. El mensaje de madurez ha calado en su hijo.