La orden militar más firme, en la España más titubeante: «He cursado a los capitanes generales de las regiones militares, zonas marítimas y regiones aéreas la orden siguiente: ante la situación creada por los sucesos desarrollados en el Palacio del Congreso y para evitar cualquier posible confusión, confirmo que he ordenado a las autoridades civiles y a las Juntas de Jefes de Estado Mayor que tomen todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente. Cualquier medida de carácter militar que en su caso debiera tomarse deberá contar con la aprobación de la Junta de Jefes de Estado Mayor. La Corona, símbolo de la permanencia de la unidad de la patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretenden interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución, votada por el pueblo español, determinó».
Con ese minuto y medio de alocución en la larga noche del 23-F, ante las cámaras de TVE, el capitán general del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire ponía fin a la intentona de devolver a España a otra época de sinsentidos. Fin del golpe. No hubo ocasión mayor en la que Su Majestad el Rey demostrara ante los suyos -como consideraba a los militares- que la España moderna que se iniciaba en 1975 ya no tenía vuelta atrás. Tampoco para el estamento militar.
Tan solo quince meses después, el 30 de mayo de 1982, España se convertiría en el miembro número dieciséis de la OTAN, organización, junto a la UE y la ONU, desde la cual las Fuerzas Armadas han proyectado para siempre una imagen de modernidad y transformación acorde a los cambios que demandaba la sociedad civil y en un entorno internacional. Y «el primer soldado y marino de España» -como gusta decir del Rey al actual ministro de Defensa, Pedro Morenés- siempre lideró ese proceso.
6 de enero de 1998. El Rey cumple 60 años y el escenario elegido para su celebración son las ciudades bosnias de Mostar y Medugorje, donde los militares españoles llevan a cabo una misión de paz (imagen superior de portada de esta entrada del blog). Es uno más de los tantos viajes a las misiones internacionales que el Rey siempre gustó de realizar para brindar con los suyos en fechas especiales, como las festividades que nunca se quiso perder en la Pascua Militar, el Día de las Fuerzas Armadas o el desfile militar del 12 de octubre.
«Como todos los españoles, me he sentido orgulloso de vuestra labor porque día a día habéis realizado un trabajo callado y eficaz, reconocido por la comunidad internacional. Gracias, por dejar patente la grandeza de España», diría en aquel discurso en Mostar. Una ciudad -cuyo puente simbolizó la barbarie del conflicto- que visitó de nuevo hace dos años para inaugurar oficialmente la Plaza de España, construida en homenaje a los 22 militares españoles y al intérprete caídos en acto de servicio en la misión en Bosnia y Herzegovina.
En todos sus discursos, como no podía ser de otra manera, siempre ha tenido palabras de recuerdo para los que dieron su vida por España. También sobrellevó el dolor con sus compañeros de armas cuando el terror de ETA asesinaba o fallecía un militar en acto de servicio… como aquel dolorosísimo 28 de mayo de 2003 en el que el Rey asistió a los funerales de los fallecidos en el accidente aéreo del Yak-42, con los 62 féretros envueltos con la bandera española presentes en la base de Torrejón. La mayor tragedia de las Fuerzas Armadas.
Porque hay que comprender que antes que Rey, mucho antes, Don Juan Carlos se convirtió en militar.
Juró la bandera como cadete el 15 de diciembre de 1955, siendo el 12 de diciembre de 1959 cuando recibiría en la Academia de Zaragoza los despachos de teniente de Infantería en Zaragoza. También aquel año, de alférez de Navío y teniente del Aire, tras cuatro años de formación militar en Marín y San Javier.
En su último discurso de la Pascua Militar, el Rey volvió a constatar la profunda unión con sus Fuerzas Armadas: «Nuestra sociedad responderá siempre a vuestra generosidad con su reconocimiento y admiración, como reflejan las encuestas; y yo, como siempre, sentiré el orgullo de ser vuestro Jefe».
55 años distan de aquella España en la que el joven «Borbón» se convertía en teniente en la Academia de Zaragoza de esta otra en la que las encuestas del CIS sitúan a las Fuerzas Armadas, y también la Guardia Civil, como las instituciones más valoradas año tras año por los ciudadanos.
«Borbón» -como también en el caso del Príncipe- reza en la placa identificativa de su uniforme de «faena». El próximo domingo, en Madrid, Don Juan Carlos volverá a lucir su uniforme de gala con motivo del Día día de las Fuerzas Armadas. Una fiesta donde le acompañarán los suyos.
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