El Congreso autorizó ayer una nueva misión de las Fuerzas Armadas españolas en la República Centroafricana: se desplegará un avión Hércules y un contingente máximo de 60 militares. Una misión parecida a la que España mantiene ya bajo el nombre «Apoyo a Malû, con el destacamento Marfil, con base en Dakar (Senegal).
En la República Centroafricana se repite el patrón de intervención de MalÃ: Francia por delante y paÃses europeos apoyando logÃsticamente después (Reino Unido, España, Bélgica…). Ayer también el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, lanzó un mensaje velado en este sentido: «Necesitamos más paÃses como Francia que tienen capacidad y voluntad para actuar».
La intervención española en la República Centroafricana se certificó con los votos a favor de  PP, PSOE, CiU, UPyD y PNV. La primera misión del Hércules consistirá en el transporte de material y personal francés desde suelo fracnés al paÃs africano, según informaron a Efe fuentes del Ministerio de Defensa.
En esta primera fase el avión de transporte militar operará desde Zaragoza. En una segunda fase, si es necesaria y a petición francesa que lidera la misión de la ONU, desde las bases francesas en Libreville (Gabón) o D’Jamena (Chad).
CLAVES DEL CONFLICTO
Aquà unas claves del conflicto, de nuestro experto africanista, el corresponsal de ABC  Eduardo S. Molano:
«Será una misión breve para restablecer la calma y la estabilidad». De esta forma, el ministro de Defensa francés, Jean-Yves Le Drian, anunciaba el envÃo de 1.000 efectivos militares a la República Centroafricana para frenar la crisis abierta en la región. Pero se trata de un conflicto no solo entre grupos cristianos y musulmanes y que dista de toda sencillez. He aquà algunas claves.
1. ¿Qué está pasando realmente?
En marzo, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka («alianza», en lengua sango) provocaba la salida del paÃs del presidente François Bozizé y abrÃa una crisis polÃtica en el paÃs africano que aún continúa. Desde entonces, Naciones Unidas asegura que la región se encuentra ante la amenaza de un «genocidio» tras la espiral de violencia desatada entre grupos cristianos y musulmanes en los últimos meses.
«Cada vez hay más y más violencia sectaria porque Seleka la emprendió con iglesias. Ahora, los cristianos han creado milicias de autodefensa y están tomando represalias contra los musulmanes», reconocÃa Gerard Araud, embajador francés ante la ONU.
Precisamente, para paliar el bandidaje, la población ha creado patrullas urbanas llamadas «anti-balaka» o «anti-machete».
«Tengo la impresión de que es como en 1994 en casa», aseguraba Eugene Richard Gasana, embajador de Ruanda ante la ONU, rememorando el genocidio ocurrido en su paÃs.
2- ¿Quiénes son los actores en juego?
La coalición «Seleka» exigió desde el comienzo de la revuelta «el respeto por los acuerdos de paz de 2007», que implicaban la reintegración de los rebeldes en las fuerzas armadas (en una fórmula similar a la utilizada en 2009 al este de la República Democrática del Congo con la insurgencia local), asà como la liberación de todos los presos polÃticos.
Sin embargo, el movimiento -formado por cinco milicias- no es del todo homogéneo.
De igual modo, el autonombramiento de Michel Djotodia como presidente -musulmán en un paÃs donde cerca del 80% de la población profesa la fe cristiana- solo ha agitado un conflicto que continúa retroalimentándose: En apenas nueve meses, el movimiento ha reclutado cerca de 6.000 niños soldados, asà como centenares de mercenarios provenientes de Chad, Sudán y Nigeria bajo la promesa de ser recompensados con las ingentes reservas que dispone el paÃs de oro y diamantes.
3. ¿Cuáles son los intereses ocultos?
En 2011, el International Crisis Group ya advertÃa del «lado oscuro» de los diamantes de República Centroafricana, asà como denunciaba el control que los rebeldes de la Unión de las Fuerzas Democráticas para la Unidad (una de las milicias que acabarÃa formando «Seleka») ejercÃan sobre las minas del paÃs.
No obstante, no serÃa hasta mayo pasado cuando el Kimberley Process Certification Scheme, un sistema diseñado para dotar a los consumidores de plenas garantÃas de que los diamantes que adquieren no financian conflictos armados, prohibirÃa las exportaciones de gemas desde el paÃs africano.
Más enrevesado aún resulta el otro as en la manga del Gobierno golpista:
En los últimos dÃas, el presidente Michel Djotodia asegura por activa y por pasiva que se encuentra en negociaciones con el conocido lÃder rebelde Joseph Kony, asà como sus lugartenientes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA), para lograr su rendición. Es cierto que Kony (quien cuenta con una orden de busca y captura por parte del Tribunal Penal Internacional) es, desde hace más de dos décadas, uno de los trofeos más buscados en el continente africano. Y que su actual ubicación es, presuntamente, la República Centroafricana.
Pese a ello, el anuncio del régimen golpista parece ser más una maniobra de relaciones públicas ante la comunidad internacional que una promesa de garantÃas.
4. ¿Es factible una solución armada?
Desde su independencia de Francia en 1960, la República Centroafricana es vÃctima de su localización estratégica (paÃs no abierto al mar y enmarcado en el complicado cruce de caminos entre Chad, Sudán, Sudán del Sur, Congo-Kinshasa, Congo-Brazzaville y Camerún) y de unos lÃderes polÃticos con excesiva querencia por los golpes de Estado (el propio mandatario depuesto, François Bozizé, habÃa subido al poder tras protagonizar una asonada).
En este sentido, el embajador galo ante la ONU, Gerard Araud, asegura que la intervención en el paÃs africano será «más sencilla» que en MalÃ, ya que se trata de luchar contra «delincuentes armados, no una oposición organizada».
Curiosamente, a pesar de su «sencillez», la comunidad internacional ya habla de evitar en el corazón del continente.
Por cierto, sobre la hiperactividad militar francesa en el exterior, he aquà el mapa oficial del Ministerio de Defensa galo sobre despliegue de tropas en el exterior:
InternacionalOtros temas