Esta semana hemos conocido, tras una publicación en el periódico La Voz de Galicia y la posterior confirmación de la ministra de Defensa australiana, Marise Payne, que la Royal Australian Navy ha seleccionado al astillero español Navantia como «ofertante preferido» para construir próximamente dos buques de aprovisionamiento de combate como el español «Cantabria» o el «Patiño».
En este blog ya contamos cómo Navantia pujaba por ese contrato frente al astillero surcoreano Daewoo. Ambos constructores fueron seleccionados en la «lista corta» en agosto del pasado año. Ahora, con el camino despejado para Navantia, el contrato debería comenzar a negociarse y ser plasmado en una firma, algo previsto para mediados de junio.
Fuentes del sector reconocen que «muy probablemente» la oferta surcoreana habría sido más barata que la española (ese es el punto fuerte de los astilleros surcoreanos). Sin embargo han pesado dos factores a la hora de esta final selección de Navantia por parte del Gobierno australiano:
1. La experiencia en construcción que Navantia y la Royal Australian Navy ya tienen con los dos LHD tipo «Juan Carlos I» construidos para la marina australiana (el «Camberra»y el «Adelaide», contrato firmado en 2007 y ya entregados y en servicio ambos buques) así como el diseño de tres destructores y la construcción de doce lanchas de desembarco.
2. La grata sensación que causó el despliegue del buque A-15 «Cantabria» de la Armada Española durante el año de 2013. Una «misión» novedosa y a cuyo anuncio en rueda de prensa, con el anterior Ajema Manuel Rebollo y su homólogo australiano, vicealmirante Ray Griggs, pude asistir. La rúbrica de aquel acuerdo aconteció en el Museo Naval en julio de 2012.
Es pues hora de congratular a Navantia por este nuevo paso (ojo, no es definitivo y ahora toca la dura negociación del contrato) y, en mi opinión sobre todo, a la Armada Española por aquella pionera misión de cooperación en materia de defensa con Australia que permitió el despliegue del «Cantabria» durante un año en las antípodas.
La consecución del contrato de estos dos buques australianos supondría una carga de trabajo fundamental para los astilleros de Navantia en Ferrol. También abriría las puertas para otros contratos similares, como es el caso de Nueva Zelanda, cuya armada también ha abierto un concurso para construir un buque logístico.
VER VÍDEO: Así construye Navantia un LHD para Australia en «90 segundos»
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