Los sesenta socios que conforman la coalición global contra el yihadismo del Estado Islámico (EI) escenificaron ayer en Bruselas -en un encuentro mantenido en la sede de la OTAN, aunque sin ser un evento de esta organización militar- “su compromiso de trabajar en una estrategia común, multifacética y a largo plazo para degradar y derrotar al Estado Islámico de Irak y Levante”.
Fue un primer gran encuentro de esta alianza lanzada por Barack Obama el pasado mes de septiembre en la Cumbre de la OTAN de Gales y que contó con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, como maestro de ceremonias: “Unidos y dando pasos hacia adelante, enfrentaremos el desafío dure lo que dure hasta prevalecer”, aseguró, en unas palabras públicas, al inicio de una sesión que se desarrolló luego a puerta cerrada.
De la declaración conjunta suscrita por los participantes se extraen cinco líneas principales de acción para frenar el avance yihadista: “1. Apoyar las operaciones militares, desarrollar capacidades y entrenamiento. 2. Frenar el flujo de terroristas extranjeros [hacia Siria e Irak]. 3. Cortar el acceso a la financiación y fondos de EI. 4. Asistir con ayuda humanitaria. 5. Y divulgar la verdadera naturaleza de Estado Islámico (deslegitimación ideológica”.
“Botas locales sobre el terreno”
El documento también constata “la gran alarma por las violaciones sistemáticas y amplias de derechos humanos cometidas por el EI, incluyendo crímenes contra grupos minoritarios étnicos y religiosos”.
La mayoría de los participantes fueron ministros de Exteriores aunque por Irak se desplazó su primer ministro, Haider Al-Abadi. La coalición ratificó que la campaña de ataques aéreos iniciada por EE.UU. el 8 de agosto en Irak y el 23 de septiembre en Siria “está comenzando a dar resultados”, aunque se insta a los aliados a “asistir bilateralmente al Gobierno de Irak con equipamiento y entrenamiento para apoyar su lucha contra el EI”.
Sobre este punto, el ministro español, José Manuel García-Margallo, declaró que “no hay la menor duda de que se requieren botas sobre el terreno. Sin botas sobre el terreno no habrá solución al conflicto. […] Que sean botas locales. Se trata de asesorar al Ejército iraquí y el Ejército Libre de Siria. Por ahora, nadie va a enviar tropas de combates sobre el terreno”, puntualizó.
Hay que recordar que España aportará 300 militares para formar en operaciones especiales al Ejército iraquí. Asimismo otros países como Alemania, Italia, Portugal, Reino Unido u Holanda asisten ya o han comprometido su asistencia militar al Ejército iraquí o los “peshmergas” kurdos.
¿Negociar con Assad?
Durante la reunión -que duró tres horas- un grupo de países árabes elevó una petición para establecer negociaciones con la parte del Ejército sirio que, siendo leal al régimen de Bashar el Assad, no haya cometido ningún tipo de crímenes de guerra. De este modo se buscaría su apoyo en la lucha contra el EI en Siria.
Sin embargo, el documento suscrito no contiene esta petición de dichos países árabes (no trascendió cuáles fueron). Por contra, constata “el sufrimiento del pueblo sirio” y pide “un incremento del apoyo a las fuerzas moderadas de la oposición, que luchan en múltiples frentes contra el Estado Islámico, el Frente Al Nusrah y el régimen sirio”.
En rueda de prensa, Kerry reclamó además que la estrategia no debe circunscribirse a la acción militar sino que debe ser “una combinación de medidas de seguridad, políticas y económicas” para integrar a todos los sectores de la sociedad iraquí.
La amalgama de países que ayer se reunió es bastante heterogénea. Cuenta con 12 países árabes (Arabia Saudí, entre ellos) y Turquía -como países involucrados en la estabilidad de la región-; 38 europeos y la UE como organización; cuatro asiáticos, EE.UU., Canadá, Australia y Nueva Zelanda.
Los socios de la coalición -la OTAN y la Liga Árabe no suscribieron el documento al preferir desmarcarse del mismo como instituciones- acordaron volver a reunirse, a nivel ministerial, en el plazo de 180 días.
De este modo, este formato se presume como el “paraguas político”, junto a las declaraciones de la ONU 2139, 2165, 2170 y 2178, con el que Washington busca derrotar al Estado Islámico o Daesh (en sus siglas en árabe, ahora utilizadas mayoritariamente por el Gobierno estadounidense).
Arranca una nueva fase de la nueva guerra contra la última mutación del yihadismo: “Llevará tiempo y requerirá una respuesta sostenida, unida y coordinada”.
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