Las relaciones entre España y Arabia Saudí no pasan por su mejor momento después de que el Ministerio de Defensa español decidiera suspender la venta de 400 bombas de guiado láser que el país saudí ya había pagado a España (9,2 millones de euros).
Según fuentes empresariales consultadas por ABC, como respuesta a esa decisión Arabia Saudí habría amagado con congelar el contrato con Navantia para construir cinco corbetas en los astilleros de Cádiz por 1.800 millones de euros.
Estas bombas son de fabricación estadounidense y pertenecían a una anterior compra del Ejército del Aire a EE.UU. Constituían pues un excedente al que el Ministerio de Defensa de las etapas Morenés y Cospedal quisieron dar salida.
Las bombas de guiado láser GBU con un peso de una tonelada cada una se encontraban ya en contenedores a la espera de ser trasladadas a Arabia Saudí después de que este país hubiera efectuado el último pago y haber sido notificado su próxima recogida a la ministra Margarita Robles el pasado mes de julio. Los 9,2 millones de euros ya fueron devueltos a Riad.
¿La razón por la que la nueva ministra de Defensa ha paralizado esta exportación? Su presumible utilización de las 400 bombas en la guerra de Yemen, en la cual una coalición árabe liderada por Arabia Saudí lucha desde marzo de 2015 contra los rebeldes hutíes, de etnia chií y apoyados a su vez por Irán. Fuentes de Navantia aseguraron que no hay noticia oficial al respecto.
El acuerdo de las cinco corbetas a Arabia Saudí es el mayor contrato de exportación en la historia del astillero estatal, que pertenece al cien por cien a la SEPI.
Navantia emitió un comunicado el pasado 12 de julio informando sobre la rúbrica del acuerdo inicial e indicando que supondría una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas para los astilleros de Bahía de Cádiz principalmente pero también para la Ría de Ferrol y Cartagena y su industria auxiliar.
El programa tiene previsto iniciarse a finales de 2018 y el último buque debería entregarse en el 2022. Además, Navantia sería responsable del apoyo al ciclo de vida durante cinco años, desde la entrega del primer buque, con opción a otros cinco años adicionales, explicó Navantia.
La carga de trabajo se repartía del siguiente modo:
– Durante 5 años se generarían anualmente cerca de 6.000 ocupados directos e indirectos.
– De ellos, más de 1.100 serán empleados directos.
– Más de 1.800 empleados de la industria auxiliar de Navantia.
– Más de 3.000 empleados indirectos generados por otros suministradores.
Las corbetas iban a estar basadas en la clase Avante 2200 construida ya para la Marina de Venezuela y adaptadas a los requisitos de la Marina de Arabia Saudí, ofreciendo avanzadas prestaciones, entre las que destacaban «un excelente comportamiento en la mar, alta capacidad de supervivencia y capacidad de operación a temperaturas extremas de la zona del Golfo, todo ello con un coste de ciclo de vida óptimo».
Se da la circunstancia de que este mismo mes Arabia Saudí rompió relaciones con Canadá tras la crítica del Gobierno de este país a los derechos humanos del reino saudí. La semana que viene será decisiva para ver el rumbo que toman los acontecimientos.
Industria de Defensa