Vinicius jugará en el Real Madrid y en el Castilla. En edad juvenil, tendrá ficha con el equipo filial porque cuando Lopetegui no cuente con él competirá con el conjunto dirigido por Solari. Prima que juegue cada semana. Solo tiene 18 años recién cumplidos y el Real Madrid prefiere moldearlo en casa para que sea el jugador que espera en el devenir de esta temporada. Se le enseña a convivir con la presión externa que significa militar en el club más mediático del mundo. Se le inculcan comportamientos y se le advierten peligros extradeportivos: la noche, las chicas que se acercan al jugador famoso. Es un chaval y vive como un monje, concentrado en rendir. Se cuida su alimentación y su forma de vida, acompañado por personas mayores del club. Se acabó la incógnita de su codiciado destino final: Vinícius José Paixão de Oliveira Júnior quedará inscrito con ficha del Castilla y jugará en el primer equipo cuando Lopetegui lo decida. «Si no va a jugar todos los días en el primer equipo es mejor que compagine el filial y el Real Madrid para no dejar de competir cada semana, que hoy es lo prioritario en su carrera». Posee un excelente regate, potencia, velocidad, pero aún no ha alcanzado el nivel para ser titular en el Real Madrid. «Es un niño, un adelantado, tiene cosas que marcan la diferencia, pero no puede cargarse todavía tanta responsabilidad sobre él», señala un profesional de la entidad. «Si no va a jugar todos los días en el primer equipo es mejor que compagine el filial y el Real Madrid para no dejar de competir cada semana, que ahora es prioritario en su carrera».
Se entrenará con Lopetegui periódicamente y compartirá partidos con el filial y con el Real Madrid según lo requiera el responsable deportivo de la primera plantilla. El fin fundamental es que necesita jugar, adaptarse al fútbol más físico del Viejo Continente y el club ha tomado la postura de no inscribirle con el primer plantel y alternar su participación, pues su edad juvenil lo permite sin cortapisas. Triunfador en la selección sub 20, en la que ha marcado 17 goles en veinte partidos, Mejor Jugador en el Campeonato Sudamericano sub 17, el extremo brasileño destacó en la pretemporada del Real Madrid, pero Lopetegui considera que aún está bisoño para ser titular en el campeón de Europa. Su «dribling» es mejor que el de Lucas Vázquez, primer relevo del ataque, pero el gallego se convierte en el mejor centrocampista destructivo cuando hay que frenar al rival y robar la pelota. La presencia de Asensio e Isco por la izquierda, zona preferente del brasileño, también le taponan la posibilidad de disfrutar de la continuidad deseada en el Real Madrid. Y los cuatro títulos de Champions conseguidos en cinco temporadas implican un código de vestuario, nunca escrito, que obliga éticamente al entrenador a contar primero con los hombres que han acumulado hasta mayo tantos títulos de Copa de Europa, Mundial de Clubes y Supercopas de Europa. Lopetegui conoce bien el respeto a las jerarquías ganadas con trofeos en la casa blanca. Esos futbolistas se lo han ganado y Vinicius puede esperar. Los titulares de esta época dorada del club merecen un voto de confianza y será el devenir de la temporada el que marcará la entrada de Vinicius como revulsivo.
Si el equipo falla o tropieza, llegará la hora del brasileño. Pero Lopetegui le resguardará primero de los problemas. No desea quemar la ilusión que suscita en los aficionados. Por eso no le utilizó en la Supercopa de Europa cuando el Atlético ganaba 2-3. «Si por ejemplo se le hubiera alineado en el minuto 76, cuando Casemiro se lesionó, y no hubiera creado la jugada del empate, ya se le habría vapuleado», señala una persona que trabaja con el primer equipo en Valdebebas. El entrenador no quiso ponerle a los pies de los caballos en ese primer encuentro oficial del curso. «Irá con tiento, introduciéndole poco a poco, al principio en partidos no complicados, para que adquiera confianza, y dar después un salto adelante. No lo olvidemos, tiene 18 años recién cumplidos y está en el primer equipo del mundo».
Pero no crean que debutará con el Real Madrid muy tarde. Con independencia de la visita al Gerona el próximo domingo, el brasileño puede estrenarse oficialmente en el Bernabéu el primer día de septiembre, ante el Leganés, en jornada de Liga. Es un partido perfecto para el joven. «Vinicus puede esperar y debe saber esperar», destaca este profesional que le ve entrenarse cada día en Valdebebas. Los seguidores, sin embargo, nunca han aprendido a esperar. Como en el coliseo romano hace dos mil años, quieren levantar el dedo, o ponerlo boca abajo, ya. Le vieron brillar con sus bicicletas y pases de la muerte en Estados Unidos y en el trofeo Bernabéu, frente al Milán, y piden su alineación, aunque sea en los segundos tiempos. Quieren ver la novedad ahora, pues es un jugador que provoca la reacción inmediata del público. Es lo que Lopetegui precisamente no quiere, que haya un juicio final precipitado. La Copa del Rey será una apuesta del brasileño esta temporada. Le permitirá disputar una serie de encuentros con el primer plantel para abordar la segunda fase de la temporada, a partir de enero, totalmente conjuntado a las estrategias del «profesor», como Vinicius denomina a Lopetegui en una demostración de respeto. El Madrid va con calma con una promesa de figura que hay que moldear para que lo sea de verdad.
