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El barcelonismo fanático desea que Modric, al que denostaron, gane el The Best y el Balón de Oro

El barcelonismo fanático desea que Modric, al que denostaron, gane el The Best y el Balón de Oro
Soccer Football - The Best FIFA Football Awards - London Palladium, London, Britain - October 23, 2017 Paris Saint-Germain’s Neymar, Real Madrid’s Cristiano Ronaldo, Barcelona’s Lionel Messi, Barcelona’s Andres Iniesta, Real Madrid’s Luka Modric, Real Madrid’s Toni Kroos, Paris Saint-Germain’s Dani Alves, Real Madrid’s Sergio Ramos, AC Milan's Leonardo Bonucci, Real Madrid’s Marcelo and Juventus’ Gianluigi Buffon pose for a photograph after being selected in the FIFA FIFPro World 11 during the awards REUTERS/Eddie Keogh
Tomás González-Martín el

El barcelonismo es reo de Messi. Es un súbdito enfermizo en el rezo en pro del argentino. Es tal la enfermedad, crónica, incurable, que el madridismo ha encontrado raro, extraño, el clamor de los azulgranas para que Modric gane el premio The Best y el premio Balón de Oro. Que los gane todos, dicen los barcelonistas. la razón es suprema: que Cristiano no consiga seis Balones de Oro y supere los cinco de Leo.

En ese fanatismo eterno, que triunfe Modric, madridista, no les importa demasiado. Saben que el Real Madrid ha conquistado cuatro Champions en cinco años y es lógico que los galardones los obtengan los campeones, por mucho que les duela, que les duele mucho.

Tiene gracia que el barcelonismo quiera que el croata obtenga todos los premios del año. Los aficionados azulgranas reconocen en los últimos tiempos que es el jugador que más les ha gustado del Real Madrid, junto a Marcelo (alabado por Xavi). Pero la prensa barcelonista criticó duramente a Modric y a Florentino Pérez hace seis años cuando el presidente le fichó. El titular de un diario deportivo totalmente azulgrana tituló: “Modric, una cortina de humo: 42 millones para tapar vergüenzas”.

Menuda vergüenza da ese titular, basado en deseos y no en realidades. El madridismo esgrime periódicamente esa portada como ejemplo de la enfermedad que afecta sempiternamente al barcelonismo. La portada la llevan en sus teléfonos móviles, en sus redes sociales y la envían cada vez que observan otra actuación enfermiza del mundo azulgrana. Con Modric, el Real Madrid ganó cuatro Champions, tres Mundiales de Clubes, tres supercopas de Europa, una Liga y una Copa.

Lo más importante es que, como dijo Cruyff, el balcánico era un futbolista que él habría fichado para el Barcelona. Y también pidió fichar a Isco. Eso es lo más grave para el Barcelona. No fichó a ninguno. Ni a Marco Asensio, otro futbolista del estilo Cruyff.

Es para pensárselo que los barcelonistas deseen que Modric logre el The best y el Balón aúreo. Mal ven las cosas en el Barcelona cuando el barcelonismo desea que un madridista gane cosas. Y no me digan el altruismo idiota de ser muy deportivos, porque no se lo creen ni ellos. Todo sea para que Cristiano, que es de la Juventus, no supere a Messi. Menuda simpleza.

Gento no ganó ningún Balón de Oro y levantó seis Copas de Europa. Eso es lo que vale, no los premios individuales. Yo querría celebrar diez Champions y que no me hicieran ni hijo predilecto de mi barrio de Canillas. Pero eso no lo entenderán nunca los fanáticos.

El Real Madrid quiere que Modric gane los premios porque es jugador suyo. También les gustaría que triunfara Varane. Si no es así, les da igual. No piensan con obsesiones en los rivales. Es la diferencia.

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