Teresa de la Cierva el 14 oct, 2009 Vais a pensar que estoy obsesionada con el tema, pero es que hay pocos alimentos al que se le reconozcan tantas propiedades rejuvenecedoras como al vino. Si los polifenoles procedentes de las uvas ya me tenían convencida de que lo convierten en un caldo divino, un nuevo descubrimiento me ha hecho afianzarme en la creencia de que Baco era el más inteligente de los dioses de la mitología romana. Tenía en su poder el elixir de la juventud, y lo sabía (y usaba). Pero hemos tenido que esperar al XXI para que los investigadores David Sinclair y Leonard Guarentee, candidatos al Premio Nobel por sus descubrimientos sobre el origen del envejecimiento, nos lo demuestren científicamente. Han detectado que un componente que se encuentra en la vid, puede activar el gen SIRT1 (o sirtuina), conocido como el gen de la longevidad. Y este gen es esencial para regular nuestra salud y alargar la vida de las células de nuestra piel. Lo que viene a demostrar que la ciencia no solo da años a la vida sino vida a los años. A este componente se le ha llamado Resveratrol, y se ha convertido en la palabra de moda. ¿Eso significa que si nos atiborramos a uvas o nos dedicamos a beber vino a todas horas mantendremos nuestro cutis tan lozano como a los 20 años? No es tan sencillo. Tendríamos que comernos 45 kilos de uvas al día o bebernos la misma cifra en botellas de vino, para recibir la dosis de resveratrol necesaria para aumentar la actividad de las células cutáneas. Por eso, los laboratorios farmacéuticos se han lanzado a elaborar cápsulas con concentraciones altísimas de este ingrediente, de modo que con una sola pastilla diaria tengamos cubierta la dosis, sin necesidad de destrozarnos el hígado. Las más conocidas (y vendidas) se llaman Revidox, de actafarma, y las ha desarrollado un equipo de científicos del CSIC (consejo Superior de Investigaciones Científicas), que depende del Ministerio de Ciencia e Innovación. Y las avalan nada más y nada menos que 5.230 estudios clínicos. Pero también cuestan casi el doble (45 € aproximadamente, 30 cápsulas) que Resvital, de armonía Therapy (23 €, 30 cápsulas) o Resverasor, de Soria Natural (17,28 €, 60 cápsulas, aunque en este caso hay que tomar 2 unidades al día). También se encuentra en una fórmula bebible, Skeen Drink, que se vende en exclusiva en las tiendas Sephora o online en www.skeen.fr (45€, 50 ml) Sus propiedades antioxidantes no se le han escapado al mundo de la cosmética, y Estée Lauder fue la primera firma que lo incluyó en una fórmula, modificando su estructura para transformarlo en “resveratrate”, una molécula capaz de penetrar en la piel (el resveratrol es muy inestable y tiene poca capacidad de penetración) y liberar altas concentraciones de resveratrol puro, de forma controlada, a lo largo de todo el día. Pero 8 años de investigación para conseguir esta proeza han supuesto que Re-Nutriv Ultimate Youth Creme alcance un precio de 248 €. Los que han llegado después, como los laboratorios Kosei, han logrado mejorar la penetración de esta molécula encerrándola en unas microcápsulas que atraviesan la epidermis. El resultado es Vinum, una crema de farmacias que cuesta sólo 25,90 €. Y no olvidemos nuestro ya conocido, y muy comentado Premier Cru de Caudalie (89 €), o la Vitamina A,C,E+Retinol,+Resvetratrol de Fridda Dorsh (30 €)… Esto ha hecho que en los foros de internet se cuestione lo siguiente:¿Pagaríais el doble por (casi) lo mismo? Una vez más, la polémica está servida. Pero, esta vez, que sea en copas Riedel, por favor… Tratamientos Comentarios Teresa de la Cierva el 14 oct, 2009