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Blogs Tiro al blanco por Tomás González-Martín

Los jugadores del Madrid pagan la hipocresía

Tomás González-Martín el

Sí, socios del Real Madrid, está mal que un jugador se ponga a cantar con un tal Kevin Roldán, al que no conocía ni su madre hasta que publicitó su actuación en la fiesta. Sí, socios del club, Cristiano se reía. Y Khedira. Y James. Y Keylor. Pero allí también estaban Modric, Paul Clement, Hierro y Chendo. Y seguro que no lloraban. Eso no quiere decir que no sintieran la derrota en el derbi por 4-0. Sencillamente, Ronaldo había convocado a ciento cincuenta personas procedentes de medio mundo y no podía suspender su aniversario porque el Madrid y él hubieran caído por 4-0. Quería dar alegría a su madre y a sus familiares. Claro que sentía la derrota. Estaba molesto. Enfadado por su rendimiento y el del equipo, como manifestó al final del partido. Y muy enojado por la burla de la afición rojiblanca, que le gritó  el ¡síiii! del Balón de Oro todo el partido, mofándose de él.

Cristiano estaba todavía más dolido por las críticas del día después. Que le acusen de no sentir el Real Madrid es lo peor que le pueden decir. Le pueden acusar de ser egoísta, de querer marcar todos los goles, de estar obsesionado con los récords de tantos en la Champions y en la historia del club. Pero por favor, que no le digan que no quiere al Real Madrid. Toda su vida quiso venir a esta casa. Se lo dijo a Ferguson en 2005. Y el sir, el gran señor del Manchester, tuvo la elegancia británica de dejarle cumplir su sueño en 2009.  Cristiano nació en Madeira y a los catorce años fichó por el Sporting de Lisboa, el gran rival del Benfica. No era benfiquista, sino del Real Madrid.

Ahora le critican por esa fiesta. Antes no sucedía, dicen los más viejos del madridismo. Sí ocurría, amigos. Desde la época de Di Stéfano. Lo que pasa es que no había fotos. No se colgaban fotografías instantáneas de otras personas que traicionan a los futbolistas, como sucede ahora. Kevin Roldán, un cantante conocidillo en Colombia, aprovechó el aniversario de CR7 para hacerse famoso en todo el mundo. Es cierto que Ronaldo debería haberse cerciorado de la peligrosidad de esa fiesta tras un 4-0. No lo pensó bien. En ese aspecto no calibró consecuencias. Pero sí es madridista. Como lo son Chendo e Hierro, que morirían por el club como lo hicieron en el césped. Ahora lo que existe es mucha demagogia. No se dejen influecniar por ella. Hay un dato comparativo elocuente. Casillas y Sara Carbonero también hicieron la fiesta del cumpleaños de la periodista dos horas después del 4-0. Y no se les ha criticado. Simplemente, porque prohibieron fotos y realizaron un cumpleaños sencillos, sin cantantes ni músicos. Pidieron respeto y privacidad. La tuvieron. Menos mal que no había un Kevin que les traicionara con fotos.

Ahí se observa una diferencia de trato. Cristiano es vapuleado. Íker, como no hay imágenes, no. Los dos tuvieron una fiesta. Y no se pusieron a llorar. Pero los dos estaban molestos por el resultado. No lo duden. No se dejen engañar. Una imagen vale mal que mil palabras. He escrito mal, sí, no más. Porque las fotos distorsionan la realidad según la interpretación que se las conceda. Dicho de otra manera: ¿Si no hay foto, las cosas no suceden? Piénsenlo.

Se ha mentido tanto que se ha dicho que el Madrid sancionaría a Khedira yJames por estar lesionados y bailar en la fiesta de Ronaldo. Falso. Se hicieron una foto riendo, sí. Y nada más. Estuvieron sentados en todo momento. El club no ha abierto ninguna investigación. Se juzga por una foto. Como se ríen, se asegura ya que no son madridistas. Y se afirma que seguro que bailaron. ¿Lo vieron ustedes o esos inventores de rumores? ¿No?. Entonces, ¿por qué lo dicen?. Vean ustedes. De una foto se tergiversa una verdad hasta el extremo de hundir a cualquiera. Lo único que se les puede criticar a los jugadores es que se rieran en la fiesta después de un 4-0. Le próxima vez llorad en público, por favor. Y que os hagan una foto. Con eso será suficiente para falsear la verdad.

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