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Blogs Por Tierra, Mar y Aire por Esteban Villarejo

La OTAN hacia Chicago: Smart Defence (I)

Esteban Villarejo el

Iniciamos con este “post” una serie de artículos dedicada a la Cumbre de Chicago de la OTAN (20-21 de mayo) que, además de redefinir la misión en Afganistán, debería alumbrar una OTAN más cooperativa y coordinada bajo el mantra de lo que ahora llaman nuestros políticos “la Smart Defence” (Defensa inteligente), que no es otra cosa que lo de siempre (pero con más premura pues crisis obliga): mejorar la complementariedad, disponibilidad y hacer asequible a todos los paises aliados, sobre todo de Europa, el acceso a las capacidades en caso de amenaza o para desarrollar una misión. 

En definitiva: racionalizar gastos, optimizar recursos e introducir economía de escala que enseñarían en cualquier MBA. Pongamos un ejemplo: España se especializa en patrullas aéreas de frontera marítima, Francia se encarga del mantenimiento de helicópteros, Reino Unido se especializa en despliegue en zonas de conflicto y logística e Italia en entrenamiento de fuerzas como la afgana…Así, en diferentes campos.

Hasta aquí es la jugosa teoría que pueden observar en la página web de la OTAN a modo de pinceladas como anticipo a lo que nos anunciarán en Chicago. Pero no nos engañemos, la práctica es más complicada y para ejemplos la Unión Europea.

Tras la primera visita del secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, a Madrid -donde ha dado el pistoletazo de salida de consultas finales antes dela Cumbre- me da la impresión de que aún está todo muy verde. Sabemos que España, por ejemplo, participará en el sistema de vigilancia terrestre y que aportará la base naval de Rota al sistema de defensa antimisiles (que EE.UU. pone a disposición de los aliados a lo largo y ancho del Mediterráneo). 

Pero, ¿cómo afectará a la industria de Defensa nacionales? ¿Qué países y/o empresas se harán cargo de programas o proyectos generadores de economía nacional y cuáles los menos atractivos? ¿Cómo ponderar las participaciones con socios cuyas inversiones pueden llegar a ser tan dispares? ¿Puede ser equiparable y mismamente valorada la aportación de un país como Francia a otro como Albania? Es aquí donde se la jugará el ministro Pedro Morenés que deberá posicionar no solo a España en el seno de la OTAN sino a su economía. 

 

Con “la Smart Defence” podemos toparnos con el mismo problema de la UE: que los socios en determinadas materias no quieran traspasar la delgada línea que separa la “cooperación” (Smart Defence) del interés nacional (Stupid Defence?). Particularmente no me imagino a Francia renunciando a liderar, manejar, diseñar, exportar a un tercer país e incluso competir con socios OTAN, según sus necesidades industriales, un programa de aviones de combate como ya hace en India. ¿Esto también se regulará? 

Más allá de los flecos que atará Mr. Rasmussen en las próximas dos semanas, lo que “la Smart Defence” revela es que EE.UU. está ya más que harta de la escasa inversión que en Europa se realiza en Defensa. Esta fue la gran lección aprendida de la guerra en Libia, donde ¡la OTAN se quedó sin bombas de precisión!

Todo ello en el Chicago del “Yes We Can” con un presidente Obama en precampaña electoral y con unos gastos militares decreciendo en EE.UU. Como vemos, la cumbre promete desde muchos ángulos. No solo el militar. 

 

 

 

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Esteban Villarejo el

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